~Hacerme el dormido salvó mi vida.

364 43 14
                                    

Esto pasó hace muchos años más en concreto casi una década, a día de hoy tengo 19 años y esto me sucedió con 10 pero lo recuerdo como si fuese ayer.

Esta historia empieza un sábado de un frío invierno del año 2013. En mi familia siempre hemos sido de acostarnos temprano en comparación de otras, yo me avergonzaba de esto por lo que siempre mentía a mis amigos sobre la hora que me dormía. El caso es que desde hace unos meses me quedaba una hora o dos desde que mis padres me acostaban, con el teléfono hablando con mis amigos por WhatsApp o jugando a cualquier juego de móvil. Algunas veces mis padres se levantaban para ir al baño o para ir a la cocina por un vaso de agua, por lo que rápidamente tenía que apagar mi teléfono y hacerme el dormido.

Bien, esa noche estaba jugando un juego de móvil el cual estaba enganchado, llevaba varias horas jugando cuando oí pasos por la escalera, que raro, no recuerdo haber oído a mis padres bajar a la cocina, supuse que como había estado tan concentrado jugando no me había percatado de que mi padre había bajado a por un vaso de agua. Sabes la sensación de que por los pasos puedes reconocer a los miembros de tu familia, los pasos eran algo pesados aunque intentaba ser silencioso como mi padre solía ser, por lo que pensé que era mi padre y apagué el teléfono, lo escondí debajo de mi manta y me hice el dormido. Apenas unos segundos después vi que los pasos cesaron y aprovechando que estaba oscuro entreabrí los ojos y veía la silueta de mi padre asomarse a mi habitación como hacía siempre, pasado unos segundos se marchó a su habitación, genial pensé yo, puedo jugar un poquito más.

Oí como abría la puerta de su habitación y entraba a dormir de nuevo, iba a hacer los segundos de prevención como solía llamarlos que consistía en contar hasta 5 para asegurarme que no veía la luz del teléfono desde su habitación porque estamos a escasos pasos. Cuando estaba listo para volver a aquel vicio de juego escuché golpes secos desde la habitación de mis padres, lo cual hizo que no encendiera mi teléfono, eran golpes secos y fuertes. No sabía qué estaban haciendo, supuse que estarían haciendo cosas de adultos, mis amigos me habían hablado de esos temas, yo tuve curiosidad por ver qué era realmente el sex' que tanto mencionaban mis amigos en el recreo. Así que decidí ir a ver a escondidas puesto que no habían cerrado la puerta, salí de la cama y siendo lo más silencioso posible me acerqué a la habitación de mis padres agachado y pegado a la puerta me asomé con la esperanza de poder ver algo, no me juzguen por favor.

Lo que ví lo recuerdo vívidamente, una sombra de un hombre grande y por lo que parecía ser un machete golpeando lo que parecían dos almohadas algo duras, me quedé paralizado viendo y oyendo esos golpes secos. Al instante supe que no eran almohadas, eran mis padres.

No lloré ni di un solo suspiro, nada, no tuve valor ni para soltar el aire que estaban en mis pulmones, estaba completamente congelado, mi cerebro me pegó una descarga eléctrica o algo así y volví en mí. Oía mi corazón latir a una velocidad que no sentía ni en las clases de educación física, supongo que mi instinto me dijo: vuelve a tu habitación ahora mismo o morirás.

Sin pensarlo le hice caso, volví a mi habitación con mayor cautela de la que salí, me costaba respirar y el corazón me iba a mil. Me quedé de pie mirando a un punto fijo sin pensar nada, de nuevo congelado. Mi cerebro de nuevo me soltó otra de esas descargas cuando oí que los golpes cesaron sentí un escalofrío, en ese momento sentí que la mejor opción era hacerme el dormido así que me metí en la cama sin hacer ruido y cerré los ojos, notaba mi corazón latir a una velocidad, repito que nunca he vuelto a sentir, los latidos retumbaban en mi cabeza hasta que oí los pasos de nuevo, sentí que mis oídos se agudizaron para intentar saber la posición exacta del extraño.

Noté que venía hacia mi habitación, no abrí los ojos aún estando de espaldas de la puerta delataba que estaba ahí, mirándome de pie en la puerta, quería llorar y gritar pero no podía, mis instintos mandaban mi cuerpo en ese momento. Tras unos largos segundos de agonía oí como bajaba las escaleras, no moví un pelo ni siquiera abrí los ojos, oía pasos por la planta de abajo y al cabo de no más de unos minutos volví a escucharlo subir las escaleras, esta vez más lento no entendí por qué supuse que venía del salón, por los pasos que había escuchado noté rápidamente que estaba dentro de mi habitación, no en la puerta sino dentro.


Oí los pasos detrás de mí, sabía que estaba ahí a palmas de distancia, notaba su presencia y su respiración algo acelerada pero tranquila, noté que salió de la habitación y fue a la de mis padres, volvió y esta vez notaba su respiración más fuerte como si estuviese haciendo un esfuerzo, ésto se repitió dos veces y yo seguía completamente inmóvil, no había movido un pelo y mi cerebro me estaba mostrando un mapa de la casa, por los pasos podía saber dónde estaba el extraño en todo momento, desarrollé poderes obviamente causados por la adrenalina, es verdad lo que dicen, en momentos así es donde realmente se ve al humano en su estado más puro.

Un silencio denso invadió la habitación aún notaba su presencia, sabía que estaba mirándome, lo notaba, noté que se acercaba a mí y de nuevo escuché su respiración detrás mío, de repente oí cómo tocaba o acariciaba la pared de mi habitación, después de un rato salió de la habitación y bajó las escaleras, oí que se metió en el salón y no volví a oír nada más. Permanecí inmóvil sin abrir los ojos y sin dormir, no sé cuánto tiempo, perdí la noción, llevaba muchísimo sin escuchar pasos o rastro de que hubiese alguien más en casa. Me armé de valor, con el corazón a mil abrí muy poco a poco los ojos, vi claramente la pared azul de mi habitación, era de día pero aún no brillaba el sol, supuse que serían las 7 u 8 de la mañana.

Me quedé un buen rato mirando la pared con los ojos abiertos, no quería salir de la cama, no quería comprobar si todo había sido un sueño o si había sido real. Todo era raro, a estas horas mis padres ya estarían hablando mientras desayunaban, me armé una vez más de valor y decidí darme la vuelta para ver los cuerpos de mis padres completamente mutilados, llenos de sangre, sus caras eran irreconocibles y sus extremidades colgaban por unos finos hilos rojos, esa imagen me persigue hasta día de hoy. Solté un grito que llevaba guardando desde que empezó todo esto.

Comencé a llorar, estaba asustado no podía dejar de llorar, me ahogaba en mis propios mocos y lágrimas, el suelo de la habitación estaba llena de sangre, me fijé en eso al limpiar mis lágrimas inútilmente pues volvían a salir, noté algo duro bajo la manta, era mi teléfono, seguía ahí justo donde lo dejé, lo cogí, al intentar salir de la cama vi lo que a día de hoy aún me trauma y me persigue.

Un mensaje escrito con la sangre de mis padres en esa pared azul

"Sé que estabas despierto"

†Historias de terror†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora