Lazos del pasado

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GIZA, EGIPTO

CAMILA

De vuelta en el hotel, en su habitación, Camila se cambió de ropa por un vestido más ligero, hacía treinta grados en ese momento, el punto máximo del calor pronosticado para ese día en la ciudad.

Se sentó a la mesa y abrió su portátil. Durante unas investigaciones que hizo sobre el cementerio mercurial, descubrió que inicialmente los cimientos habían sido construidos con la intención de albergar los sarcófagos de los más importantes líderes y faraones de las antiguas dinastías. Sin embargo, con la construcción de las pirámides, se convirtió en un cementerio solo para los gobernantes de Tebas.

Como no había nada muy detallado sobre el cementerio, su lectura fue rápida y poco tiempo después volvió a cerrar su computadora portátil. Se pasó una mano por la cara, sintiendo que le escocían los ojos, e incluso pensó en dormir un poco, su cabeza amenazaba con querer dolerle y no quería tener que lidiar con una migraña más tarde.

De camino al hotel, Normani dijo que hablaría con su padre y director del instituto de Los Ángeles y también aprovecharía para pasarle todo a Clarice Waller del instituto de Londres. Entonces, hasta que hicieran una resistencia final, no tendrían mucho que hacer allí.

Como ya estaban en Egipto, si ambos institutos aprobaban la investigación de las criptas, empezarían allí mismo, en Alejandría.

—Marḥaba.¹

Al escuchar la voz detrás de ella, Camila saltó de miedo, casi cayéndose de la silla.

Mierda. No podía ser.

Pero allí estaba ella, de pie cerca de los pies de la cama, su cara sin hiyab tan bonita como la recordaba de la noche anterior. La noche pasada. Los recuerdos inundaron su mente y Camila se sintió temblar, su corazón latía con fuerza por el susto y estar en su presencia. Ahora podía verla por completo, y su torso y brazos también estaban cubiertos por esos tatuajes que tanto la intrigaban.

— Ahlan² —, respondió a su saludo, casi sin voz.

—¿Izaiik?³ —(m. '¿Cómo estás?')

¿Hasta qué punto Camila podía creer que su presencia allí era real? Ese escenario confundió su cabeza, porque parecía algo imposible.

—Podemos hablar en tu idioma, si lo prefieres —Dijo a continuación la princesa, ante el mutismo y la confusión estampados en su rostro.

La arqueóloga no debería haber estado tan sorprendida de que también pudiera hablar su idioma.

— Yo... Apenas puedo hablar mi propio idioma cuando estoy nerviosa,— murmuró Camila ligeramente acorralada. —Estoy bien ¿Y tú?

—Define 'estar bien' para alguien como yo.

Bastante muerta. Hace más de cuatro mil años, de hecho. Así era como debía ser y eso no era discutible, pero contrariamente a todas las expectativas, Laurenebti estaba allí frente a ella, hablando como si fueran viejas conocidas. Camila se pasó la mano por los mechones de su cabello en un gesto nervioso.

—Debo estar volviéndome loca —, murmuró para sí misma. —No puedes ser real. No hay forma de que sea real.

—Anoche me pareció muy real. ¿No lo fue para ti? —Laurenebti dijo con calma, inclinando la cabeza mientras sus ojos entrecerrados la estudiaban.

Camila tragó saliva, como si se le hubiera formado un nudo sólido en la garganta.

—No... No fuiste tú. ¿Cómo hiciste eso? Quiero decir... ¿Qué hiciste?

The Chosen (Camren) - TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora