. 36 𝗍𝗈 𝗄𝗻𝗼𝗐

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( edogawa ranpo de bungou stray dogs )

( edogawa ranpo de bungou stray dogs )

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──¿Te sientes mejor ahora? Basado en tu expresión facial, supongo que es un sí. ──Scaramouche habló mientras te miraba cariñosamente.

──Sí, creo que las pastillas de Baizhu realmente ayudan. ──dijiste mientras sostenías un pétalo de rosa.

──Si quieres, ¿podemos ir a bailar? ──pregunto mientras se levanta para darte la mano y levantarte.

──Sí, por supuesto que lo haría. ──pausaste──Bueno, siempre que esté claro para mí ... No soy buena bailando pop pero soy muy buena en música mas relajada, como la de los castillos.

──Ya veo, ¡bien! vamos a bailar un rato, no te pierdas este momento de la excursión.

Te levantaste y caminaste hacia donde había gente bailando, parece que finalmente tuviste suerte, no parecía música pop, era algo en lo que eras mejor. Tal vez sería un poco vergonzoso pero... bailar con Scaramouche se sentiría bien. Cuando llegaste al lugar en unos segundos, viste como todos se preparaban para bailar... los profesores vigilando que ningún alumno haga otra cosa que lo que es propio en esos lugares.

Saliste a la pista de baile agachando un poco la cabeza por la vergüenza de bailar en público, no era lo tuyo, lo tuyo era bailar sola y sin nadie cerca. A lo lejos veías a Osamu bailando como si tuviera un don y talento para la danza, estaba bailando con otra alumna, pobrecita, aquella chica se enamoró rápidamente de sus encantos y terminara con el corazón roto.

Scaramouche que se te acercó, se aclaró la voz, comenzando a preguntarte algo:

──Debemos disfrutar este momento juntos, de la misma manera estaremos juntos cuando muramos, ¿por qué no bailar un rato con esta melodiosa canción? ¿Aceptarías este baile mío que te ofrezco? ──dijo con un tono que parecía de un libro de fantasía, ¿solo estaba haciendo teatro o lo estaba haciendo a propósito?

Pero no te quedaste atrás, le pillaste el juego una vez que entendiste lo que quería hacer.

──¿Yo? ¿bailar contigo? Sería más que una maravilla traída por los mismisimos ángeles y arcángeles. Los latidos de tu corazón son rápidos y agitados, deduzco que querías bailar, con gusto acepto tu baile. ──parecías entender que quería hacer Scaramouche, actuar como un teatro contigo para que no pensaras que sería vergonzoso bailar en público.

Scaramouche extendió su mano, aceptando tu su mano y tomándola delicadamente, como si solo la estuvieras sosteniendo, con una sonrisa te dirigiste a un lugar cercano al centro y pusiste tus manos sobre los hombros de Scaramouche mientras él, sus manos en tus caderas. Comenzaste a girar tu cuerpo al mismo tiempo que Scaramouche, bailando muy lentamente al ritmo de la canción.

Te quedaste así un rato, bailando dos canciones juntos, era realmente hermoso, pero podías sentir la mirada de Osamu Misako fija en ti, mirándote con algo de celos de que él no fuera tu pareja. Había muchos estudiantes que no conocías, los nuevos o los extraños con los que no te cruzaste ni hablaste, pero escuchaste sus nombres en las conversaciones.

Cuando Osamu terminó de bailar con la alumna, vio a un chico de cabello salmón, piel pálida y ojos dominantes. Parecía que tenía amigos. No sabías exactamente quién era, no lo conocías para nada, era como si fuera un estudiante nuevo, pero en realidad era uno que ya había estado en la escuela secundaria durante muchos años, más los años que repitio curso. Ni siquiera sabías por qué pensabas tanto en ese Osamu, tal vez porque estabas tan disgustado con él.

──Oye, ya casi es hora de dormir, ¿crees que nos dejaran dormir aquí o volvemos al hotel? ──preguntó Scaramouche en un tono de confusión por no prestarle mucha atención.

La voz de Scaramouche te sacó de tus pensamientos, haciendo que te voltearas con una mirada de sorpresa y le respondieras sin pensar primero en tu respuesta, no dijiste nada malo pero podría haber sido peor si la pregunta fuera otra.

──Creo que volveremos al hotel, aunque nos dejarán un rato más antes de dirigirnos al hotel, donde pasaremos nuestros últimos días en el hotel antes de irnos a casa.

──Tienes razón, es una pena que tengamos que irnos a casa en solo cuatro días, no quiero empezar clases aburridas.

──Siempre tienes el mismo pensamiento sobre las clases... que te voy a hacer...si piensas eso, hace un año que no cambias de opinión.

──Supongo que solo soy yo, ¿sabes? je, todavía me adoras incluso pensando en esto.

──¡No me hagas cambiar de tema con esas cosas! te enorgulleces demasiado...






























Uf, que poco queda para

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Uf, que poco queda para

que termine el libro...



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