Encuentro

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"Una moda pasajera, algo inusual que los adolescentes están dispuestos a hacer".

"Sí, ¿Te das cuenta de cómo se viste? ¿Lo qué usa? ¿El cómo camina?"

Lee Hoseok suspiro al recordar esa plática que su madre tuvo con una vecina, una de las tantas charlas que ya estaba acostumbrado a escuchar, pues en ellas, Hoseok se veía reflejado, se veía a sí mismo, siendo detallado como un "anormal" más, como uno de esos tantos jóvenes que al igual que él, avergonzarían a su familia de decir la verdad; ¿Y cuál era su verdad? ¿Cuál era su realidad? La realidad era que amaba a un chico, probablemente iba en contra de sus modales, de su moral y ética, pero no era más que la cruda verdad, una verdad crítica que podría destruir a su pequeña familia.

El ansioso chico suspiro por tercera vez consecutiva, llevándose las manos al rostro y luego al pecho, detallando en su mente y corazón aquel día no muy lejano, aquel suceso del ayer, aquellos labios moviéndose con ritmo y dos corazones sintiendo lo mismo.

¿Cómo podía decírselo a Minhyuk ahora? ¿Cómo haría para expresarle sus sentimientos sin ser dañado en el intento? Y de coincidir en sentimientos ¿Cómo podrían vivir su amor?

Las preguntas en su ahora torpe y débil mente viajaban sin más, las ideas y pensamientos iban, unas detrás de otras conforme el hueco volvía a su corazón, conforme el dolor y la angustia también hacían acto de aparición.

¿Cómo?

Fue la pregunta que estático lo dejo, ni siquiera reaccionando porque un hombre dijo su nombre, indicando que era el siguiente en la fila por probar suerte en esa importante entrevista de trabajo como contador.

— ¿Lee Hoseok?

Al que se hizo mención asintió, realizándolo de vuelta cuando se le comentó ser el siguiente.

Pero mientras sus flácidas y temblorosas piernas le colocaron de pie, de esa puerta frente a él salió un rostro conocido, una cara que no podría olvidar jamás.

— ¿Hyungwon?

Ambos rostros lucieron pálidos y helados, mostrándose dos cálidas sonrisas cuando las sospechas fueron ciertas.

— Eres el chico del auto.

— Claro.

— Y... ¿Cómo estás?

— Bien... Yo...

— Lee Hoseok, disculpe, es el siguiente.

Aquella pequeña plática dió fin debido al tipo que controlaba el papeleo y las entrevistas, quedando el tema para después cuando Hoseok fue obligado a ingresar al lugar, divisando las coloridas paredes en tonos oscuros, detallando los cuadros que colgaban por doquier y las diversas estanterías.

Y así fue como pasó, los próximos sesenta minutos se fueron en preguntas y respuestas, en situaciones específicas y en palabras que reforzaban un currículum, culminando esa entrevista, cuando las típicas frases hicieron acto de presencia "Gracias, nosotros te llamamos".

Vaya mierda.

Sus pesados pies y sus cansados ojos le llevaron fuera del recinto, dispuesto a marchar con camino a casa, sosteniendo en una mano su celular, a punto de marcar otra vez ese número, pero ver de nuevo a Hyungwon frente a él le sorprendió.

- ¡Hey, hola! ¿Qué tal la entrevista?

El más alto intentó sacar un tema de conversación, así que Wonho no se negó, alzando los hombros conforme mostraba una sonrisa.

- Cansada, incoherente, he tenido mejores ¿Y tú? ¿Por qué estás aquí?

Hyungwon sonrió está vez, mirando a todos lados en busca de algo.

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