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EMILIO LARA

• importante: Esta escena es contenido +18, por lo que puedes saltar si te sientes incomodx :).







Llegué y estacione mi auto frente a la casa donde había recogido anteriormente a Támara, habíamos salido por enésima vez a una reunión con unos amigos fuera del fútbol, cosa de la cual podría comenzar a arrepentirme.

Vivo con el constante miedo de que la reconozcan de algún lugar, ella dice que no sucederá por qué al ser la más chica era más exclusiva con los clientes. Podría creer o podría no hacerlo, después de todo ella sigue siendo una desconocida.

Se preguntarán por qué sigo con esto si no confío del todo en ella, fácil, mi hermana divulgó el chisme de que tenía una pareja. Esto ya había llegado a demasiados oídos, era como un virus que no se podía detener. Aunque tampoco me hago tonto, se que esta mujer es mi conjuro.

No hay manera en la que ella no me siga gustando como mujer, es atractiva como no tienen idea. Me gusta su personalidad y también me encanta lo bien que besa, en algo más íntimo, es increíble en la cama. No cualquiera la iguala, no cualquiera puede hacerle competencia, es la mejor con la que he estado.

- Hey - Támara movió de mi brazo haciendo que saliera de mi pequeño trance, en el que pensaba en mi vida por cierto.

- ¿Si? - la miré

- Estás muy pensativo- Suspire

- Un poco nada más, pero todo bien.

-¿ Quieres pasar ? - me ofreció

- ¿Vives con alguién? - negó

- Vivo sola desde hace unos meses, puedes pasar sin preocupación- me aseguró poniendo su mano sobre mi brazo extendido que estaba sobre el volante.

- Bueno, pero sólo un momento- sonrió gustosa.

Ambos bajamos del auto y entramos a la espaciosa casa, era muy grande para vivir sola.

- ¿Te ofrezco algo? - preguntó

- Estoy bien, gracias- le sonreí

- Bueno, yo si voy por agua pero siéntate que estás en tu casa.

Se dirigió a lo que supongo es la cocina, yo por mi parte tomé asiento en uno de los sofás que estaban a mi vista. Un par de minutos después regresó limpiandose la boca, se sentó a mi lado cruzando las piernas.

- Cuéntame de ti - pidió y me sorprendió un poco

- No se que más podría decirte de mi, básicamente conoces todo.

-¿ Todo todo? - asentí

- Todo todo. Conoces mi casa, a mi familia, de que me dedico, a mis amigos. Conoces mucho de mi y yo solo se tu nombre, donde trabajas y donde vives - sonríe un poco

- Supongo que es justo que te cuente más ¿No?

- Por favor - pedí haciendo que soltara una risita

- Estoy por cumplir los veintiún años, mis papás viven en Guadalajara pero están separados. Si, soy de allá pero decidí salirme se casa de mi madre antes de cumplir los diecisiete. Eran muchas cosas malas las que me hicieron tomar esa decisión, esta casa es de mi prima, pero ella se casó hace unos meses y se mudó con su esposo, por lo cual ahora vivo aquí sola.

- ¿Eres hija única?

- Tuve una hermana gemela- hizo una mueca - Ella se suicidó.

Abrí mis ojos sorprendida, su hermana gemela había muerto o más bien había acabado con su vida.

𝙋𝙨𝙞𝙘𝙤𝙙𝙚́𝙡𝙞𝙘𝙖 |𝙀𝙢𝙞𝙡𝙞𝙤 𝙇𝙖𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora