CAPÍTULO 8

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-No se ve tan mal -intentaba convencerme a mi misma. Mi cabello era rubio, comenzaba a arrepentirme de haber accedido a ser el experimento de Alice.

-¡Te ves hermosa! -expresó Alice al ver el resultado.

-Al menos no quedé calva -dije recordando lo que nos habían advertido al principio.

-Gracias por ayudarme en esto -agradeció Alice mientras seguía jugando con mi cabello.

-Claro -respondí no muy segura de este nuevo cambio. Estaba planteándome la idea de que en menos de una semana me pondría algún tinte castaño.

Alice y yo llegamos a la cafetería, Alice le había cambiado el turno a Jackson, por lo que hoy trabajaríamos juntas ella y yo.

-Mira a esa rubia -alardeó Jackson al ver mi nuevo cabello.

-¿Este tono si me va? -pregunté pasando mis dedos por mi ahora suave cabello.

-Definitivamente -respondió el pelirrojo.



El resto de la tarde Alice y yo estuvimos viendo algunos episodios de Diarios de Vampiros, tuvimos un pequeño desacuerdo ya que ella es team Stefan mientras que yo estoy a los pies de Damon Salvatore. Hoy hubo poco trabajo, Theo no asistió ya que tuvo un partido importante.

-¿Por qué no fuiste al partido de Theo? -pregunté antes de devorar el último pedazo de bizcocho de canela que me quedaba.

-Odio ir a los partidos -respondió en un tono de disgusto.

-Pero es tu novio -me encogí de hombros y seguí masticando.

-¿Puedo confiar en ti? -preguntó Alice mirándome con seriedad.

-Si, claro -respondí nerviosa. Alice estaba apunto de confesarme algo de ella y por alguna razón eso me estaba dando ánimos de yo también contarle mi pequeño secreto.

-No puedes decirle esto a nadie, a nadie -amenazó la rubia apuntándome con su delgaducho dedo.

-Está bien, no dire nada -aseguré.

-Mi madre se casó hace algunos meses con un hombre llamado Chad, es un buen tipo, el punto es que ha traído a vivir con nosotros a sus dos hijos -Alice comenzó a morder sus uñas, y por alguna razón ya comenzaba a imaginar lo que estaba a punto de decirme -He estado acostándome con ambos, tuve un trío con mis hermanastros -confesó la rubia apenada.

-¿Es una puta broma verdad? -Pensé que quizá estaría metiéndose con uno de sus hermanastros, pero Alice estaba teniendo sexo con los dos.

-Ya se, que es algo súper cuestionable y que además estoy engañando a Theo, pero es que me divierto mucho con Demian y Caín -excusó la rubia cubriendo su rostro.

-¿Se lo dirás a Theo? -pregunté a lo que Alice se exalto tan solo escuchar mi pregunta.

-¡No! -exclamó consternada -, si Theo se entera se molestaría mucho y capaz y mi madre se entera y ahora si mi diversión se termina -explicó Alice. Alice podría tener ese aspecto de "niña bien", llevaba ropa algo santurrona, por no mencionar que su cabello siempre está recogido en una perfecta coleta, y cuando no es así, su cabello está alisado y lleva una ligera diadema. La verdad es que Alice también hacía cosas cuestionables, y después de todo no éramos tan diferentes.

-Mi maestro de piano me masturbó -confesé y Alice me miró sorprendida.

-Espera... ¿tu maestro de piano no es Joe? -cuestionó sorprendida, asentí con un leve movimiento de cabeza y Alice se cubrió la boca -¡No jodas Venus! -exclamó la rubia aún sin terminar de procesar lo que acababa de confesarle.

No me mientas, cariño...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora