Brillantes ojos. pt 2

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¿Qué demonios?

¿Qué demonios?

¿Qué demonios?


La mente de Lee Minhyuk dió muchas vueltas, pero aún así, acompañó al pelirrojo hasta el interior de aquel departamento, el cual, estaba bastante cerca de la facultad en realidad, sin embargo jamás se le ocurrió que un tipo como Kihyun pudiera tener un apartamento suyo, propio, pero tal parecía que la vida daba muchas sorpresas, buenas, malas, regulares, al igual que giros, e incluso subidas y bajadas que no éramos capaces de controlar.

Incluso se llegó a preguntar el por qué, ¿Por qué si era propietario de un apartamento, esa noche en aquella playa, le pidió ser su huésped de alguna manera?

¿Por qué? ¿Qué podría tener Yoo Kihyun entre sus manos? La sola idea de pensarlo ponía a Minhyuk alerta, le colocaba los pelos de punta e intentaba controlar sus ganas de huir a toda costa.

¿Qué podría haber en el corazón y mente de Yoo Kihyun? ¿Y por qué mierda quería averiguarlo?

- Aquí está bien, gracias.

Comentó el pelirrojo al ser ayudado a tomar asiento en uno de los bien alineados y limpios sofás, mirando a Minhyuk conforme una diminuta sonrisa era pintada en su rostro.

- ¿Quieres tomar algo? ¿Tienes sed?

- No, ¿Y tú?

Kihyun negó en cuanto al cuestionamiento, no pudiendo evitar poner esos ojos suyos en esa silueta, en ese rostro, en ese chico que parecía llamarlo a gritos.

Por su parte, Minhyuk tuvo que distraer su propia mente con los cuadros que colgaban en ese hogar, en los adornos y en los muebles limpios y bien alineados unos con otros, un lugar estupendo que olía incluso a rosas o margaritas.

- ¿Puedes traerme un poco de hielo y el botiquín por favor? Quiero curarme cuanto antes.

Minhyuk volvió en sí al escuchar esa voz, asintiendo sin decir más, aventurándose en la búsqueda de las cosas pedidas, tomando una pequeña caja donde venían los fármacos y de más, junto a una enorme bolsa de hielo que trajo consigo, extendiéndole las cosas a ese archi rival suyo que ahora parecía indefenso.

- Gracias, ahora si quieres, puedes irte, ya has hecho mucho por mí.

Lee asintió, tratando de caminar a esa lejana puerta, tratando de traspasar ese obstáculo de sus locuras, tratando de huir, de correr, pero su corazón y el hambre de respuestas le traicionó.

- ¿Tanto mal hace mi compañía?

Minhyuk tomó asiento a un lado del cabeza de zanahoria, arrebatándole el alcohol junto a ese suave algodón, iniciando con lo suyo después de unos lentos y fugazes instantes.

- No, al contrario, viene bien después de tanto, me gusta tu compañía.

- ¿Gustarte?

Minhyuk negó, presionando con fuerza aquel algodón contra el rostro ajeno, provocando que una queja de dolor se escuchara en aquel apartamento.

- ¿Cómo puede gustarte cuando nos odiamos tanto?

- No lo sé, quizá no te odio tanto como parece, eres soportable ¿No crees?

- Yo creo que eres un idiota.

Minhyuk volvió a presionar aquel algodón con fuerza, recibiendo otra queja de por medio, digna de una bonita y enorme sonrisa que nadie le quitaría de la cara esa tarde.

- Eres muy brusco ¿Sabes?

- Lo siento, olvidé que te gusta lo suave y lindo.

Emitió Minhyuk con ironía, y cuando estuvo a punto de volver a presionar ese algodón con coraje, Yoo Kihyun tomó sus muñecas, logrando que esos ojos suyos fueran a los ajenos, logrando que dos miradas conectarán, que lo hicieran como hace tanto, como ese día perdido, en casa de Min, esa noche, esa en donde un calambre les jugó en contra, algo estúpido en realidad.

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