𝐂𝐎𝐀𝐒𝐓𝐋𝐈𝐍𝐄 | Lo'ak te Suli Tsyeyk'itan.
La aparición del Coronel Miles Quaritch no solo les devolvió el miedo, también los apartó de lo que más querían. Lo'ak fue entrenado como guerrero, y no siente que huir sea la voluntad de uno. Su padre...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
XLI. ¿QUÉ HAY EN TÚ MENTE? AE'WYN
AE'WYN SE MANTUVO JUNTO A LO'AK POR HORAS, SIENDO EL SOPORTE QUE SU COMPAÑERO necesitaba en un momento como ese. Todo había ocurrido tan rápido que se sintió como un borrón en su mente. Ae'wyn trató de controlar sus lágrimas porque sabía que, mientras Lo'ak estuviese sollozando en su hombro, él tenía que mantenerse fuerte.
Podía recordar cómo Tsireya se aferró al cuerpo convulsionante de su compañera, con lágrimas que le rompieron el corazón a Ae'wyn. Jamás había visto a su hermana tan asustada, llorando y temblando como lo haría un niño pequeño.
Al notar que Tsireya no podía controlar el cuerpo de Kiri por su misma, el resto de los chicos nadó hacia ella. Neteyam y Ti'er jalaron de su cuerpo con una desesperación latente, mientras el resto solo atinó a nadar hasta la superficie, donde sus skimwings respondieron a sus llamados.
Neteyam trató de reanimarla, sin tener éxito alguno.
Tsireya chequeó su pulso y su respiración como pudo, y su mirada aterrada fue lo que todos necesitaron para nadar hacia la aldea a toda velocidad. Después de eso, todo fue un desastre, Jake Sully no tuvo más opción que revelar la estadía de Quaritch y de Spider, pues necesitaba los intercomunicadores de ambos que —a diferencia de los suyos— todavía servían.
Ae'wyn ni siquiera supo qué llegó primero, los alaridos furibundos de su madre o las quejas de una desesperada Neytiri.
—¡Necesitamos a mi gente! —había exclamado Jake, al notar que Ronal se negaba a darle asilo a ambos—. Ellos deben revisarla, lo han hecho desde que Kiri era solo una niña.
Ronal solo necesitó ver la desesperación en la mirada de su hija para aceptar a regañadientes.
La tsahìk y Tsireya se encargaron de mantener a Kiri en un sueño estable hasta que, horas después, una extraña nave metálica aterrizó sobre las horillas de la playa. Ae'wyn se resguardó detrás de Lo'ak al notar a las dos personas que bajaban de la máquina y saludaban a Jake como lo haría un hermano.
—Son mis tíos —le había explicado Lo'ak—, ven.
Ae'wyn conoció a Max —el doctor humano— y a Norm —el extraño jinete de un avatar— los dos hombres a los que Lo'ak llamaba tíos. Ambos fueron increíblemente amables y se presentaron con sonrisas preocupadas. Ae'wyn comprendió que eso era lo mejor que podía recibir cuando ambos estaban tan asustados como el resto de ellos.
Ambos hombres revisaron a Kiri lo mejor que pudieron. Conectaron extrañas maquinas a su cuerpo para monitorear sus signos vitales, según lo que le explicó Lo'ak. Ae'wyn no se sintió nada contento con eso. Claro, podía entender que Lo'ak y Jake confiaran tanto en esos procedimientos humanos, pero Kiri no era humana.
—Si mi madre la trata sería mejor —murmuró.
Lo'ak levantó la mirada de su hombro para observarlo con los ojos ligeramente hinchados.