Capítulo 33

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«HE DECIDIDO HACER UN CAMBIO, QUIZAS SI ME VEO DIFERENTE, LOS MALDITOS DEMONIOS NO ME RECONOCERÁN».

Es un nuevo día, tan distinto y al mismo tiempo igual al anterior. Abro los ojos con la certeza de haber dormido como diez años. Me siento fresca, descansada, renovada y hambrienta.

Me levanto despacio, Adam duerme en el suelo, al lado de mi cama, quedó agotado con mi charla. Anoche nos quedamos hasta tarde conversando y escuchando a The Cure, Pink Floyd, Madonna, y Nirvana, fue demasiado para un sólo día.

Voy al baño y el espejo me muestra a otra Nina, creo que no he tenido pesadillas, -al menos, no recuerdo haber gritado. Busco en el bolsillo de mi pantalón el biper, pruebo enviar nuevamente el mensaje, presto atención al ícono que muestra las típicas rayitas de la señal, pero como me lo temía, no hay ninguna.

¿Y si llamo, qué pasaría?, Miro en mis contactos y me doy cuenta que soy tan patética. El primer número es de emergencias: 911, luego está agendado el Dr. Cáceres del hospital psiquiátrico, Dra. Miranda, la psicóloga. Luego mi Mamá, Lucy, el teléfono de casa, y cerrando la lista de contactos, Ivi y Mike, dos compañeros de colegio.

Busco el número del biper de Lucy, presiono el botón de llamada y espero. Pero un sonido chirriante y ensordecedor me hace soltar de inmediato el localizador. Miro nuevamente la pantalla y aparece una frase que dice: "fuera del área de cobertura".
Me desanimo un poco, quizás lo intente afuera, porque creo que llegó el momento de volver a salir. El agua chisporrotea en la olla, y Adam se despereza, parece que él también durmió mejor.

-Buen día-le saludo antes que vea mi cama vacía y piense que me pasó algo.
-¿Dormiste bien, no?
-Así parece, ¿tuve pesadillas?, No lo recuerdo.
-Sí, pero fueron más leves. Esta vez, no gritaste.

«Lo tomo como una buena señal»

-¿Vas a desayunar aquí?
-No, ya me voy. Pero prepárame algo para el almuerzo. Hoy llega otra carga de vacunas al Campamento, y tenemos una reunión de personal.
-Adam, ¿que día es hoy?, he perdido la cuenta.
-Martes veintiuno del mes 10.
-¿Martes veintiuno de octubre?
-Sí.

Me sorprendo del tiempo que pasó. Desayuno en silencio mientras Adam se prepara para irse.

-Nina, es posible que no regrese hoy. Debo hacer un inventario y no tenemos personal de planta adecuado.
-Está bien doc., me siento mejor, creo que ya pasó lo peor.
-Si, eso veo. Entonces, hasta luego, cuídate.

Adam y yo nos tratamos de una forma tan particular, cómo si fuéramos...una pareja, "un extraño matrimonio" sin besos ni intimidad. Siento que somos algo mas que amigos, pero me pregunto quien de los dos pensará en dar el primer paso.

Alejo de mis pensamientos semejante y estupida idea. El pacto que me hice dos años atras, últimamente me persigue acusándome con quebrantarlo. Me quedo sola otra vez, ¿qué hago ahora?, si sigo la rutina de los días anteriores, me recostaría en la cama hasta la tarde, pero hoy veo todo distinto.

Tengo que salir, debo hablar con Kae, o al menos intentarlo. Recordé lo que él me había dicho: cuando recuperes lo que has olvidado, hablamos. Ahora sí debe decirme quien es la otra persona que también apareció aquí.

Todavía no encuentro que conexión hay entre esa persona y yo, pero para que Kae espere a que recupere la memoria por completo, debe ser importante, sino, no esperaría tanto tiempo. Se que no me diría algo así, si no tuviera alguna sospecha certera. ¡Con más razón tengo que hablar con él!, y creo saber donde encontrarlo.

Me lavo un poco y me cambio rápido, intento peinarme, pero tengo unos terribles nudos en el cabello, que no logró ni el agua desenredar. Ahora el espejo refleja un brillo particular en mis ojos, se me acaba de ocurrir algo... "necesito un cambio".

ENTRE DOS REALIDADES <1° libro de la trilogía>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora