Nunca me había sentido así 10

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Me despierto a la mañana siguiente y me siento bastante mejor. Haber pasado un día y medio encerrado en casa tomando analgésicos y tés de jengibre metido en la cama me ha hecho espabilar. Aun así me siento cansado, pero estoy lo suficientemente mejor como para volver a clase.

Podría escaquearme un día más, pero me encuentro un poco inquieto.

Nick Nelson vino a mi casa a cuidar de mí, o al menos a comprobar que no estaba muerto ayer. No lo recuerdo todo, estaba febril y somnoliento. Pero fue muy raro, ¿qué quería de mí? Y sólo visitas a alguien que está enfermo cuando te interesa realmente su salud... ¿no? 

Tengo mensajes de Ben preguntándome si hoy voy a clase, y respondo con un sí y una sonrisa. Me devuelve otro emoji de felicidad y cierro el teléfono. Ya me he duchado con agua casi hirviendo, he desayunado unos pocos cereales y llevo dinero suelto para sacar una bebida energética de la máquina expendedora del instituto. Creo que lo necesitaré para terminar el día, aunque de tres a cinco podré estar con la banda del colegio ensayando y no tendré clase normal, y lo agradezco. Me dejan ir con ellos ya que he perdido dos días de ensayo.

La cabeza me da vueltas: por un lado el beso profundo que me dio Ben en el colegio y por otro, la insistencia de Nick Nelson en verme, sea como sea. Aunque me siento algo prendado de él desde que le conocí, no hemos tenido conversaciones propias de personas que se gustan. Y no sé muy bien qué quiere de mi. Por otro lado, Ben me pidió que le diera una oportunidad y hasta hace 10 días tenía más o menos claro que iba a dársela. Entiendo que estuviera preocupado respecto a salir del armario, aunque a estas alturas de la vida eso ya no debería ser un tabú. ¿Y si me quedo soltero y paso de los tíos, que sólo traen quebraderos de cabeza? 

Quizá debería planteármelo.

Esta mañana mi madre nos acerca al colegio. Estoy lo suficientemente cansado como para no rechistar y agradecerlo. Mis hermanos se unen y nos apretamos los tres en los asientos de atrás. Mi padre ya se fué antes que nosotros. 

"Mamá..."

"¿Hmm?"

"¿Y si Charlie se echara novio ahora, qué?" 

Mi hermana Tori suelta esa bomba como si nada. Me quedo helado, pero mi madre tarda un segundo en reaccionar: está concentrada en el semáforo que tiene delante.

Mi hermano Oliver se adelanta: "¡¡sería genial!! ¡otro hermano mayor más!"

Le sonrío.

"¿Y si te lo echaras tú antes, Tori?"-intento atacar-

"Ya sabes que es más probable que venga la próxima glaciación a que tu hermana encuentre un tipo que la soporte"-añade mi madre en voz baja sin quitar la vista de la carretera-

Mi hermana asiente y yo me río. Creo que me estoy estresando por algo que sólo está en mi cabeza.

Finalmente mi madre afirma:

"Pues me parecería bien, o sea, normal. No tengo nada en contra. ¿Por qué iba a tenerlo?"

La miro en silencio.

"Porque puede que esté ligándose a un tipo popular del instituto"

Y se queda tan ancha.

Tori, voy a cortarte el cuello. ¿En serio?

Mi madre saca la maruja que lleva dentro.

"Qué... ¿Cómo? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿quién?"

"Mamá, estás repitiendo las preguntas"-añade mi hermano pequeño.

Pongo los ojos en blanco y resoplo. A Tori le encanta hacerme sufrir, aunque no niego que en el fondo todo esto me divierte.

Y Tori cuenta su descabellada historia sobre cómo parece ser que el chico del rugby está interesado en su hermano pequeño por alguna misteriosa razón. Omitiendo, claro está, los detalles que no puede confesar... como que dormimos juntos y le dijimos a mi madre que estaba con Aled.

Nunca me había sentido así.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora