Nunca me había sentido así.

Nunca me había sentido así 7

Nick me ofrece un pijama suyo para que esté más cómodo.

Lo acepto con un "gracias" muy discreto y me ofrece una media sonrisa. Una pequeña mariposa surge de no sé dónde y evito sonreír yo para que no se me note. Debo parecer un idiota.

Me meto en el baño para cambiarme y de repente me siento muy nervioso. ¿Dónde voy a dormir? ¿Vamos a compartir colchón? ¿Me mandará al sofá? ¿Estará incómodo pasando tanto tiempo conmigo y se arrepentirá de haberme invitado? 

Decido desvestirme antes de que me explote la cabeza con tanto pensamiento sin razón de ser. Siempre puedo volverme a casa, ¿no? 

Sí, puedo irme si quiero.

Pero en el fondo lo que quiero es quedarme y ver cómo pasa la noche y cómo se comporta conmigo.

Desde que me dió el primer besito me siento intrigado, confuso. Idiota.

Como si tuviera un nudo en la boca del estómago todo el tiempo.

Nunca me había sentido así.

Nick me saca de mi ensimismamiento tocando a la puerta, así que me pongo el pijama que me ha dado rápidamente y salgo a toda prisa. Le encuentro enfrente de mí lleno de pecas, aún bien peinado y con su pijama perfectamente ceñido a su cuerpo esculpido. Sus ojos color chocolate se posan en los míos y trago saliva. Suelta una risita corta y me miro a mí mismo: este pijama me queda muy grande, parece que me lo hubiera prestado mi hermano mayor. Vale, estoy ridículo, pero es ropa de Nick y la llevo puesta. Eso es lo que importa.

Me ha cedido una camiseta rosa con un 10 en la espalda, como su número de jugador en el equipo de rugby. Unos pantalones de chándal con pelito por dentro, muy cálidos para mis piernas de palillo frioleras. Me ofrece calcetines, pero los rechazo por ahora. Me dice que ha hecho té de nuevo y que va a hacer tostadas, porque aunque hemos comido en el Heavenly Desserts, tiene ya el batido en los pies. No tengo hambre pero asiento porque me cuesta decirle que no.

Sonríe de nuevo, otra mariposa me sale como una burbuja dentro de un jacuzzi del estómago, esta vez hacia la tripa, y me hace un gesto para que me meta en su dormitorio. Lo hago sin rechistar y dejo la puerta entornada como si eso me diera cierta seguridad en esa casa vacía. Ah, sí, estamos solos, lo había olvidado. 

Nick vuelve unos minutos después ataviado con su hermoso pijama azul marino, sus pecas relucientes y una bandejita con tostadas y tés de sabores junto a dos tazas con agua hirviendo. Me encuentra sentado en el suelo sobre la alfombra mullida que tiene a los pies de su cama. Me ofrece la bandeja para que le ayude y la cojo, se sienta a mi lado y coge el mando. Enciende la tele, me pregunta si hay algo que me guste en particular.

Escojo el té rojo junto a una cucharada de azúcar. Muevo la cucharilla y espero unos minutos a que las hojas del té impregnen el agua y le digo que ponga lo que quiera, que me adapto. Empieza a hablar sobre las películas de Marvel... no soy muy aficionado, pero podría aceptarlo esta noche. En realidad, podría aceptar cualquier cosa. 

Escoge finalmente una serie británica que no conocía hasta ahora, y que nos engancha a los dos al momento: The Fall. Jamie Dornan a la cabeza haciendo de asesino secuestrador... y en ese momento recuerdo por qué soy gay. Miro de reojo a Nick y está tan embobado como yo. Parece que nos gustan los crímenes por igual... y no me está mirando. No, Charlie, está viendo la tele, ¿por qué iba a estar mirándote de reojo como haces tú? Gira hacia la pantalla de una vez. 

Devuelvo mi atención a la serie y bebo mi té. Nick se zampa dos tostadas, parece que no tiene fondo. Yo le doy un par de bocados a una que compartimos y él la termina. Le quedan pequeñas mollitas de pan en las comisuras de los labios, sonrío y me mira sorprendido. ¿Qué pasa?, parecen rezumar sus ojos castaños. Cojo una servilleta, sonrío de nuevo y le quito las mollitas. Se queda un segundo quieto, y después vuelve a sonreír. En ese momento me doy cuenta de que he actuado como si fuera su madre y me avergüenzo considerablemente. Aunque él ha reaccionado con una sonrisa... eso no puede ser malo.