Nunca me había sentido así 23

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"Quiero acostarme contigo"

Las palabras de Nick retumban en mi cabeza una y otra vez desde que las pronunció. Me sonrojo cuando lo pienso, me muero de miedo, de ganas, de nervios... no sé cómo explicarlo. Pero estoy inquieto.

Desde entonces nos vemos cada día con normalidad y hemos seguido enrollándonos por las tardes... aunque con menos frecuencia que antes. Quizá se ha arrepentido de decirlo... o quizá está cortado porque no le di una respuesta. Salí corriendo, literalmente, porque el corazón me iba a mil por hora y no sabía cómo reaccionar. Desde ese momento no ha vuelto a mencionarlo. 

Quizá espera a que lo haga yo. 

Me hallo tumbado en mi cama, boca arriba, mirando al techo. Una vez más, algo resacoso por la fiesta de anoche en la que nos juntamos dos clases de Truham. El quipo de rugby también estaba allí, y cómo no. Nick Nelson también. No dejé de beber y de mirarle en toda la noche, rezando por que no se fuera a otro pub. Pero no lo hizo, y pude disfrutar de su presencia aunque fuera a lo lejos. Él me devolvía la mirada, sonreía, y me hablaba de vez en cuando, pero nada del otro mundo. En el fondo me sentí decepcionado. A las tres de la mañana al fin se fue a casa, me lo dijo antes de salir. Esta vez no me ofreció irme con él a dormir. A lo mejor pensó que no era adecuado porque me podría sentir incómodo... o porque ya no quiera dormir conmigo si no quiero acostarme con él. 

No creo que sea tan capullo, pero... no lo sé.

De nuevo, no lo sé.

Muchas dudas se agolpan en mi cabeza, y muchos sentimientos nuevos en mi pecho. Mi entrepierna también tiene algo que decir en esto, pero procuro no hacerle mucho caso. Aled, su hermana, su insufrible amigo Tao, mi hermana, Sai y otros más del equipo de rugby que no conozco demasiado, Harry con su ligue de esa noche, y yo... quizá alguien más, pero no, creo que esos fuimos los que quedamos hasta cerrar Bierkeller a las cinco de la madrugada.

Ahora cierro los ojos. He comido algo y tanto mi hermana como yo estamos en nuestros respectivos cuartos digiriendo la noche anterior. Cuando se recupere me interrogará con los detalles nuevos sobre Nick... ya que le conté lo que me dijo a las pocas horas de volver a casa. Era demasiado para mí. Necesitaba consejo. Y no pudo darme ninguno porque yo no contesté, y ya no sabemos qué piensa Nick Nelson de todo esto.

Sin darme cuenta, doy una cabezada de veinte minutos.

Al abrir los ojos veo que se ilumina mi teléfono, que está cargándose en la mesita de noche y en silencio. Me llama Michael para vernos mañana en la biblioteca y por fin ayudarle con eso que necesitaba... que no sé lo que es aún. Contesto fingiendo que se me había olvidado y que no lo había ignorado a propósito y cuelgo. Entonces veo que tengo un mensaje de Aled diciendo "no volveré a beber". Ja, ja. Cada fin de decimos lo mismo. Aunque empiezo a pensar que esta vez va en serio. Con un ojo cerrado siento que una brisa fría entra por mi ventana, y que ha empezado a llover. El cielo de Kent se ha ennegrecido y unas enormes nubes densas y grises lo eclipsan todo. Pero ya estamos acostumbrados.

No hay mensajes de Nick. Pero veo que se conectó hace una hora.

Me decepciono levemente, y decido tomar la iniciativa, a ver qué pasa. Aunque eso me produce nervios y en consecuenta, alguna náusea. Le escribo un mensaje aparentemente inocente preguntando qué tal ha dormido. Que yo me quedé un rato más y que ahora me arrepiento. Cierro el teléfono para no parecer desesperado.

A los cinco minutos suena y lo cojo rápidamente, pero son Harry y Sai contando sus batallitas de anoche. Me mandan alguna foto en la que nos vemos perjudicados y me entra la risa. Entonces suena un "tinnn" y es Nick. Una mariposa enorme sube desde mi estómago y necesito cerrar ambos ojos y exhalar para encontrar las fuerzas suficientes para abrir el mensaje.

Nunca me había sentido así.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora