The Chosen (Camren) - Traducción

Bajo la piel (Parte I)

GIZA, ANTIGUO EGIPTO – 2505 aC

Dos años antes de Sep

LAURENEBTI

Esa tarde, la princesa cumplió con sus deberes reales y, después de comer en la mesa con sus padres y algunos invitados de alto rango, se excusó para retirarse a sus aposentos. De hecho, no tenía la intención de quedarse allí, simplemente cambió su ropa más cara por una más sencilla, se deshizo de sus joyas, tomó una pequeña bolsa con algunas monedas, se cubrió el cabello y la cara y luego salió del palacio, decidió visitar el centro comercial.

A sus padres no les gustaba y no aprobaban que deambulara entre los plebeyos de Giza, como princesa necesitaba estar segura dentro del palacio o salir siempre con una escolta si quería visitar la ciudad. Pero Laurenebti odiaba esa presión con todas sus fuerzas. Ella entendía los riesgos, no era una niña ingenua, pero mucho menos estaba desprevenida. Tomaba clases de defensa desde los diez años y sabía manejar muy bien las dagas y espadas pequeñas, siempre llevaba consigo una daga.

Ya lejos de las afueras del palacio, siguió por los callejones, pasando desapercibida para la gente que iba y venía y en ocasiones incluso la saludaba. Sabía bien que a la gente de Giza no le gustaba la forma en que su padre gobernaba la ciudad, ya había escuchado muchas quejas durante esos recorridos clandestinos suyos, y algunas de ellas incluso se las pasó al rey para que no revelara la identidad. manera que ella había descubierto. Ella siempre trató de ayudar a suavizar las cosas, pero su padre no la escuchó.

Si pudiera, ayudaría a todos. Pero desafortunadamente esto estaba más allá del alcance incluso de un rey, era difícil mantener a todos contentos y satisfechos, era un proceso largo y prolongado, y siempre habría controversia.

Laurenebti aprovechó estos paseos para comer algunos alimentos que no se servían en el palacio, ya que no eran del agrado del rey. Le gustaba la cocina de las calles de Giza, allí se comerciaba con muchas cosas buenas y no entendía cómo a su padre no le podían gustar muchas de estas especias.

Pasó por algunas tiendas de telas y compró una que le pareció hermosa, era negra con un suave bordado en líneas verdes y algunas piedras de imitación esmeralda. Le gustaban las esmeraldas, el color vivo y el brillo que reflejaban, algo en ellas le daba esa sensación de felicidad.

Desde allí, caminó más hacia el centro, pasando por una fuente donde algunos niños corrían y jugaban. Los observó durante unos momentos. No tuvo hermanos porque su madre se enfermó mucho después de que ella nació y desde entonces es infértil, pero le gustaban los niños sobre todo cuando eran felices, jugando, riendo y divirtiéndose. Siendo niños de verdad.

Caminó unos minutos más hasta llegar a la calle de los pequeños mercados al aire libre. Pasaba por varias de estas carpas donde se disponían diferentes tipos de comida para el comercio, cuando llegó a una en específico y la chica que cuidaba esa carpa le llamó la atención.

Una dulzura con refinamientos latentes de maldad, sus teoremas de Cadmylos y nada más. Si tan solo supiera cuánto pueden engañar las apariencias...

De piel aceitunada, vestía ropa blanca con un cinturón de cuero ennegrecido alrededor de la cintura y en la cabeza la pashmina igualmente blanca le cubría el cabello y el cuello, pero no el rostro. Aparentaba ser joven, tenía una sonrisa y unos rasgos llamativos y hermosos, la amabilidad con la que recibía y trataba a todo aquel que se acercaba interesado en comprarle comida llamó la atención de la princesa.

Cuando Laurenebti se acercó, estaba ayudando a una señora a poner la comida que acababa de comprar en una canasta de paja. Las manos temblorosas de la simpática anciana terminaron por dejar caer algunas frutas y rápidamente la princesa se adelantó para recogerlas y devolvérselas.