Jaden ha intentado seguir con su vida y su carrera, pero cuando está en sus cuatro paredes, la misma pregunta ronda por su cabeza una y otra vez: : ¿Y qué se hace cuándo el nudo está en el alma y no en la garganta?
Mientras tanto, Elena lucha por se...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jaden
Estaba en el metro con Sophia. Ella había ofrecido irnos en taxi pero le dije que mejor en metro porque sinceramente no quería llegar tan rápido a la casa de su hermana, no miento que ahora sí estoy súper nervioso.
—Bajamos en la siguiente parada—avisa y puedo notar los nervios en ella también.
—¿Cómo está Liam?—pregunto para ayudarnos a los dos a pensar en otra cosa.
Me mira y resopla.
—Hemos terminado.
—¿Qué?
Eso sí que hizo que olvidara mis nervios.
—Estábamos teniendo días complicados, no hemos estado al cien y conversamos que no queríamos dañarnos, que para que esto sea sano tenemos que estar bien mentalmente los dos—miraba sus zapatos mientras me contaba—. no fue una decisión fácil pero era la mejor que pudimos hacer por nosotros.
En eso me di cuenta que realmente ella también tenía sus propios problemas y batallas que solucionar. La admiro, porque a pesar de no estar en su mejor momento, todo lo que piensa primero es en ayudar a su hermana.
—Él no estaba contigo en Lisboa ese día, ¿verdad?
Negó—. Mentí para no tener que pensar mucho si es que te lo contaba.
—Entiendo. ¿Ella lo sabe?
—No, lo que menos quiero es darle otra preocupación en la que no pueda parar de pensar y tampoco deseo verla triste por eso. En su momento, le diré.
Conocía como estaba sintiéndose ella, he pasado por lo mismo de perder al amor de mi vida, sé perfectamente por su rostro que no la ha estado pasando nada bien. En cuanto bajamos del metro, la abracé y se quedó congelada.
—Escúchame, Sophia. Ahora mismo lo que necesitas es esto, hazte un favor y déjalo salir, no sigas cargando con todo lo que sientes.
Al segundo posó sus manos en mi espalda y no dejó de llorar hasta que se quedó sin lágrimas.
Me separé y le di un apretón despacio en el hombro.
—Al final todo mejora con el tiempo.
—Muchas gracias, Jaden—se limpió la nariz con una servilleta que sacó de sus bolsillos—. me has ayudado bastante.