⭐ Capítulo 53⭐

140 13 0
                                    


Por la noche, regresaron al departamento y pidieron pollo frito a domicilio, Jungkook recibió la comida y hasta le dió propina al chico de los repartos, y Taehyung sonrió de forma inevitable, porque el Jungkook de hacía un año se hubiera ido a esconder al cuarto y no hubiera salido hasta que Taehyung le dijera que no había nadie.

Jungkook había mejorado muchísimo y Taehyung estaba muy orgulloso de él.

Y por más que se sintiera mal, y que sintiera que a veces no podría volver a ser el de antes, Jungkook era una muestra viviente de que se puede resurgir entre las cenizas, eso le daba esperanza a sí mismo, para poder mejorar y ser finalmente feliz con su lindo novio.

Al terminar de comer y de lavar todo, compartieron un chocolate que había en la heladera, uno de los que habían quedado de las tantas golosinas que Taehyung solía comprar para Jungkook casi todos los días.

- Jungkookie.

- ¿Mhm? - murmuró él menor, masticando chocolate, el mayor limpió algo de este que había quedado en sus labios con su pulgar, para luego llevarlo a su boca y chuparlo.

- ¿En serio eres mi pequeño marido? - preguntó.

Jungkook lo miró alzando sus cejas, preguntando si hablaba en serio.

- ¿No fue lo que yo te pregunté hace un rato? ¿Y que respondiste que sí?

- Sí pero... Tú me los regalaste, yo lo dije por decir, digo muchas cosas pero... Quería saber tus intenciones de estos - murmuró, Jungkook sonrió porque sus redondos y brillantes ojitos lo miraban de una forma muy especial y hermosa.

- Cuando te los dí te dije que quería quedarme toda la vida contigo- dijo el Castaño - ¿No sé nota que los intensiones eran esas?

- Bueno es que no fuiste muy claro - por su expresión, Jungkook sabía que el mayor buscaba molestarlo, y con mucho gusto lo golpearía.

- Kim Taehyung, ¿Quieres casarte conmigo?

- No, ahora no - el Rubio hizo una mueca y negó.

- Maldito Kim...

- Eh, ahora tú también eres Kim, no puedes decir esas cosas de ti mismo.

Jungkook suspiró pesadamente, rodando los ojos, se sentó sobre su regazo para pasar un brazo sobre sus hombros.

- Taehyungie, me harías un gran favor si te callaras de una vez.

- Qué malo que eres, Jungkookie - el mayor hizo un puchero exagerado y el Castaño fue a besas sus labios para borrarlo, Taehyung respondió de inmediato, encantado de dominar sobre los lindos y gruesos labios de su marido.

Se besaron por largos minutos, haciendo un beso caliente y profundo, las manos de Jungkook se apretaban en la remera del mayor, y cuando finalmente se separaron en busca de aire, Jungkook finalmente lo dijo:

- Quiero hacer el amor contigo.

Taehyung no supo qué responder, su cabeza se ladeó en un gesto automático.

Esta vez, Jungkook no estaba cansado, no estaba con los efectos del sueño, estaba consiente y totalmente seguro se sus palabras.

- Jung...

- Hace un tiempo también lo quise hacer contigo, lo recuerdo bien - admitió, Taehyung jamás había tocado el tema porque creía que su lindo e inocente Jungkook lo había olvidado -. Y como quise ese día, quiero ahora también, desde hace mucho que quiero hacerlo contigo.

- No sé si estás listo para eso.

- Pero no lo sabré hasta que lo haga - replicó el Castaño -. Tú siempre dices que he mejorado mucho, y lo sé, porque todo lo que he querido hacer lo pude lograr... Y también quiero hacer eso porque... Te deseo, mucho.

Taehyung estaba totalmente ruborizado, Jungkook también, pero no parecía ser carcomido por la vergüenza como el mayor.

- Quiero tener relaciones contigo, igual que antes, quiero sentirme bien de nuevo, quiero que me abraces estando desnudo como hacías siempre y que me hagas sentir bien de nuevo... Así puedo terminar de borrar lo que otros tocaron, y ser solo tuyo otra vez- murmuró-. Porque eso soy, si soy de alguien, si pertenezco a alguien es a tí, porque eres mi casa.

- Jungkookie, en serio me encantaría- admitió-. Pero debes prometerme que sí te sientes mal, o si te pasa algo, me debes decir y vamos a parar todo.

Jungkook asintió con ganas, sonriendo como un niño al que le regalan un caramelo.

- ¿Lo prometes? - Taehyung extendió su dedo meñique, haciendo que el Castaño lo tomara con el suyo -. Promesa sellada, bebé.

- ¿Sabes que no tengo cuatro años, no?

- Tienes razón, tienes dos - replicó el Rubio, mostrando dos dedos, Jungkook lo golpeó en el pecho para que dejara de molestar, y el mayor lo aprisionó entre sus brazos con una carcajada.

MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora