𝐂𝐎𝐀𝐒𝐓𝐋𝐈𝐍𝐄 | Lo'ak te Suli Tsyeyk'itan.
La aparición del Coronel Miles Quaritch no solo les devolvió el miedo, también los apartó de lo que más querían. Lo'ak fue entrenado como guerrero, y no siente que huir sea la voluntad de uno. Su padre...
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XXXVII. LA SORPRESA LO'AK
LO'AK ESTABA FELIZ. NO, MÁS QUE ESO, ÉL ESTABA COMPLETAMENTE EXTASIADO. Su cuerpo ansió el toque de Ae'wyn por días, horas llenas de sufrimiento que, al final, ni siquiera parecían haber valido la pena. Claro, él estaba con Ae'wyn, lo tenía de vuelta a su lado —y nadie lo apartaría de allí— pero el solo recordar su sufrimiento por haberse alejado de él le causaba dolor. Después de haberse reconciliado, Lo'ak se sintió extrañamente culpable por siquiera haberse molestado en primer lugar.
Molestarse significaba apartarse de Ae'wyn, y él no permitiría que algo así sucediera otra vez. No cuando se dio cuenta de lo oscura que sería su vida sin ese vivaracho chico en ella.
Los primeros días fueron los peores, Lo'ak lo evitaba a toda costa, no podía soportar el verlo y no poder tocarlo, no poder encerrarlo en un abrazo protector o el no poder capturar sus labios como tanto necesitaba hacerlo.
La molestia disminuía cada día, quedando solo el amargo recuerdo de lo que pudo haber sucedido, de ese terrible futuro sin Ae'wyn que lo atormentaba solo en sus peores pesadillas. El espacio donde antes estaba la molestia se llenó de necesidad, una necesidad hambrienta, feroz.
Mientras más ignoraba a Ae'wyn, más irresistible se volvía a los ojos de Lo'ak.
Lo veía de lejos, paseando con sus hermanos, practicando con Rotxo o riendo con Marze. Lo veía sonreír, incluso si era una sonrisa triste y forzada. Lo veía nadar, con el agua bañando cada parte de su cuerpo. Lo'ak solo podía gruñir y enterrar las unidas en sus brazos, resistiendo las ganas de tomarlo y apartarlo de las miradas de los demás.
—Te lo puedo jurar, Neteyam —se había quejado Lo'ak uno de esos días—, antes los demás cazadores no lo veían de esa forma.
Neteyam, para su sorpresa, se había echado a reír.
—Venga, hermano, ¿hasta ahora es que te das cuenta de eso?
Lo'ak no había comprendido su respuesta.
—¿De qué demonios hablas?
—Bueno, supongo que antes no lo notabas porque estabas con él, a su lado —había recalcado Neteyam, logrando enfurecer a Lo'ak—. Ahora que no lo tienes, puedes fijarte en las personas que lo admiran.
—¡Esas no eran miradas de simple admiración! —La forma en la que había explotado no causó ninguna reacción en Neteyam—. ¡Lo veían como si fuese un trozo de comida!
—Lo'ak, siempre lo han mirado así —repitió Neteyam—. Ellos respetan a Ae'wyn, así que no se acercarán, pero no debes frustrarte por eso, sabes que Ae'wyn jamás les devolvería la mirada.
Lo sé.
—Pero...esas miradas, maldita sea, es imposible que no las haya notado antes.
