Las tres semanas que Nick necesitó para incorporarse al colegio pasaron relativamente rápido. Se me hacía raro estar en tutoría sin él, pero estábamos en contacto todo el tiempo, y yo me sentía cada vez más tonto siendo dependiente del teléfono y de sus mensajes mañaneros. Aled me dijo que parecía que me estuviera colando mucho por él, y yo me avergonzaba y le daba un puñetazo en el brazo.
Aunque no sé si tiene razón.
Nah, no lo creo. Aunque Nick me gusta, obviamente.
Casi todas las tardes he pasado por su casa para llevarle la tarea, ayudarle a ponerse al día y a veces... muchas veces, besarnos. Mucho. Muchas veces. Mucho, muchas veces. Muchos besos, muy intensos, densos, tiernos, algo apasionado, demasiado.
Alguna mariposa explota desde mi estómago cuando lo pienso. Y lo pienso todo el tiempo.
Me siento algo adicto a sus besos, cada vez me cuesta más que sean pocos, o que sean cortos, o que pasemos un rato sin juntar nuestros labios.
Será la invasión de las hormonas adolescentes... digo yo.
Hoy me levanto a la hora debida, así que Tori no tiene que venir a aporrear mi puerta. En su lugar viene mi hermano pequeño, que se mete de lleno en mi cama y me da patadas bajo la colcha. Me vengo con cosquillas y agarrándole para que no pueda marcharse, y acaba lloriqueando y suplicando que le deje ir al colegio mientras yo me parto de risa. Voy al baño y me lavo la cara con fuerza, me echo crema hidratante, me lavo los dientes, me peino los rizos con espuma. Hoy Nick vuelve a clase, con su mano anteriormente vendada no muy útil y con una muleta. Pero vuelve.
Todos estos días he dejado de lado varias cosas. Creo que cuando Nick hace su estelar aparición en mi vida mi cerebro deja de pensar en otras cuestiones. He hablado con Ben algunos días en el almuerzo del colegio, pero no hemos hablado de nada relacionado con amores ni relaciones. Supongo que imagina por dónde van los tiros, aunque debería decirle que le rechazo por ahora... que mi cabeza está pendiente en otra persona.
Ahora me doy cuenta de que me estoy enrollando muchísimo con un tío al que sigo sin conocer apenas, y eso me hace sentir mal.
Aled también ha reclamado mi presencia en algo más que no sean las fiestas nocturnas de los sábados, y le he dado largas. También el tío ese que quería que le ayudara en la biblioteca, Michael... le llamaré más tarde.
Mi hermana también me ha dicho que ando distraído, y que me paso las tardes fuera... aunque sabe a dónde voy y lo que hago. Sigue chinchándome preguntándome detalles y marujeando con mi madre cuando vamos en el coche por las mañanas, aunque ya lo llevo con más paciencia.
Bajo a la cocina a desayunar: hoy leche con cereales de chocolate. Me siento dulce, como el chico del rugby. Hablo un poco con mi padre, hoy tengo tiempo. Se percata de que me he peinado más de lo normal, y me río. Me anudo bien la corbata y salimos a la parada del autobús: hoy mamá tiene que irse antes y no puede llevarnos.
Tori y yo hacemos nuestro ritual de siempre en el trayecto: escuchamos música en nuestros respectivos auriculares, nos los quitamos antes de llegar y dejamos que la oleada de adolescentes uniformados nos adelanten para meterse corriendo en el instituto. Parece que creen que por entrar antes, saldrán antes. Pero las horas pasan igual de tediosas cada día.
Mi hermana se despide tan seca como siempre y me cruzo con Sai, el amigo de Nick en la puerta. Me dice que hoy habrá partido de rugby a las cinco, que si voy a estar ahí apoyándoles. Me río y asiento, aunque hoy pensaba tocar un rato la batería: mis baquetas me echan de menos otra vez. Pienso en que Nick no podrá jugar y que quizá esté en las gradas hasta las siete. Quizá me lo diga luego. En ese momento me vibra el móvil y lo miro: hablando del rey de Roma. Un mensaje que dice "nos vemos en clase", con una carita que saca la lengua. Levanto la mano a Sai en señal de despedida para ese momento, y detrás mía pasan dos chicas del colegio de enfrente hablando que "Nicholas Nelson vuelve a clase", acompañado de unas risitas quinceañeras. Se me olvidaba que el chico que me manosea por las tardes es codiciado por más gente. Eso me molesta, no puedo negarlo. Pero sonrío para mis adentros pensando que tiene algún interés en mí y no en otras personas.
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Nunca me había sentido así.
FanfictionHistoria sobre Nick y Charlie conociéndose en circunstancias un poco distintas a la original. Personajes creados por Alice Oseman. Hay contenido sexual a partir de un capítulo en el que ya viene especificado. ¡Gracias!