⭐ Capítulo 3⭐

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Muchas veces Jungkook se confundía y pensaba que Taehyung era su hermano menor, y a veces lo llamaba "Hyung".

- No soy tu Hyung, Jungkook, dime sólo Taehyung- le recordaba el Rubio-. Puede que te cuide y tenga que trabajar y esas cosas, pero no soy tu Hyung, no me digas así.

- Si no eres mi Hyung, entonces ¿Qué eres?

Taehyung tenía que pensar muy bien la respuesta cuando Jungkook hacia ese tipo de preguntas.

No podía mentirle, porque sería peor, a demás de que él era muy mal mentiroso, Jungkook no era ningún tonto y se daba cuenta enseguida cuando eso pasaba; pero no podía decirle toda la verdad, toda su historia.

Responder con algo muy duro, algo muy directo podría hacerlo recordar cosas horribles, podría hacerle daño.

Por otro lado, responder con algo muy vago o rebuscado haría que no entendiera y siguiera insistiendo, cosa que volvía a ser peligroso, porque era otra oportunidad para responder algo mal y lastimarlo.

- Soy algo así como un amigo, Jungkook- murmuró-. Soy quien te cuida, quien vive contigo, el que se preocupa por tí...

- ¿Cómo un papá?

Taehyung rió un poco.

- Casi, sólo que bueno...Ayo no te hice, Jungkook.

- ¿Pero si eres menor que yo? - preguntó, su ceño estaba fruncido, sus labios hacían un mohín, lo que siempre hacia cuando se confundía.

- Soy menor que tú, Jungkook, nací dos años antes... Tú naciste en Busán despues.

Jungkook se mantuvo en silencio, sus ojitos comenzaron a moverse mirando a nada fijo, como si buscara dentro de su cabeza algo.

- ¿C-cuántos años tienes? - preguntó el Castaño, sus ojitos parecían preocupados, urgentes por buscar una respuesta.

- Veintidós, Jungkook- murmuró el Rubio, sintió que todo estaba comenzando a ir mal, y buscó cambiar de tema-. Dime, Jungkook, ¿Quieres ir a comer un helado? ¿Te parece si voy y me esperas aquí? Puedo traerte tu favorito con vainilla y-

- ¿Tengo veinte? - preguntó, ignorando todo lo que el Rubio había dicho para distraerlo.

- Eso no importa, Jungkook, ¿Qué tal si-?

- ¿Qué hice en tantos años? - volvió a ignorarlo, fue cuando Taehyung suspiró, sabiendo que lo había perdido, cualquier atención al mundo exterior no podía ser posible, ahora el Castaño estaba a la merced de sus pensamientos.

Jungkook estaba confundido, veinte años significaba haber ido a la escuela, haber estudiado, haber trabajado, haber tenido una relación quizás... Pero no recordaba nada de todo eso, ¿Qué era lo primero que recordaba? ¿Qué había pasado antes de su primer recuerdo?

El Rubio suspiró, preparado para lo peor, fue hacia él para tomar su mano, Jungkook apenas lo notó, lo llevo con lentitud hacia el dormitorio, y tuvo que empujarlo un poco para que se recostara sobre la cama, encendió la luz de noche y se quedó sentado en el borde de la cama matrimonial que en algún momento habían compartido.

Mientras, Jungkook hablaba en pequeños murmullos, sus ojitos se movían de un lado a otro, cada vez más rápido, confundido en esa nube de pensamientos llenos de dudas, el pánico comenzó a invadirlo, con recuerdos de sus peores pesadillas.

El aire comenzaba a faltarle, sintiendo que su pecho se comprimía, que su garganta se cerraba, el llanto lo inundaba por completo mientras, frente a sus ojos se revivían imágenes de gente que no podía reconocer, voces raspozas, risas grotescas, sentía manos por todo su cuerpo, tocandolo, ahorcandolo, golpeándolo, lastimando y rompiendo todo de sí.

El Rubio sólo podía quedarse a su lado, sin nada que pudiera hacer, si lo tocaba podía ser peor, podía hacerlo sentir más agobiado, hablarle era en vano porque no podía escucharlo, sólo se quedaba allí, procurando que Jungkook se quedara en la cama, el único lugar suave y seguro, dónde no podría hacerce daño.

- Tae... - su voz sonó tan desesperada y aterrada, el Rubio lo miró enseguida, no escuchaba ese apodo venir del mayor en años, sus ojitos color miel lo miraban pidiendo ayuda -... Ayúdame...

MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora