Charlotte
Observo a mi esposo tratando de descubrir el motivo de su silencio. Desde que volvimos de nuestra luna de miel hace más de una semana se ha estado comportado raro, y se que algo me oculta.
La pregunta es ¿Qué es eso? ¿Qué es lo que no puede decirme? ¿Acaso no confía en mí? ¿ O tal vez se arrepintió de haberse casado conmigo?
-¡Mamá!-el grito de mi hijo me saca de mis pensamientos y logra captar la atención de su padre.
-¿Qué sucede, mi amor?-le pregunto a mi niño quien llega a mi lado a las corridas.
-¿Puedo ir con los abuelos y mis primos?-me pregunta haciendome ojitos.
-Amor,... -empiezo tratando de encontrar las palabras justas para no hacerlo sentir mal, pero al ver su rostro brillando de la ilusión no puedo hacerlo. -Esta bien, puedes ir con ellos, pero te portaras bien y te cuidaras mucho, ¿ok?-le pregunto a mi pedacito de cielo.
-¡Si! ¡Me portaré muyyyy bien!-exclama eufórico al tiempo que se lanza a los brazos de su padre quien se ha acercado hasta nosotros sin que me diera cuenta.
-Bien, tienes que hacerles caso a tus abuelos, y si quieres volver solo debes llamarnos ¿Está claro?-le pregunta su padre.
-Está bien, papá. -le dice para seguidamente darle un beso en su mejilla.
*
-¿Qué está mal?-pregunto después de una hora de estar en completo silencio.
Nuestro hijo viajo a Italia junto a sus abuelos. Y si se preguntan si fue difícil dejarlo ir, pues dejenme decirles que si, siempre temeré por su bienestar, él es mi vida y pensar que alguien lo puede lastimar me enloquece. Se que los padres de Andriano son buenas personas, y lo cuidarán, pero eso no logra dejarme del todo tranquila.
-¿Por qué algo estaría mal?-pregunta haciendose el desentendido.
-No se, dimelo tu.-contrataco am tiempo que me levanto del sofá tratando de organizar mis ideas y pensar bien mis siguientes pasos.
-No hay nada malo, amor.-asegura, pero detecto inseguridad en su voz.
-Bien, si no me quieres decir lo entiendo, pero te recuerdo que habiamos quedado en que no habrían más secretos y eres el que rompe esa promesa.-le digo sin poder ocultar mi enojo.
-No estoy rompiendo nada, solo tengo mucho trabajo, lamento si te lastime con mis actitudes.-me dice al tiempo que se levanta del sofa para pararse a mi lado.-No quiero que por ningún motivo sientas que esto esta mal, solo tengo muchas cosas en la cabeza, pero prometo que esto no volverá a suceder.-me dice con seguridad.
-Yo... tal vez exagere.-susurro arrepentida de haberle reclamado.
-No, me gusta que me digas lo que te esta molestando para poder cambiarlo.- asegura al tiempo que agarra mi rostro entre sus manos.-Hay algo que he descubierto, pero no se si quieras saberlo.-confiesa dejándome confundida.
-¿Qué cosa? ¿Es grave?-pregunto preocupada.
-No,... bueno es complicado y se que puede ser duro para ti, pero tienes el derecho a saberlo.-me dice mirandome con tristeza.
-Dimelo de una vez, me estás asustando.-susurro al borde de perder la paciencia.
-He encontrado información sobre tu origen.-confiesa al tiempo que se separa de mi lado para seguidamente agarrar una carpeta de entre sus cosas.-No se si quieres leerlo en privado o...-niego de inmediato.
-No, prefiero que estés a mi lado.-digo tragando grueso.-¿Lo has leído?-pregunto en apenas un susurro.
-Lo he hecho, no podia darte algo que no haya pasado por revisión, y aunque no puedo cambiar lo que dice ese papel estoy aquí para ti.-me dice al tiempo que me entrega esa carpeta.
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Mi dama misteriosa
RomansCharlotte Avril, una mujer a la que nunca verás derrotada porque prefiere parecer de hielo a una persona vulnerable que la pisoteen más de lo que ya lo han hecho. Andriano Santoro, un hombre que solo busca recuperar el tiempo arrebatado junto a s...