David
Sonrío ante la hermosa escena que me regalan mi mujer y mi pequeña hija, el parto se adelantó, pero estoy muy feliz, me siento Completo.
El día de hoy han pasado tantas cosas, que se me hizo extenso y pesado, pero la
recompensa fue que mi hija llegará al mundo.Siempre soñé con tener una niña, y ahora la tengo, no voy a negar que me aterra la
idea de que algo le suceda, es tan pequeña y frágil, pero la protegeré con mi vida, a
ambas.-Debes descansar, amor.-le digo a mi belleza, ella niega de inmediato sin apartar la vista de nuestra beba.
-No, quiero tenerla todo el tiempo.-dice caprichosa.-Es muy hermosa.-dice Sonriente.
-Salió a ti.-digo con sinceridad.
-No puedo creer que hemos creado algo tan perfecto.-dice al fin dejándome verle a los ojos.
-Hemos creado vida, es el fruto de nuestro amor y el recordatorio de que juntos somos
mejor-le digo estirando mi mano para acariciar las mejillas de mi hermosa Mía.-Todos la amarán.-me dice acurrucándola más en su cuerpo.
-Así es, si no han entrado es porque no es horario de visitas, pero ten por seguro que
mañana estarán todos aquí.-le digo divertido, mis cuñados querían entrar, pero no sé lo permitieron.-Tiene hambre, así que la alimentaré, ¿Me ayudas?-me pregunta.
-Por supuesto, amor.-le digo acomodando a mi hija en mis brazos, es tan pequeña que la primera vez que la cargue temí tirarla, pero mi mujer me alentó a que lo hiciera.
-Ahora sí, tráela para alimentarla.-dice estirando sus brazos.
Le ayudo a ponerla cómoda, y las admiro mientras ella la acerca a los pezones y mi
beba no duda en tomarlo con su pequeña boca para comenzar a succionar, es la imagen más tierna que han visto mis ojos, es un lazo que tienen ambas tan único.-Son tan perfectas.-Susurro conmocionado por la situación.
-Más despacio, amor.-le pide cuando mi hija se desespera por la leche.
-Esta hambrienta nuestra calabacita.-comento sin dejar de observarlas.
-Aún no se distingue el color de sus ojos.-me dice frustrada.
-Apenas tiene unas horas, conejito.-le digo divertido por su frustración.
-Conejito? No lo escuchaba hace mucho.-dice al tiempo que levanta su mirada para mirarme fijamente, Cómo puede verse tan bien después del parto?
-Se ha dormido.-le susurro.-Si, solo quería leche.-dice al tiempo que aleja a nuestra hija de su pezón.-¿Puedes
acomodarla en su cuna?-me pregunta a lo que asiento mientras tomo a mi hija en brazos para seguidamente acomodarla en su cuna que está a lado de la camilla.-Dulces sueños, Mía.-le digo dejando un beso en su cabecita.-No puedo creer que ya esté con nosotros.-dice en voz baja.
-Todo paso muy rápido, pero valió la pena.-aseguro.-Pero quiero más de estos.-le digo divertido refiriéndome a mi hija.
-Aja, te dije que no tendríamos más.-dice fulminándome con la mirada.
-Puedo convencerte, quiero cuatro, tres niñas y un niño, o dos y dos.-le cuento mis deseos.-Ya tenemos una niña así que podemos ir practicando para el varón.-le digo juguetón solo para picarla.
-Ni siquiera lo pienses. Acabo de dar a luz y tú ya estás pensando en tener otro.-me reclama frunciendo sus cejas en señal de enojo.
-Ya veremos si puedes resistirte.-le digo presumido.
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Contra el mundo
Romansa2° Libro de "Mi amor prohibido" Dos enamorados que no tuvieron miedo de luchar por su amor, así el mundo estuviera en su contra, sin importar que la gente pensará que su amor era prohibido. Lograron ser felices, pero todo esto se complica cuando p...