Nunca me había sentido así 24

760 47 40
                                    

Cuando llego a mi casa esa misma noche intento pensar con calma lo que he hablado con Nick.

"¿Necesitas conocerme más para acostarte conmigo?"

En ese momento me eché a reír, pero hay algo de verdad en ello. Y... lo cierto es que me gustaría mucho que lo que conociera de él fuera bueno o la mitad de bueno de lo que yo lo he imaginado. Me decepcionaría mucho que fuera un idiota, o un xenófobo, o un transfobo... yo qué sé. Nunca terminas de conocer a la gente. 

Aunque también sé que podríamos pasar cada día del resto del curso juntos y aun así no conocer todas los recovecos del otro. 

Esa idea me deprime.

Quizá debería quitarle importancia. Quizá se la doy por el hecho de que no me he acostado con nadie antes, y no por que sea Nick Nelson. El dulce Nick. Con su voz suave, dulce y masculina. Y su pecho grande y fuerte sobre el que he dormido algún que otro día. Y su olor afrutado y dulce que impregna mi ropa cada vez que nos vemos.

Mierda.

Llamo a Aled por teléfono. Le pido que comamos mañana juntos en el instituto, que necesito hablar. Aunque no lo digo con seriedad, sé que sabe que si se lo pido es porque me hace falta. Acepta y quedamos en vernos en la puerta de mi aula a las 12 en punto. Y me doy cuenta entonces de que no tengo ningún mensaje nuevo de Ben. Qué raro. Siempre me escribe algo, aunque sea un saludo. 

Hace sólo unos minutos que he dejado la casa de Nick y ya tengo un mensaje suyo en el teléfono. Sonrío como un tonto. Dice que se alegra de haber hablado las cosas, y que tiene ganas de que nos tomemos ese café mañana para poder conocernos mejor (y entonces poder acostarnos). Sí, lo pone entre paréntesis, con toda la intención de hacerme sufrir, lo sé. Y sé que se estará riendo a mi costa. Y yo me río pero... pero en el fondo no quiero que eso sea un condicionante. Si me acuesto con él quiero que sea porque realmente me apetece, porque es buena persona y...

...y porque me guste.

Sí, algo me gusta, eso ha quedado claro. Así que una cosa menos. ¿Quiero perder la virginidad, ahora, ya, en este momento? Sinceramente no lo había pensado. Es una cuestión en la que no había reparado, porque no era algo que me urgiese, aunque claro, tampoco quería dejarlo para dentro de mil años. Simplemente asumí que en algún momento me sentiría seguro, y lo haría cuando tuviera la ocasión. Pero no pensé que fuera a suceder al revés: la ocasión antes de sentirme seguro. Y con alguien que me está gustando y, bueno... que parece sentir algo por mí también.

Me dijo que le gustaba. Mucho. Y que no estaba probando nada. Me contó que era bisexual. Me ha metido en su casa, en su cama. Su madre me ha dado de cenar.

Y me ha pedido que nos acostemos.

Algo le debo gustar, ¿no?

Una sonrisita idiota se me escapa y me meto en el teléfono en el bolsillo, porque ya he llegado a casa. Cuando entro saludo y me meto directo al cuarto de mi hermana, para contarle un poco más de todo esto... a ver qué opina.

Y porque si no la mantengo al día me clavará un cuchillo.

Ella ya se ha acostado con tres o cuatro tíos... creo que eran tres. Así que algo más de experiencia que yo tiene en temas de virginidad. Aunque nuestros casos son distintos, obviamente... ella es heterosexual, para empezar. Pero en ese caso tenemos la misma preferencia: nos gustan los hombres. Cuando sucedió me lo contó, aunque no con todo lujo de detalles. Yo era un par de años más chico y no quería saberlos. Pero ahora... tengo preguntas por todas partes.

Y ahora que lo pienso, apenas he hablado de esto con Aled nunca. Y somos muy amigos. Quizá él no ha hecho nada, o quizá simplemente le gusta ser discreto. Pero si entre amigos no nos contamos las cosas... ¿con quién las vamos a compartir?

Nunca me había sentido así.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora