Charlotte
Suspiro agotada porque puedo estar acostada en esta camilla, pero el cansancio no se va, además de que los vómitos que si bien han disminuido un poco gracias a la intervención de los médicos siguen presentes y me dejan más agotada de lo que ya me siento.
Como siempre lo digo mi hijo es el único que me mantiene viva, o hace mucho ya me hubiese rendido.
Ya estoy cansada de esta vida, muchas veces rogué que todo fuera una maldita pesadilla, porque lo único bueno que me ha pasado en toda mi vida es mi hijo, pero no lo es esto es la cruel realidad y lamentablemente, no soy ni la primera ni la última que pasa por estas situaciones.
Mi hijo está jugando con Andrea, tanto ella como el amigo de Adriano son muy amorosos y tratan muy bien a mi hijo cosa que agradezco.
—Lo llevaré a comprar unos dulces, si me lo permites claro —me habla Andrea a lo que asiento sin dudarlo al ver la sonrisa que se forma en mi hijo.
—No demasiados, gracias —le agradezco con sinceridad.
—Cualquier cosa por mi sobrino —dice guiñándome un ojo.
¿Por qué ellos no me han juzgado como todos lo han hecho?
—Charlotte, necesito preguntarte algo, pero si no quieres hablarlo lo entenderé —escucho que dice Dante apenas su novia y mi hijo salen de la hace.
—Yo... ¿qué cosa? —pregunto entre confundida y nerviosa.
—Se que no debería meterme en tus asuntos, pero gracias a lo que hiciste el infeliz de Elliot fue preso, y si puede que no pagara su condena como se lo merecía, pero lo hiciste y es algo que al principio no entendía por qué si se supone que "odiabas" a Isabelle, pero lo supe cuando vi las denuncias en contra de esas personas, porque si todos fueron a parar a la cárcel sea el tiempo que sea fue gracias a ti —habla y el solo hecho de recordar a Elliot me revuelve el estómago —. Andrea e Isabelle tuvieron suerte porque con ellas no lograron su cometido, pero... —no logra terminar la oración, pero comprendo sus palabras, él ha descubierto otro de mis secretos que por años he Guardado.
Si es verdad que busque las pruebas para que todos eso malditos pagaran porque habían lastimado a mi hermana y a otras personas, pero mi lado egoísta lo hizo para que al menos pagaran un poco de mi sufrimiento y no se volvieran a acercar a mi niño.
Cuando me enteré de la muerte de Elliot no sentí nada ni siquiera alivio porque siento que debió sufrir más, su muerte no me devolverá todo lo que ha roto en mi...
—Pero no tuve la misma suerte porque a mí si me violaron —completo la oración con la voz quebrada, y ni siquiera sé porque lo he confesado, tal vez porque ya me ha descubierto o porque ya estoy cansada de luchar y de terminar en el mismo punto, de ocultar mis sentimientos para que otros no sufran.
—Cuando lo supe iba a decirle a Andriano, pero no lo hice porque no es algo que me corresponda —confiesa —. Eres una guerrera Charlotte, no me puedo ni imaginar lo que es guardar semejante dolor solo para no lastimar a los demás, pero creo que todos deberían saberlo, deberían conocer a la verdadera mujer que se esconde detrás de esa máscara de hielo y entender que estaban muy equivocados —habla con seriedad a lo que niego de inmediato.
—Todavía no es el momento, necesito estar sana para poder enfrentar lo que se viene por eso te pido que no se lo digas a nadie —le digo apresuradamente.
—No estoy del todo de acuerdo, pero respetaré tu decisión.
Se que los secretos deben salir a la luz o jamás podré vivir tranquila y ser la madre que mi hijo necesita, pero antes necesito sentirme nuevamente fuerte para enfrentarlo.
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Mi dama misteriosa
Roman d'amourCharlotte Avril, una mujer a la que nunca verás derrotada porque prefiere parecer de hielo a una persona vulnerable que la pisoteen más de lo que ya lo han hecho. Andriano Santoro, un hombre que solo busca recuperar el tiempo arrebatado junto a s...