No me mientas, cariño...

CAPÍTULO 9

Había tenido un día cansado, después de cerrar la cafetería me vine directo a casa a pesar de que Jackson me insistió en ir a un nuevo club que abrieron en el centro. Esta tarde Joe no había ido, de hecho no contestó siquiera mi mensaje.

-Vee, tu madre dijo que te llamó hace un rato -informó Richard mientras rebuscaba en el refrigerador algo para comer.

-Lo sé -respondí. Volví mi vista a mi ordenador. Me encontraba revisando las carreras disponibles en la universidad más cercana.

-¿Por qué no le contestas? -cuestionó. Richard sacó las sobras de la cena de ayer y comenzó a picotearla.

-He estado ocupada -respondí sin quitar la vista de la página de esta prestigiada universidad.

-Su cumpleaños es el domingo -recordó mientras masticaba la comida.

-Quiero estudiar en HVU -le mostré la pantalla a mi padre y este soltó una leve carcajada.

-Suerte con eso -se burló de mi elección.

-¿De que te ríes? -pregunté con seriedad puesto que no entendía que le causaba gracia.

-Esa universidad es cara Venus -respondió Richard antes de darle un trago a su cerveza.

-Puedes pagarla -renegué.

-Sabes que el rector de Yale es un viejo amigo mío y...

-Y te lo agradezco, pero no quiero irme de aquí -interrumpí su propuesta.

-Bien, pero no voy a pagar esa universidad -advirtió. Richard tomó su comida y salió de la cocina.

-Lo harás -aseguré.

Seguí revisando el plan de estudios hasta que el nombre de mi madre apareció nuevamente en la pantalla de mi teléfono. Exhausta tomé mi teléfono y salí al jardín delantero.

-¿Que? -respondí de mala gana.

-"Hola mamá perdón por no responder" -regañó mi madre. Tenía mucho tiempo sin escuchar su voz, la extrañaba, pero mi orgullo era más fuerte que mi amor por ella.

-Estoy muy ocupada -argumenté mi falta de interés por responder sus llamadas.

-El domingo es mi cumpleaños, pensé que podrías tomar un vuelo y venir a pasar el día conmigo -manifestó su deseo, ya podía imaginar su cara de berrinche.

-Contigo y con él -hice hincapié, pude escuchar claramente como mi madre bufó.

-Te recuerdo que es mi pareja -alegó. Tenía ganas de decirle que su pareja había arruinado a mi familia, que disfrutara su cumpleaños con "su pareja", pero entonces vi pasar el auto de Joe.

-Te habló otro día -me despedí de ella.

-Pero Vee... -colgué la llamada y la dejé hablando al teléfono.

Joe dejó su auto mal estacionado, al bajar cerró la puerta con odio, al parecer había tenido un día de mierda.

Caminé por la acera para llegar a su casa, crucé la calle y me acerqué a su jardín. La puerta estaba abierta y desde donde estaba se podían escuchar los estruendos de cristales rompiéndose. Como si hubiese escuchado una alerta, entre en casa de Joe, y fui hasta donde provenían los estruendos.

Cuando entre en la cocina encontré el suelo lleno de vidrios rotos, las cajoneras estaban abiertas y medio vacías. No había rastro de Joe en el lugar de los actos, así que caminé por toda la casa hasta que llegué al enorme ventanal que daba vista al patio trasero.
Joe se encontraba tumbado en el pasto bebiendo directo de una botella de lo que parecía ser vino. Salí al patio trasero y una vez que llegué hasta él, me recosté a su lado.