¡¿Con quién juega nuestra jugadora estrella?!
Yuzu Okogi, tenía una vida encantadora. ¿Quién no estaría satisfecho cuando eres la mejor jugadora de fútbol del mundo? Obviamente, todavía existen esas grandes diferencias entre la apreciación del fútbol masculino y femenino, pero Yuzu estaba bastante satisfecha con lo que tenía hasta el momento. Tenía suficiente dinero para comprarse una casa de culo grande como ella la llama, luego se va de fiesta siempre que tiene tiempo para ello, y obviamente tiene a las chicas que quiere.
Y la prueba de ello es la mujer desnuda que está compartiendo las sábanas con ella, o Yuzu al menos pensó que la mujer de anoche todavía estaba allí hasta que escuchó una voz familiar, que no la estaba seduciendo, ni despertando de la mejor manera.
"¡Señorita Okogi, levántese en este instante y prepárese!" gritó Mei mientras palmeaba la pierna desnuda de Yuzu, sin fuerza para dejar marca.
Yuzu gimió al oír la voz de su representante. Rápidamente cogió su almohada y se la puso sobre la cabeza para taparse los oídos y los ojos. "Sólo cinco minutos más..." Yuzu murmuró mientras se movía ligeramente bajo las sábanas blancas de seda, que sólo cubrían lo necesario de su cuerpo desnudo.
"Ni cinco minutos más, ni un minuto más. Levántate y vístete, tenemos que coger un avión". Mei odiaba ser como la niñera de Yuzu, sólo era su mánager, no tenía por qué hacer este tipo de cosas; pero Yuzu también era su mina de oro, así que de ninguna manera iba a dejar que la rubia arruinara el negocio. Ahora mismo estaba eligiendo un chándal para Yuzu, por el amor de Dios, ¿era como su madre o qué? Cuando cogió un chándal azul oscuro, se dio la vuelta con él en las manos y aún vio a Yuzu durmiendo.
Mei suspiró y usó todas sus fuerzas para no hacerle daño a la otra mujer. Tiró el chándal sobre la cama y se dirigió al baño. Volvió con un vaso de agua, le quitó la almohada a Yuzu y vertió toda el agua fría del vaso sobre su cabeza.
"Mei, ¡¿qué demonios?!" Yuzu jadeó mientras levantaba rápidamente la parte superior de su cuerpo usando las palmas de las manos, ya que estaba tumbada boca abajo. "¡Qué frío!" Yuzu maldijo y gimió antes de darse la vuelta y usar las sábanas para secarse la cara.
"Vístete. Vístete". Le dijo Mei mientras le señalaba el chándal. "Tenemos que coger un avión. Debemos estar en Nueva York a las siete".
Yuzu se refregó la cabeza al sentir el cabello húmedo por la encantadora idea de Mei de despertarla. "Uf, bien, bien". Ahora que Yuzu prestaba más atención a su alrededor se dio cuenta que la mujer de anoche no estaba con ella en la cama, pues que lástima, estaba pensando en otra ronda, si Mei no hubiera tenido la maravillosa idea de interrumpir su sueño de esa manera.
"Si buscas a tu juguete, ya la eché de aquí hace rato". Le advirtió Mei mientras se daba la vuelta para salir de la habitación. "Date prisa". Y con eso Mei salió del dormitorio.
Yuzu resopló y puso los ojos en blanco. Eso le pasaba por tener a la mánager más dura del mundo, incluso había presidentes que la temían, ¿Qué demonios? Pero Mei era la mejor y Yuzu necesitaba lo mejor. Y tenía que admitir que gracias a Mei, Yuzu había conseguido estar donde está ahora. Pero eso no le daba derecho a la pelinegra a despertarla de esa manera.
"Mejor me doy prisa o ella tendrá mi cabeza..." Yuzu murmuró mientras apartaba las sábanas de una patada y se iba a vestir.
...
Aeropuerto de Londres
Yuzu aprovechó el trayecto de su casa al aeropuerto para dormir. Ella iba en la parte trasera del coche Nissan Qashqai, durmiendo con su chándal azul oscuro y unos botines de fútbol amarillos, que según Mei se veían horrendos con ese chándal, pero eran los botines favoritos de Yuzu, así que de ninguna manera se iba a cambiar.
ESTÁS LEYENDO
[CITRUS] - Smut Stories
FanficUna serie de desvergonzados escenarios obscenos donde Yuzu y Mei se encuentran y tienen relaciones sexuales. A veces deseamos que hubiera terminado así. Ilógico. Porno sin trama. Yuzu dominante / Mei sumisa. Esta es una historia de G! P. Si esto no...