𝐂𝐎𝐀𝐒𝐓𝐋𝐈𝐍𝐄 | Lo'ak te Suli Tsyeyk'itan.
La aparición del Coronel Miles Quaritch no solo les devolvió el miedo, también los apartó de lo que más querían. Lo'ak fue entrenado como guerrero, y no siente que huir sea la voluntad de uno. Su padre...
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LIII. UN ÚLTIMO ENCUENTRO AE'WYN
POR UN PEQUEÑO INSTANTE, AE'WYN CREYÓ QUE LO QUE VEÍA NO ERA MÁS QUE UN SUEÑO. UNA bella ilusión de la que le permitieron disfrutar antes de reunirse con Eywa. Caer rendido en el dolor y el miedo alteró lo que veía a su alrededor. No pensó que ese Lo'ak fuese real. Le resultó imposible de creer. Él mismo había visto cómo cerraba la puerta de la cápsula y escuchó los seguros.
No había forma de que él saliera de allí con vida.
Se resignó, se odió por eso, pero tampoco consiguió la esperanza que necesitaba para seguir creyendo que alguien lograría salvarlo. Lo tomó como un castigo. Él se había arriesgado con ese plan, eso era su culpa. La sonrisa de Ardmore lo persiguió en las pesadillas que tuvo allí dentro. La mujer repetía eso una y otra vez.
Es tu culpa, tú te lo buscaste.
Mis hombres se divertirán contigo.
La sensación seguía allí en su cuerpo. Fue tan real que Ae'wyn sintió un gran asco. Pensó que, si realmente llegaba a sobrevivir, él tendría que vivir el resto de su vida sintiendo esas asquerosas y sucias manos recorriendo su cuerpo. ¿Eso era sobrevivir? Sentir asco de sí mismo, recordar todo lo que le hicieron y tener que pensar lo peor en todo momento.
Si eso era sobrevivir, Ae'wyn no quiso hacerlo.
Por eso se dejó llevar cuando sintió la puerta abrirse. Todo su cuerpo se retorció por dentro, por fuera el frío lo había hecho acurrucarse y mantenerse quieto. Intentó escuchar lo mejor posible, solo sus sueños podrían entretenerlo. Vio a Lo'ak, a Neteyam, a su hermano y a Ti'er. Los cuatro parecían haber llegado de una ardua batalla.
La sangre bañaba sus rostros y sus ojos lo observaban turbulentos. No estaban bien, pero solo era un sueño, ¿no?
Ae'wyn no se preocupó en despertar del todo. Los brazos de Lo'ak se sintieron terriblemente reales, así como las lágrimas que cayeron sobre su rostro. Era el mejor sueño que había tenido dentro de esa cápsula. Lo'ak lo sostenía, acariciaba su cuerpo magullado y susurraba preciosas palabras en su oído.
La idea de morir así no le pareció tan terrible, porque lo haría con la imagen de Lo'ak junto a él.
Sin embargo, Ae'wyn sí despertó.
Lo hizo cuando escuchó la voz de Lo'ak con más claridad. Esas no eran alucinaciones o un sueño. Esos eran sus amigos, su hermano y su compañero discutiendo cómo deberían atacar a Ardmore. Ese era Lo'ak, temblando y sollozando contra su cuerpo inmóvil.
Ese era Lo'ak despidiéndose.
«Me prometiste una eternidad juntos, ¿por qué demonios te quieres ir tan rápido?»