Capítulo 12: Rota

949 32 1
                                    

Charlotte

Observo como duerme mi niño ya que no he podido pegar el ojo en toda la noche, no después de que esa mujer se presentara en esta casa, no después de saber que conoce a Andriano.

La visita de esa mujer solo es una advertencia que me ha enviado Hugo, no me desharé de él nunca por lo visto. Claribel, era secretaria o mejor dicho una de las amantes de Hugo, y al parecer también trabaja para Andriano.

Esa mujer parece saber cada paso que el padre de mi hijo da, me amenazó e insultó a mi hijo, de seguro Hugo la envió para sembrar la duda en Andriano.

Me advirtió que él me tiene bien vigilada y que cualquier error que cometa lo pagare con la vida de las personas que amo.

Estuve a punto de confesarle todo a Andriano, pero eso nos pondría en riesgo y tampoco creo que confíe en mis palabras.

Todo es tan desesperante y estoy tan agotada de luchar y que nunca se terminen mis desgracias.

De salud me encuentro estable gracias a los medicamentos y a la dieta, pero de todas maneras hay veces que tengo décadas.

Vivir en este lugar no me gusta, no me siento cómoda, pero estoy agradecida de que mi hijo esté en un lugar calentito y que pueda alimentarse como se debe y eso se lo agradezco a Andriano y a mi Dios que nunca me abandona.

Por otro lado, debo afrontar mis responsabilidades, y por lo mismo tengo que ir a trabajar a ese lugar que tanto odio.

Julie me contó que el tipo del hotel la interceptó de camino a casa y le dijo que si no me presentaba a más tardar mañana se encargaría de meterme presa y lastimar a mi pedacito de cielo, y lo creo capaz porque es la misma basura que Hugo, y no dudo en que lo haya ayudado para salir de la cárcel y ni me quiero imaginar que le prometió Hugo.

No entiendo como nadie sabe de qué Hugo está libre, tal vez tiene policías y abogados comprados de otra manera no encuentro una respuesta coherente.

Si antes pensaba ahora lo hago el doble, me he puesto a pensar que quizás Hugo tenga razón, y deba aceptar mi destino, nadie confía en mí y nadie me salvará porque no lo hicieron antes ¿Por qué lo harían ahora?

Soy un asco de persona, me odio, odio lo que soy, no puedo verme en un maldito espejo porque solo soy una mujer marcada, una mujer que tiene el cuerpo y el Alma hecha añicos, que no se puede amar ni ella misma. Hugo tiene razón, soy una mujer sucia y marcada que no merece ser amada.

Tal vez me esté equivocando, tal vez tenga alguna maldición y por eso todos me quieren lejos, tal vez y solo tal vez jamás debí nacer.

Cada maldito día que pasa recuerdo los abusos, los golpes, y duele recordar, duele como el primer día, duele sentirte sucia por culpa de dos malnacidos.

Sus palabras, su maldito toque están grabados en mi piel, son como heridas que nunca sanan.

Me siento tan vacía, tan destruida, tan sin sentido que no se hasta cuando aguntare todo este peso que llevo sobre mis hombros.

Mi pedacito de cielo... es lo que me repito todo los días para no dejarme vencer.

***


Suéltame, Hugo dijo que no te me volverías a acercar susurro temerosa de lo que este tipo pueda llegar hacer.

Hugo no se enterará porque tú no se lo dirás, Charly me dice Elliot al tiempo que aprieta más su agarre en mi cuello hasta el punto en que me empiezo a marear —. Sabes lo que le podemos hacer a la pequeña Isabelle si tú te resistes me recuerda con malicia mientras que empieza a tocar mi cuerpo con su mano libre —. No sabes las cosas que me imagino haciéndole a Isabelle, pero si tú sigues cediendo no la tocaré dice con perversión provocando que el miedo se incremente.

Mi dama misteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora