| 30 |

426 45 4
                                    


EMILIO LARA.


Llegué a casa de mis padres una vez más, después de todo Camila no aguantó tanto tiempo callada. Le contó a mis padres acerca de Tamara y "su doble vida", así se lo había pintado.

Es por eso que apenas término el entrenamiento me vine aquí, mañana sería un día agotador por que teníamos partidos y teníamos que estar bastante concentrados. Tenía que arreglar esto antes de que me pasara factura de nuevo.

Tan pronto como entré la tensión se sentía en este lugar, la noche anterior ya no había visto a Tamara con la excusa de que me debía parar a entrenar temprano. Ella lo entendió y hasta ahora no le he dicho nada, pero es obvio que sospecha algo por que yo nunca le puedo mentir del todo.

Mi mamá me observó a los ojos, realmente podía ver lo molesta que ella estaba, me atrevo a decir que hasta se veía desilusionada.

— Es mejor que comiences a explicar— pidió ella, sin moverse de donde estaba sentada rodeada por mis hermanos y mi papá.

Suspire

— Lo que te dijo Camila es verdad, te mentí, Tamara nunca fue mi novia. — comencé— Y es verdad que ella trabaja en un lugar nocturno, pero solamente es una bailarina, no se acuesta con sus clientes como seguramente Camila te dijo — le dí una última mirada a mi hermana menor.

— ¿Pero por que mentir?, créeme que hubiéramos entendido que hayas querido tener una noche nada más Emilio, pero hiciste todo completamente mal— respondió mi mamá— No puedo creer que me hayas mentido de esa manera a la cara, que ella se haya prestado a ese juego.

Mordí el interior de mi mejilla, solamente podía suspirar pesadamente mientras pensaba en como explicar exactamente todo lo que pasó. Ni siquiera yo sabía cómo pasó todo.

— la conocía de antes, al principio ella me interesó más que para verla bailar — dudé un poco, pero supongo que ser sincero era mejor. — y después de insistir pague un costo extra por que ella aceptara salir conmigo, después pasamos la noche y... Y de alguna manera yo no puedo vivir sin ella.

— Te engatuso — murmuto Camila.

La ignore. Lo único que me importaba era que mi mamá se sintiera mejor, por lo que solamente la veía a los ojos esperando que ella viera la verdad en los míos.

— Creeme mamá, todo lo que ella es me hizo comenzar a sentir cosas que hace mucho no sentía, aunque suene como una tontería.

— ¿Lo que ella dijo conmigo era verdad? — murmuro mi mamá.

— Las pláticas que hayas tenido a solas con ella, las risas, las anécdotas, todo es verdad. Tamara podrá tener un personaje en el escenario, pero cuando se trata de ser ella misma es muy transparente. — solté otro suspiro — solo les pido que no la juzguen por su pasado, digo pasado por que ella dejó ese trabajo por mi.

— ¿Tu se lo pediste? — preguntó Camila

— No, ni siquiera había pensado en hacerlo. La vez que se supone habíamos terminado, solamente nos habíamos distanciado, pero nos buscamos por que sentíamos esa necesidad de estar el uno con el otro, es por eso que decidimos intentarlo de nuevo. Ella sabia que con mi carrera teníamos que tener todo el cuidado, ella está enamorada de mi y por eso renunció a algo que la hace feliz, por estar conmigo y que todo esté bien entre nosotros.

La sala se quedó en un silencio total, había hablado con la verdad después de todo. Pensé que sería más difícil, pero ha sido fácil explicarles solamente lo que tienen que saber, después de todo los detalles son únicamente para mi.

𝙋𝙨𝙞𝙘𝙤𝙙𝙚́𝙡𝙞𝙘𝙖 |𝙀𝙢𝙞𝙡𝙞𝙤 𝙇𝙖𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora