CAPÍTULO 10

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-Tu casa es muy linda -halagó Jackson cuando se paseaba por el jardín delantero.

-Mi padre arregla el jardín cada mañana -señalé burlesca.

-Ya veo, en este triste pueblo es raro ver jardines coloridos.

Jackson se tumbó en el césped y yo le hice segundas.

-Me van a picar las hormigas -se quejó Alice al vernos tirados en el césped.

-No seas quejumbrosa Alice -regañó Jackson, el pelirrojo palmeó el lugar vacío junto a él, invitando a Alice a recostarse con nosotros.

Jackson y Alice estuvieron hablando por un largo rato sobre adueñarse de la próxima asamblea del pueblo, ya que sería la última antes de que terminaran sus vacaciones. Por el contrario yo solo tenía cabeza para Joe. Su casa había estado vacía durante todo el día, ¿habrá salido con Lorelai?, pues claro que si, es su esposa y es lo que hacen las personas casadas.

-¿Qué opinas Vee? -la pregunta de Jackson me hizo volver a la realidad.

-Si -respondí sin saber de lo que estaban hablando o si quiera que me habían preguntado.

-¿Estas escuchándonos? -cuestionó el pelirrojo con una mirada amenazante.

-Si -asentí, los nervios delataban lo mala mentirosa que soy.

-Yo creo que Vee tiene la cabeza en otro lado -canturreó Alice. Casi le meto un golpe para que cierre la boca, Jackson no sabe sobre mi amorío secreto con Joe, y no quería que se enterara.

-¿En dónde está esa cabecita Vee? -cuestionó Jackson en un tono pícaro.

-Lo siento, estaba pensando en la beca de la universidad -mentí.

-Vas a conseguirla Vee, estoy segura -animó Alice.

El sonido de un auto me hizo levantarme de golpe, apenas lo hice, vi pasar frente a mi el lindo auto de Joe.

-¿Quieren algo de beber? -ofrecí a los chicos sin quitar la vista del auto.

-Si -respondieron al unísono.

Me levanté completamente del pasto y me fui lento hasta la entrada de mi casa, me detuve un momento en el pórtico para verlo bajar de su auto, me arrepiento de haberlo hecho.
Joe bajó del auto junto con Lorelai, los dos están riendo, parece que pasaron una agradable tarde juntos, Joe sostiene un café y Lorelai se saborea una nieve.

Joe la tomó de la cintura y le dió un pico antes de entrar a su casa.

-¡Las bebidas! -presionó Jackson.

-Si, ah... yo -ni siquiera pude mirarlos, me sentía avergonzada, esto era tan humillante.

Entré con prisa en casa y me dirigí a la cocina, saqué algunos vasos y botellones de jugo, ni si quiera estaba consiente de lo que hacia.

-¡Mierda! -exclamé. Había tirado uno de los vasos y ahora estaba rodeada de pequeños cristales.

-¿Todo bien? -apareció mi padre preocupado.

-Fue solo un vaso -tranquilice.

-¿Necesitas ayuda? -ofreció.

-No, está bien, yo lo levantó -me negué a su ayuda. Con cautela caminé hasta alejarme de los cristales.

Después de levantar mi desastre volví a salir con los chicos. Alice estaba hablando por teléfono al otro extremo del jardín, se veía alterada. Mientras tanto, Jackson seguía tumbado en el césped tarareando alguna canción.

No me mientas, cariño...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora