Caída

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LONDRES, INGLATERRA

Actualidad

CAMILA

Cuando abrió los ojos, el brillo la cegó por unos momentos hasta que sus ojos se acostumbraron. Estaba acostada sobre algo suave y cálido, pero pronto se dio cuenta de que no era su cama. Era arena. Se encontró en medio de un desierto bajo un sol abrasador, pero no se quemó. El calor de su piel era agradable y parecía envolver su cuerpo como un tierno abrazo. Se sentía ligera, segura. Se arriesgó a moverse para sentarse, pero una ligera brisa cálida susurró en sus oídos y se quedó helada. Parecía ser un idioma muy antiguo del que tenía poco conocimiento.

De repente, una figura femenina se cernió sobre su cuerpo, pareciendo flotar. No podía ver todos los rasgos de su rostro, la brillante luz del sol desdibujaba sus rasgos y su rostro estaba parcialmente cubierto por una tela de seda oscura. Pero pudo ver sus ojos... Eran amarillos como el ámbar, las pupilas se retraían como los ojos de una serpiente. No sentía miedo, sino admiración. Al asociar esos ojos con el animal, una serpiente de escamas negras se enroscó alrededor del cuello de la mujer y sus grandes ojos negros con rayos de luz verdosa la miraban fijamente.

La voz ronca y suave resonó de nuevo, como si la llevara una brisa cálida.

—Habibi... No importa dónde estés, te encontraré...

Esa voz, los ojos color ámbar, el calor del sol... Todo parecía hipnotizarla, parecía levitar. Pero luego, en un abrir y cerrar de ojos, el suelo se abrió en un enorme agujero debajo de su cuerpo y comenzó a caer en picado en la oscuridad. Sintió la desesperación, pero no pudo gritar. Extendió la mano para tratar de alcanzar su mano extendida hacia ella, pero no pudo.

—Sentepa—i... Te encontraré...

Desmayada sobre la mesa de su oficina en el Instituto de Arqueología de Londres, Camila extendió la mano, sin darse cuenta de sus movimientos. Su cuerpo se sacudió y finalmente se despertó, desconcertada.

Dios mío... ¿Me dormí?

No podía asimilar lo que acababa de suceder. Siempre parecía tan real. Su cuerpo estaba caliente, como si todavía estuviera bajo el sol. Simplemente se había quedado dormida sobre sus libros y notas mientras trabajaba. De nuevo. Era la segunda vez que tenía ese sueño en una semana. ¿Tenía algún significado? ¿O realmente estaba obsesionada con trabajar en artículos sobre princesas de la antigua dinastía egipcia? Seguramente su trabajo se le estaba metiendo en la cabeza estos últimos días y le estaba jugando una mala pasada. Decidió que creería eso.

—Camila, encontré el libro que estabas buscando...— Su mejor amiga y compañera de trabajo, Dinah Jane, irrumpió por la puerta con un libro grueso en la mano, pero se congeló cuando la vio. —Niña, ¿Estabas durmiendo? ¡Parece que te atropelló un tren! ¿Está todo bien?

Camila parpadeó un par de veces y se alisó el cabello con la mano, sentándose más erguida en su silla.

—Estoy bien, Chee. Simplemente no dormí muy bien anoche. Creo que leer aquí se volvió un poco aburrido y me quedé dormida. —Murmuró torpemente.

— ¡Los beneficios de un lugar propio! Tienes suerte de que Waller no esté en el instituto, si pasa y te pilla con esa cara arrugada, te vas. Adiós trabajo. Como sea. —Dinah se encogió de hombros y caminó hacia la mesa, colocando el libro allí. —El libro que estabas buscando estos días. Accidentalmente lo encontré, estaba colocado en la sección equivocada de la biblioteca. No tienes que agradecerme, ¿De acuerdo? La cena de esta noche corre por tu cuenta, después de todo, me lo merezco. ¡Con una amiga así, no necesitas nada más en esta vida!

The Chosen (Camren) - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora