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I. LA LLEGADA
LO'AK

A PESAR DE SU ARDUO ENTRENAMIENTO, NADA PREPARÓ A LO'AK PARA LO DOLOROSO QUE SERÍA ABANDONAR SU HOGAR. A los cazadores Omaticaya les enseñan todo lo necesario para sobrevivir, para aceptar la grandeza del bosque y unirse a cada uno de los animales y plantas, tanto en vida como en espíritu. El bosque siempre sería su hogar, sin importar en dónde estuvieran. La idea de tener que abandonarlo resultó ridícula, y ninguno de ellos creyó las palabras de su padre, sino hasta que vieron las lágrimas que corrían por las mejillas de su madre.

Los días pasaron y la carpa se mantuvo en un silencio sepulcral.

Lo'ak intentó pelear, por primera vez, contra las decisiones de su padre. Sus hermanos lo apoyaron. ¿Qué sería de ellos sin el bosque? Los Omaticaya eran un clan bastante tradicional y estricto. Las leyendas, la historia, y la sangre de todos ellos estaban plenamente conectada con el bosque. Todos eran raíces que crecían del mismo árbol, y así sería hasta el día de sus muertes, donde volverían a ser parte de Eywa en el gran Árbol de los Espíritus.

—¡Lucharemos si debemos hacerlo! —Había exclamado Lo'ak, después de enterarse de la decisión de su padre—. ¿Olvidas a Spider? ¡Mira a Kiri! —Ordenó, para luego señalar el rostro dolido de su hermana—. Tu nos enseñaste a no tener miedo, ¿por qué deberíamos temer ahora?

—¡Porque ninguno de ustedes sabe de lo que ese hombre es capaz!

El grito de su padre lo había sorprendido, incluso asustado. Lo'ak recordó las historias, y sintió el dolor del que todos los Omaticaya hablaban cuando relataban esas historias. El despiadado Coronel Miles Quaritch, aquel hombre del cielo que destruyó el Kelutral, el hogar donde los Omaticaya vivieron por siglos. Esas historias fueron las causantes de muchas pesadillas cuando él era un niño. Aun sin haberlos conocido, Lo'ak soñaba con sus muertes, con la destrucción del Kelutral.

Esas noches, su padre lo sujetaba en un abrazo, calmándolo con palabras dulces y asegurándole que no volverían a pasar por algo así.

Ahora, Quaritch había regresado en un cuerpo que le daba mucha más ventaja.

—Pero tú si sabes de lo que él es capaz, papá. —Lo'ak se acercó a él, llevando una mano hacia el hombro de su padre—. Si lo conoces, será más sencillo armar un plan. Podemos ir en varios grupos y atacar su base. Ellos...

—Lo'ak —intervino su madre. Él apretó los labios al verla de esa forma, tan apagada y entristecida—, este es un peligro mayor a todo lo que conocemos.

—Jamás les pediríamos dejar el bosque si no fuese necesario —agregó su padre—. Esta no es cualquier guerra, hijo, tu madre y yo no nos arriesgaremos a perderlos.

No es cualquier guerra. Ninguna guerra es cualquier guerra, es tan solo destrucción injustificada. Todo el dolor que las personas del cielo causaron, y Lo'ak seguía sintiendo que no había valido la pena. Las muertes jamás serían en vano, pero algunas veces se sentía así. Por años, su gente intentó honrar a los que perdieron, reconstruyendo un hogar que ahora amenazaba con volver a caer.

COASTLINE, ━━ LO'AK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora