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EMILIO LARA.










Una vez más estaba dándole vueltas al asunto mientras me arreglaba para ir a comer en casa de mis papás, era el cumpleaños de mi madre y había hecho una reunión con su familia para poder festejar. Obviamente como su hijo debía ir, incluso me aconsejó que llevara a alguien.

Sabía que Lucía ya le había contado a Camila de lo sucedido, quería que mi hermana abogara por ella conmigo pero eso no sucedió. Mi hermana respeta mis decisiones así como yo las suyas, jamás ninguno de los dos seríamos un intermediario a menos que sea por nuestro bien.

Camila sabía que si mandé a volar a Lucía, justamente era por que yo no siento nada por ella. Por suerte Lucía no me buscó de nuevo y lo agradecía, por que por fin las cosas me estaban saliendo mejor. Hoy después de estar con mi madre tenía planeado llevar a Tamara a dar una vuelta por ahí, nunca salíamos en público y quería hacerlo por esta vez.

Me terminé de arreglar y entre tanto pensar, llegué a la conclusión de que no estaba equivocado en lo que haría esta noche.

Conduje hasta la casa de mis papás, como siempre estaba escuchando música y cantando. Ese fue mi recorrido hasta llegar a la casa que me vió crecer, bajé del auto colocándole seguro y después entré con las llaves que aún tenía.

La música y las risas ya se hacían presentes, mis tias estaban ya con mi madre conversando. Me acerque a saludar a cada una de ellas, en especial a mi madre, a la cual abracé con mucha fuerza.

Después las deje ahí, fui en busca de mis hermanos que estaban en el jardín. Me maldije cuando ví que Camila estaba con sus amigas, entre ellas Lucía. Me vieron pero no pude evitar rodar los ojos antes de entrar de nuevo a la casa, esta vez subí las escaleras a mi antigua habitación.

Saqué mi celular y respondí al último mensaje de Tamara, además quería contarle que Lucía estaba aquí. De alguna manera estaba dándole un lugar que se merecía, ella ya había renunciado a algo por muestra de amor y la mia sería esto, contarle absolutamente todo.

Ella dijo que estaba segura de que podía manejarlo y que todo estaría bien, en verdad esperaba que fuera así.

Me quedé acostado viendo hacia el techo hasta que la puerta se abrió, me reincorpore y entonces me encontré con mis hermanos. Diego estaba algo así como shockeado, en cambio Camila se veía bastante molesta.

— ¿Que tienen? — pregunté al verlos de tal manera

— ¿Ella está aquí? — preguntó Diego.

— Támara, se refiere a ella — dijo Camila.

— No, ella no vino conmigo— respondí confuso. — ¿Que es lo que pasa?

Mis hermanos menores se dieron una mirada antes de que Camila fuera quien tomara la palabra

— ¿Por que no nos contaste sobre el empleo de ella?

No miento cuando digo que en ese momento, sentí como mi cuerpo se helo. Mi más grande miedo es que se supiera el lugar en el que ella trabajaba, ahora era algo que mi familia sabía.

Yo no tenía idea ni de que responder, seguramente ahora tienen una mala impresión de ella y de sus intenciones conmigo. Muchas ideas vienen a mi cabeza y no se cual sea la verdadera, solo sé que ella no será muy bien vista por mi familia ahora mismo.

— Emilio, responde — pidió Camila, quien se veía más afectada.

— ¿Que importa?, ella ya no trabaja ahí. — mencioné.

— Por eso terminaron verdad, por que te enteraste de su doble vida — aseguró ella, pero yo negué

— Yo siempre supe de su trabajo Camila, siempre estuve enterado de lo que hacía. Es muy difícil de explicar y más de entender, pero ahora mismo ella dejó ese lugar.

— Nos mentiste Emilio, que no sea exactamente tu novia te lo podemos pasar, pero que sea una... — se quedó callada unos segundos — de lo que ella sea. — concretó.

— No es una prostituta si es lo que querias decir, solamente bailaba, no se metía con sus clientes.

— Tu eras su cliente por si no lo recuerdas — me señalo.

— Fui la excepción

— Más bien tu dinero y tu fama lo fue — negué una vez más

— Justamente hasta hace poco estaba pensando en nuestra relación, Camila. Pensé que nunca juzgarías algo de mi vida.

— Y no lo haría si esto no fuera por tu bien.

— Bueno ya, no le arruinen el cumple a mamá — intervino Diego — Emilio nos contará después, ahorita no es momento Cami.

Ella suspiro y asintió

— Después hablaremos, mientras baja con mamá o se le hará raro no vernos por allá.

Camila fue la primera en salir de la habitación dejándome solo con Diego, quien no tocaba mucho el tema tal vez por que no comprendía bien.

Entonces una duda entró en mi y solamente el me diría la verdad.

— Enano — lo llamé antes de que se fuera — ¿Quien les dijo eso?

El suspiro antes de responder.

— Un amigo de Camila le envió la foto, le preguntaba si la chica bailando en ese vídeo no era su cuñada. — me explico — El la conoce por que Camila alguna vez compartió una foto donde aparecía ella, así fue como todo esto salió a la luz.

Hice una mueca por que era extraño, ¿Que amigo podría ser?. Por un momento pensé que había sido Lucía y otro de sus planes para tener algo conmigo de nuevo, pero ahora me siento más confundido.





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La pequeña reunión ya había terminado, Camila seguía molesta conmigo por que le había mentido según ella. El resto de la familia y amigos ya se habían ido, mi madre estaba sentada abriendo sus regalos bastante sonriente.

Camila me formulaba con los labios que hablara ahora, pero yo simplemente negaba.

— ¿Están bien?, los veo muy callados — preguntó mi papá mientras le pasaba otro regalo por abrir a mi madre.

— Todo está bien — dije — Hay un tema pero mejor mañana.

— ¿Es grave? — pregunto mi mamá

— No debería serlo— me encogí de hombros

Ella pareció dudarlo, pero al final asintió y siguió en lo suyo.

Camila en cambio no quería ni verme, así que inventó que se sentía muy cansada y se fue de aquí. Yo me quedé un rato más admirando la felicidad de mi mamá.

Me preguntaba si esa felicidad seguiría en pie a pesar de que mañana tenga que darle esa noticia, más bien decirle la verdad acerca de Tamara.

Por que no es sólo el hecho de que ella trabaja como una bailarina en un lugar que muchos ven como si fuera lo peor, también estaba el hecho de que les mentí en cuando a que ella fuera mi novia.

Me lleva el demonio.

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𝙋𝙨𝙞𝙘𝙤𝙙𝙚́𝙡𝙞𝙘𝙖 |𝙀𝙢𝙞𝙡𝙞𝙤 𝙇𝙖𝙧𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora