𝙼𝚢 𝙻𝚘𝚟𝚎

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Kinox - «Quiero que sepas»

¡Cada día es más difícil tener que verla a los ojos!

Volví después de una larga tarde en la academia, llegué corriendo a casa como siempre, pase dentro saludé a mi madre y subí a mi habitación.

Acto seguido tiré mi mochila sobre un pequeño sofá para después ser yo la que se tirara.

Si alguien me viera seguramente se burlaría de lo que hago, estoy como idiota dando vueltas por mi cama buscando calmar esta sensación de ¿ansiedad?

Ya ni sé que es lo que siento, elevo mi mirada hacia el techo y trato de calmar estos sentimientos que florecieron desde que la conocí.

Pero siento que es imposible...

—Siempre tiene que pasarme esto —susurré atrayendo y cubriéndome la cara con una almohada como si estuviera intentando asfixiarme.

Sufro por ti...

Muero por ti...

—sonrojada—. ¿Por qué no se lo digo? —hablé con mi cara contra la almohada.

Cada día es una fuerte punzada al corazón el tener que aguantar las ganas de estrecharla con fuerza entre mis brazos, susurrarle cosas cursis al oído y besarle los labios con la intención de demostrarle cuanto la extrañé.

¡No sabes cómo duele tener que reprimir estos sentimientos!

—Es difícil explicar "la magia" que ella me transmite, si con solo oír su dulce voz ya se van las nubes grises...

—Vaya que poético.

Oh por Dios, ¡Olvidé cerrar la puerta!

Volteé con vergüenza y justo allí se encontraba mi madre, recostada en el marco de la puerta con una sonrisa divertida sobre sus labios.

—Ma-mamá...

—La cena ya está lista cariño —anunció con una voz dulce y calmada.

—Está bien —susurré levantándome de la cama, odiaba cuando mi madre entraba sin avisar.

No es por carecer de confianza con ella, por supuesto que no. Lo que pasa es que algunas veces me insinuaba cosas sobre "eso" que sentía, ya sea en la cena o con amigos presentes.

Realmente le gustaba verme avergonzada en ese tipo de situaciones.

—Yuzu.

—¿Sí? —la miré de reojo.

—¿Ya le dijiste a Mei-chan?

Sentí mi rostro arder, en serio que me vuelvo vulnerable cuando me hablan de esa chica

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Sentí mi rostro arder, en serio que me vuelvo vulnerable cuando me hablan de esa chica... Intente calmar mi sonrojo para poder responderle.

—Aún no.

Me miró pensativa, seguro se preguntaba por qué su hija era tan cobarde en confesar sus sentimientos.

—Bueno, supongo que ya llegará el momento —me sonrió a lo cual solo asentí volviendo a comer—, no sientas miedo cariño.

—Cielos mamá, es tan fácil decirlo... —frunció el ceño.

—Las dos se quieren. Yuzu —hizo una pausa—, que no te importe la opinión del resto ¡Qué más da lo que piense el terco de su abuelo! ¿acaso quieres que Mei-chan se enamore de alguien más?

—sostuve el tenedor con fuerza entre mis dedos, obviamente eso era lo que más miedo me daba, pero ya tenía las cosas claras—. No. Ya me separaron de ella una vez, no ocurrirá dos veces.

—¡Exacto! Esa es la actitud amor, ahora supongo que después de esta charla mañana se lo dirás. ¿No es así? —dijo con una media sonrisa y las manos sobre la mesa.

Suspiré, mi madre tiene razón.

—El que no arriesga no gana —susurré logrando que mamá asintiera y se levantara de su silla para abrazarme con fuerza—, mañana le diré todo lo que siento —dije lo más bajo posible.

—Está bien cariño, pero —la observé con duda—. No me conviertan en abuela tan pronto —volvió a abrazarme y escuche sus risas sobre mi hombro.

Mi corazón empezó a latir como loco y sentí como la sangre se acumulada en mis mejillas al tan solo imaginarlo.

Mei embarazada...

¿Un bebé mío?

Inconscientemente sonreí junto a mi madre, a los pocos segundos nos separamos del abrazo y tras una breve platica seguimos cenando.

Mañana será el día en el que por fin pueda desahogarme y decirle todo lo que siento.

«Espero no ponerme nerviosa cuando llegue el momento de mi confesión»

[CITRUS] - Smut StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora