Charlotte
Tiemblo entre los brazos de mi esposo, lo aprieto a mi con todas mis fuerzas, mis lágrimas ensucian su camisa, pero a él no parece molestarle porque me corresponde el abrazo con la misma intensidad.
Después de 48 horas lo tengo junto a mi, después de creer que no ganaríamos el juicio, y que lo condenaría... lo tengo de regreso y no pienso permitir que se vuelva a alejar, no puedo imaginarme una vida sin él y sin nuestro hijo.
-Shhh,... ya paso, amor.-susurra con dulzura tratando de calmar mi incontrolable llanto, pero no puedo hacerlo aunque quisiera. Es una mezcla entre miedo y alivio, hemos pasado por tantas emociones en menos de tres días que no se como sobrellevar todo.
-No... no vuelvas a dejarnos. -le digo con la voz rota.
-Prometo no hacerlo, mi dama.-me promete y le creo.
-Hay unas cosas que debe firmar señor Santoro.-interrumpe una voz desconocido que supongo pertenece a algunos de sus abogados.
-Lo haré más tarde, ahora solo quiero ir a casa y estar con mi familia.-dice mi esposo y me doy cuenta de su voz cansada.
-Dios... ¡Qué desconsiderada soy¡ ¿Debes estar cansado, verdad?-le pregunto apenada al tiempo que termino con el abrazo para poder inspeccionarlo mejor.-¿Tienes alguna herida?-le pregunto.
-No,amor. No hay nada de lo que debas preocuparte.-asegura mirándome con dulzura.
-¿Tienes hambre?-le pregunto ahora a lo que él niega así que prosigo con mi interrogatorio.-¿Estás muy cansado, no? De seguro solo quieres darte un baño y dormir... entonces lo mejor es irnos a la casa y...-su sonrisa divertida detiene mis palabras.-¿Qué es gracioso? ¿Acaso te burlas de mí preocupación por ti?-le pregunto indignada y eso solo provoca que su sonrisa se ensanche más.
-Bueno tortolitos es hora de salir de este lugar. Luego, sigues con tu interrogatorio, Char.-bromea Dante.
-Ninguno entrará a mi casa.-les digo furiosa para seguidamente darse la vuelta con la intención de salir de alli, pero el brazo de Andriano me impide cuando me toma de la cintura para acto seguido acercarme a su cuerpo.-Es mejor que me sueltes.-le advierto.
-Es imposible no sonreír cuando veo a la mujer más bella sobre este maldito mundo, y sentirme afortunado de que sea mi esposa, mi mujer.-susurra sobre mi oído provocandome un escalofrío.-Perdona a este tonto que no puede evitar divertirse cuando su mujer se preocupa por él. -me dice para después soltarme dejándome aturdida.
-Yo... eres un tonto.-digo al tiempo que sin poder evitarlo se me escapa una sonrisa de tonta enamorada.-Vamonos a casa.-Le pido, allí podremos hablar tranquilos.-le digo y se que ha llegado el momento de hablar de nuestros sentimientos.
Lo amo, este hombre fue él único por el cual llegué a sentir, me ha enseñado a amar, me ha dado una familia. No podría no haberme enamorado de él. Si puede que hayamos cometidos muchos errores, pero la vida se ocupo de acomodar cada cosa nada que podamos retomar eso que no se pudo dar en el pasado, pero esta vez de una manera sincera.
Amo a Andriano Santoro.
Andriano y Fabiano son los hombres que más amo en mi vida...
***
Observo a mi esposo e hijo dormir profundamente a mi lado, después de tantas cosas puedo decir que lo tengo todo si los tengo a ellos conmigo.Mis suegros estaban al igual que todos nosotros aliviados de que todo se haya solucionado. Ellos decidieron irse en dónde se esta hospedado su hija. Isabelle no ha querido pisar nuestra casa, y se que ha discutido con sus padres y con Andriano.
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Mi dama misteriosa
RomanceCharlotte Avril, una mujer a la que nunca verás derrotada porque prefiere parecer de hielo a una persona vulnerable que la pisoteen más de lo que ya lo han hecho. Andriano Santoro, un hombre que solo busca recuperar el tiempo arrebatado junto a s...