Capítulo 29: Un plan

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Charlotte

La escena que ven mis ojos es tan difícil de procesar, las autoridades han llegado hace minutos. Estoy congelada en el lugar sin saber que hacer o que decir, solo soy levemente consciente como esposas a Andriano al tiempo  que otro grupo de policías empiezan ha inspeccionar el cadáver de Durant.

Ese hombre que tanto daño me ha hecho al fin ha dejado este mundo, pero en lugar de sentir paz siento que me ahogo porque mi esposo será juzgado por su culpa, incluso después del muerto se empeña en arruinar mi felicidad.

-Char, debemos irnos. Debes reaccionar, buscaremos la manera de que Andriano salga libre de todo esto.-me dice Dante al tiempo que siento que me abraza para demostrarme su apoyo y hacerme salir de ese estado en que me he metido.

-Andri... Andriano.-susurro con la voz entrecortada al tiempo que intento liberarme del abrazo de Dante para correr hacia donde se llevan a mi esposo, pero él hombre a mi lado me lo impide.-¡Suéltate!-le gritó desesperada.-Debo ir con él...-susurro llorosa.

-Iremos con él, pero cuando te calmes.-me dice con suavidad. -Él te necesita fuerte en estos momentos, así que debes serlo, Charlotte.-me dice cambiando su tono a uno más serio para hacerme entrar en razón.

-Solo quiero que lo dejen libre, ... debió decirles que yo lo hice, ¡Se lo dije, se lo dije y no me escucho!-grito al tiempo que le doy un empujón a Dante que lo toma desprevenido y me ayuda a escapar de sus brazos.-Tienes razón, no me quedaré llorando mientras mi esposo es acusado, llama a sus abogados, paga lo que tengas que pagar, pero sacalo de ahí.-le digo mientras limpio mis lágrimas de un solo manotazo para seguidamente empezar a caminar hacia la salida con la seguridad de que mi esposo no pasaría ni una sola noche en ese lugar, yo misma me encargaría de que así fuera.

***
Me muevo impaciente de un lado a otro, ya ha pasado más de dos horas de que lo tienen a mi esposo interrogandolo, y hasta ahora nadie nos ha permitido verlo. Solo pudieron pasar dos de sus abogados mientras que los demás se encuentran arreglando las cosas con el juez a cargo del caso.

Mis suegros están a mi lado, y también se los ve inquietos por saber a su hijo en este problema.

Mi hijo se quedo con Andrea, y sus cuñados que llegaron hace apenas una hora para apoyarnos en lo que sea que necesitemos.

Agradezco todo el apoyo que he recibido durante todo este tiempo,y más en estos momentos que son tan difícil para nosotros.

-¿Por qué no descansas un poco, Char?-me pregunta Dante qué por cierto no se a movido de mi lado, y se que también esta ansioso porque su amigo está en esta situación.-Usted ta bien debería hacerlo, señora Gabriella.-le dice a mi suegra.

-No podría descansar, además no pienso moverme de aquí si no es para regresar a casa junto a mi esposo.-le digo negada a irme de aquí.

-Opino lo mismo que Char. Solo podremos estar tranquilas cuando él esté libre.-me da la razón mi suegra.

-Bien, no podre convencerlas, pero al menos deben comer algo.-nos dice.

-Tiene razón, mujer.-asegura mi suegro hablando después de haber permanecido mucho tiempo en completo silencio como analizando la situación. -No permitiré que mi hijo pase por lo mismo que yo pase.-dice con seriedad y es cuando entiendo el rumbo de sus pensamientos.

El padre de Andriano estuvo muchos años presos por culpa de los Durant, y eso solo me da vergüenza, el saber que esos sujetos hicieron tanto daño, y yo era considerada su hija.

-Yo... lamento, en serio lo lamento, es mi culpa que Andriano este allí.-me apresuro a disculparme al sentir como ese peso cae sobre mis hombros.

-¿Qué? No, no es tu culpa, hija. Tú sólo eres otro inocente que sufrió a manos de esos infelices.-me dice mi suegro al tiempo que niega en desacuerdo con lo que acabo de decir.

Mi dama misteriosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora