𝐂𝐎𝐀𝐒𝐓𝐋𝐈𝐍𝐄 | Lo'ak te Suli Tsyeyk'itan.
La aparición del Coronel Miles Quaritch no solo les devolvió el miedo, también los apartó de lo que más querían. Lo'ak fue entrenado como guerrero, y no siente que huir sea la voluntad de uno. Su padre...
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XXV. EL ENEMIGO AE'WYN
PEQUEÑO, EXTRAÑO, LLAMATIVO. AQUELLAS FUERON LAS PRIMERAS PALABRAS en las que pensó Ae'wyn para describir a Spider. Ae'wyn todavía se encontraba adormitado cuando se levantó para seguir a Lo'ak bosque adentro. El sonido de las pisadas también lo alertó, pero no más que aquel estruendo.
Un estruendo de tal magnitud solo pudo haber sido causando por algo grande.
O por alguien.
Él se colocó detrás de Lo'ak, sintiéndose incomodo por el dolor en su cuerpo. Valió la pena, pensó con un sonrojo, aunque aquel dolor seguía siendo un obstáculo si llegaban a necesitar escapar. Ae'wyn suspiró y estiró sus manos hacia Lo'ak con la intención de sostener sus hombros, sin embargo, Lo'ak corrió hacia el chico humano antes de que Ae'wyn pudiese tocarlo.
—¡SPIDER, HERMANO!
La diferencia de tamaño entre ambos cuerpos casi fue suficiente para hacer reír a Ae'wyn. De no ser por lo preocupado que se encontraba, por culpa de aquellos estruendos, él se habría echado a reír allí mismo. El cuerpo de Spider —que era bastante alto para su edad, según Kiri— se veía terriblemente diminuto en los brazos de Lo'ak, que lo rodearon para alzarlo en el aire.
—¡Ya fue suficiente, gigantón! —Se quejó Spider—. ¡Bájame!
—¿Once lunas sin vernos y así es como me recibes? —Protestó Lo'ak, dejando al chico en el suelo—. No has cambiado nada.
—¡Claro que sí! —Exclamó Spider—. Me hice más alto.
—¿Acaso estás alucinando? —Se burló Lo'ak—. Sigues igual de diminuto.
—Es fácil decirlo cuando mides casi tres metros, idiota —masculló Spider.
Ae'wyn los observó a ambos en silencio, curioso con la interacción que parecía ser común entre ambos. Spider y Lo'ak se abrazaron una vez más, con sonrisas aliviadas que lo hicieron sonreír a él también.
Sin embargo, la falta de contacto con Lo'ak lo hizo lanzar un quejido bajo.
Entre los Na'vi era bien sabido que, después de unirse, esas dos personas pueden llegar a experimentar una gran necesidad de estar cerca de sus compañeros en todo momento. Ae'wyn despertó asustado por el estruendo, él necesitaba sentir el tacto de Lo'ak sobre él para calmarse. A pesar de eso, y aun sintiéndose mal, Ae'wyn guardó silencio, pues no deseaba interrumpir aquel hermoso momento.
Incluso si su cuerpo entero comenzaba a temblar por las ansias y sus latidos se convertían en punzadas dolorosas.
—¿Dónde estuviste todo este tiempo? —Preguntó Lo'ak—. Hermano, no había día en el que no pensáramos en ti. Kiri tuvo una horrible pelea con papá antes de venir, nosotros queríamos ir a buscarte, pero...
—Lo'ak —Spider lo interrumpió con una sonrisa—, lo sé, hermano, lo entiendo, no fue tu culpa.
Ae'wyn se percató de la culpabilidad que inundó el rostro de su compañero, sus manos se sentían calientes y sudorosas, él quería acercarse y sujetar a Lo'ak. No solo era querer, era una necesidad. Su mirada nerviosa buscaba el origen de ese sonido que solo él parecía escuchar.