Capítulo tres

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Justo como había dicho Jungkook el día siguiente en Inkigayo, Jimin de BTS estaba allí para presentar su sólo. Cuando lo vieron a lo lejos a punto de salir al escenario se emocionaron mucho, tuvieron que contener sus ganas de gritar y correr hacia él por un autógrafo. Jimin era uno de sus más grandes ídolos, lo admiraban demasiado, lo veían como un ser humano amable, humilde, bondadoso y sobre todo talentoso.

Jimin era de las últimas presentaciones del programa, mientras que ellos fueron de las primeras. Normalmente los idols con más experiencia y tiempo en la industria se presentaban a lo último dejando que principiantes como ellos lo hicieran primero.

Tuvieron bastante tiempo libre después de su presentación, por lo que Jungkook y Felix se habían separado de los demás para ir a tomarse fotos por todo el lugar. Estaban haciendo su sesión fotográfica frente a una pared que les pareció perfecta, Jungkook fue el primero, por lo que ahora era turno de Felix posaba mientras Jeon tomaba las fotos.

Jungkook estaba tan centrado en obtener buenas fotos de Lee que no se dió cuenta como iba retrocediendo poco a poco. Tampoco se dió cuenta del grupo de personas que corría por el pasillo hacía él. En ese momento retrocedió un pasó más, ocasionando que chocara con la persona que iba caminando al frente. Desafortunadamente debido al golpe que recibió Jungkook, su celular se resbaló de sus manos y calló al suelo rompiéndose inmediatamente.

—¡No! ¡Mi celular! —casi gritó.

Miraba atónito la pantalla que estaba hecha trizas. Se agachó para recogerlo esperanzado de que sólo fuera algo superficial, pero cuando lo prendió la pantalla parecía un arcoiris por la tinta que se había regado dentro.

—¡Lo siento mucho! Te juro que no fue mi intención. Perdón, perdón —la persona se escuchaba muy arrepentida y angustiada.

El chico reconoció inmediatamente esa voz. Se levantó con el celular roto en sus manos y corrió al lado de Felix para confirmar si en verdad era quien pensaba. No tuvo dudas al ver el rostro emocionado y sorprendido del omega. Con el corazón latiendo al mil se giró encontrando frente a él a el gran Park Jimin, que miraba las manos de Jungkook con angustia.

—Santa madre —susurró Jeon sin poder creerlo.

—¿Está arruinado? —preguntó preocupado.

El omega salió de su trance y negó con la cabeza en repetidas ocasiones.

—Si, digo, no —volvió a negar nervioso—. Bueno, si, pero no importa ya tenía como tres años y en algún momento lo tendría que cambiar —rió igual de nervioso.

—Esto es mi culpa, lo siento mucho —volvió a disculparse.

—No se preocupe, nosotros estabamos estorbando el paso con nuestra sesión de fotos —habló esta vez Lee con una gran sonrisa.

—Es tan cute —dijo otra persona.

Al igual que con Jimin, reconocieron la voz de aquella persona. Miraron en aquella dirección encontrándose con los mismísimos J-hope y Suga, compañeros de Jimin. Ahora si creían que no podrían ocultar su lado más fanático, pero lo lograron, tuvieron que gritar internamente, pero lograron mantener la compostura.

—Jimin-ssi, nos tenemos que ir, ya casi empieza el conteo de votos —informó un miembro del staff.

—Si —se giró a mirarlo—. De nuevo lo siento mucho —volvió a ver a Jungkook e hizo una pequeña reverencia, la cual Jeon y Felix respondieron haciendo una de noventa grados.

—Vamos, Jimin —fue tomado del brazo por Suga quien se lo llevó a rastras.

—Adiós —se despidió J-hope sonriente.

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