17. Confesiones

1.3K 121 62
                                    

Llegó el siguiente día. Durante la mañana, Claudia me concretó la hora y la dirección del lugar al cual iríamos esa noche. Seguidamente, le comenté a Raúl los planes y sin dudarlo aceptó.

Por la tarde, solamente me dediqué a comer y ver la televisión.

Sólo cuando quedó una hora para tener que marcharme, me arreglé. Me dirigí a mi habitación y busqué en mi armario el vestido más llamativo que tenía. Cuando lo tuve en mis manos observé la prenda unos segundos. Lo vi demasiado para alguien como yo, así que opté por la segunda opción. Era de color negro, un poco más largo que el anterior, con mangas; pero igual de ceñido que el primero.

Me calcé con unos zapatos y me maquillé un poco, sobretodo la zona de los ojos. Me puse mi chaqueta y salí del edificio.

Seguí las indicaciones de Claudia, y en diez minutos estuve en la puerta. Aún no habían llegado.

Un corto periodo de tiempo después, aparecieron ella y Luís juntos.

—Hola Lisa —saludó él.

—Hola.

Claudia me dio un fuerte abrazo, y fue en ese momento cuando Raúl entró en nuestro campo de visión. Vestía una camisa blanca y unos tejanos. Como calzado llevaba unos zapatos negros. Estaba muy guapo.

—Vaya... estás preciosa —ese fue su saludo.

—Tú también lo estás.

Raúl saludó a Claudia y Luís; y después entramos.


La música estaba a todo volumen. Tanto, que resultaba un tanto desagradable.

—Tengo mucha sed. Vamos a por bebidas —dijo mi mejor amiga.

Nos fuimos directos a la barra, en esa zona no había mucha gente.

Ellos pidieron una bebida llamada "Piña colada" y cuando fue mi turno, pedí un zumo de piña. El camarero rió.

—¿Mezclado con qué bebida? —preguntó.

—Sólo quiero zumo. Gracias —el chico volvió a carcajear y cuando terminó de verter el líquido en el vaso, me lo dio.

—Vamos a la pista a bailar —sugirió Raúl.

Iba a decirles si querían venir con nosotros, pero estaban hablando entre ellos de algo que parecía preocupar a Claudia. Ella me miró y sonrió de forma muy forzada.

—Ahora voy Lisa —me dijo—, id vosotros.

Sin pensarlo más veces, cogí de la mano a Raúl y busqué un hueco en medio de la pista. Nos alejamos mucho de la zona donde anteriormente nos encontrábamos.

—Este vestido te queda increíble —habló sobre mi oído para que lograse escucharle.

—Gracias.

Había puesta una bachata y como era mi estilo de música favorito, empecé a bailar. Raúl sólo miraba.

Antes de que acabase la canción, me agarró de la cintura y me aproximó a él tanto, que nuestros cuerpos entraron en contacto. Tuve que echar la cabeza hacia atrás para verle con claridad.

Empezó a acercar su rostro al mío, pero le alejé lo más delicadamente posible.

—Oh no... No pienso irme hoy de aquí sin un beso. El otro día me quedé con las ganas.

—¿Quieres un beso? —cuestioné.

—Sí, por supuesto que lo quiero.

Acabé con la distancia que nos alejaba, y dejé un casto beso en sus labios.

Sabía que volverías (SA, LP#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora