⭐ Capítulo 27⭐

178 22 0
                                    


Jungkook despertó un par de minutos después, su respiración había calmado, aunque su dolor de cabeza no, así que, como siempre, Taehyung fue a buscar un pack de hielo envuelto en servilletas y lo acomodó sobre su cabeza.

El Castaño pasó largo rato en silencio, sus ojitos miraban al Rubio con algo de curiosidad y muchas dudas, pero parecía incapaz de decir palabra, Taehyung le dió su tiempo para volver a hablar.

— Taehyungie.

— ¿Si, Jungkook?

— ¿Por qué nunca me dijiste que era tu novio? — murmuró, sonó algo dolido.

— Porque siempre que intenté te daba un ataque de pánico y no quiero lastimarte, Jungkook — respondió el Rubio en un tono tranquilo y bajo, tenía miedo de decir algo que estuviera mal — ¿Cómo te sientes?

— Mareado — murmuró él menor, haciéndose una bolita contra el pecho de Taehyung.

— Pasará, Jungkookie, tranquilo.

Taehyung estaba bastante nervioso, temblaba furiosamente y aún tenía las mejillas empapadas en lágrimas, aunque Jungkook parecía no poder notarlo, en su mente solo podía pensar que tenía que llamar al doctor Namjoon para que lo ayudara, porque no sabía si le haría bien a Jungkook recordar.

Su cuerpo se tensaba demasiado cuando recordaba, a demás de los ataques de ansiedad podría sufrir taquicardias, falta de apetito e insomnio, cosa que lo termina enfermando... O si llegaba a ser peor (como las primeras semanas de rehabilitación, en las cuales habían intentado hacerle recordar), podía llegar a tener convulsiones debido al estrés.

Las convulsiones se volvían aún más peligrosas por la contusión cerebral que había sufrido, un golpe podría causar otra, o mucha tensión podría provocar un ACV... Tenía muchos riesgos.

Jungkook era delicado, y por eso Taehyung tenía que protegerlo con su vida.

El menor pasó el resto del día en la cama, no se levantó ni siquiera para cenar, el dolor de cabeza no había calmado del todo, y su mente estaba muy confusa, parecía que veía todo a través de una niebla espesa.

Cada tanto se aclaraba y podía hablar un poco, después todo volvía a oscurecer y por momentos olvidaba dónde y con quién estaba, a lo largo de ese día otras cuantas escenas del pasado volvieron a su mente.

Se veía a si mismo salir de una escuela y encontrarse a Taehyung en una cafetería; otra era de él terminando una clase de baile y el Rubio estaba esperándolo con una rosa en su mano; y otras muchas veces donde se estaban besando, durmiendo acurrucados, o desnudos, juntos.

A veces alguna imagen de sus pesadillas aparecían... Con solo recordar un cuerpo desnudo su mente iba automáticamente a los toques forzados, las manos ásperas y a las sucias acciones que le habían obligado a hacer... Pero había logrado escapar de esos recuerdos antes de tener otro ataque.

Apenas podía escuchar a Taehyung hablarle cada tanto, pero el Rubio no quería hacerle más mal, así lo dejaba tranquilo.

Lo había acompañado al baño un par de veces, y cuando llegó la noche Taehyung preparó algo de ramen instantáneo para los dos, aunque Jungkook comió muy poco y con ayuda del mayor.

En la noche, luego de todas aquellas horas donde el mayor había velado por el bienestar del Castaño, llamó al doctor, viendo que aquello no iba a mejorar.

— ¿Taehyung? — dijo la voz de Seokjin.

— Hola, yo necesito hablar con Namjoon... Creo que es importante, es Jungkook, ha recordado algo y no lo está tomando muy bien.

— Ya te paso— dijo con rapidez, fueron unos cuantos segundos dónde se escucharon pasos apresurados, hasta que Namjoon atendió—. Taehyung, ¿Qué tiene? ¿Qué pasó?

— Pues... Yo fui a mi cita con el psicólogo y al regresar, Jungkook había encontrado unas fotos viejas que le dije que no podía mirar, cuando llegue está entrando en pánico y se desmayó... Él recordó que somos novios y creo que está recordando nuestros momentos juntos, pero eso siempre le ha hecho mal.

— ¿Y como está ahora?

— Está en cama, le duele la cabeza y actúa muy confundido... Lleva así todo el día— el Rubio miró por sobre su hombro al pequeño Castaño, que se abrazaba a la almohada del mayor—. A veces habla y me responde pero después se pierde... No ha comido casi nada en todo el día y he tenido que ayudarlo para ir al baño, no puede ponerse de pie porque se marea.

— ¿Cuántos ataques tuvo hoy?

— Que yo sepa, sólo uno— murmuró—. Cada tanto tiene algún síntoma, llora e hiperventila... Pero no llega a tener otro ataque.

— ¿Quieres que vaya a verlo? — ofreció el doctor.

— Sí, por favor.

— De acuerdo, Taehyung, estaré allí en un rato.

— Gracias.

— Estará bien, tu mantén la calma, Kim— dijo, en aquel tono paternal que solía usar para alentarlo cuando estaba mal, el Rubio apenas sonrió y colgó sin decir nada más.

MemoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora