5 - Hyunjin

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Querido Felix:

Sostengo el bolígrafo sobre el papel, sin moverlo, los millones de cosas que quiero decirle todos los días se pierden una vez que me siento a escribir. ¿Qué me decía siempre? Empieza. No te preocupes por lo que voy a decir, simplemente comienza y todo saldrá.

No podía escribir canciones antes de conocer a Felix. Y ahora, desde esa noche hace tres meses, soy incapaz de escribir nada.

Miro el almacén vacío, el hollín negro de las hogueras cubre las paredes y la brisa cálida que azota las ventanas rotas y golpea mi espalda. Una cadena que cuelga en algún lugar del vasto espacio se menea con una ráfaga y golpea contra una viga mientras un escalofrío recorre mi columna vertebral. Por la noche se llena, pero durante el día permanece tranquilo y vacío. Es mi lugar favorito.

Miro su nombre, tratando de recordar lo fácil que me resultaba abrirme a él.

Odio esto. Me duele la vida. No quería que la enterrasen, no debería haberlo permitido. Había visto una película cuando era niña sobre una mujer enterrada viva que la asustó muchísimo. No quería estar bajo tierra, pero mi padre dijo que necesitábamos tener un lugar para visitarla, como si sus deseos no importasen. Cierro los ojos, la humedad cubre los bordes de mis párpados. La ira se agita dentro de mí y fluye por mis brazos mientras grabo las palabras en el papel.

No puedo escribirte. Y cuando lo hago, no soy capaz de enviar las malditas cartas. Quiero hacerte daño. No sé por qué. Probablemente porque eres la única persona que me queda por lastimar. No contestarte es lo único que me hace sentir bien. Esa es la pura verdad. Me gusta jugar contigo. Me provoca placer saber que me tienes en mente, pero dudas si yo estoy pensando en ti.

La respuesta es no. Nunca lo hago.

Sigo escribiendo, dejando que todo lo feo salga de mí, porque él me quiere, desea que sea feliz y que sonría y haga cosas mundanas como hablar sobre Star Wars, sobre música y sobre la universidad. ¿Quién diablos se cree para asumir que no hay cosas más importantes que él en el mundo?

Todas tus cartas fueron inmediatamente a la basura tras haberlas leído. ¿No te das cuenta de lo patético que es enviar cinco cartas por cada una de las mías? Seguro que también te engañaste a ti mismo. ¿Fantaseabas con que las guardaba?

¿Quizá con un lazo rojo atado cuidadosamente alrededor de la pila mientras me masturbaba con ellas, porque adoro tus bonitas palabras?

No. Porque cuando te folle al fin, me aburriré. De eso se trata.

Tomo aire por la nariz, cerrando la mandíbula mientras presiono el bolígrafo contra el papel. La culpa me invade.

Felix.

El mentiroso. El impostor. El superficial que no es como todos los demás.

Pero luego dejó caer los ojos, recordando... Felix.

El niño que metió cinco dólares en una carta en quinto de primaria cuando le dije que mi padre me había quitado la paga.

El chico que me hace sonreír cuando argumenta que la salchicha mata el sabor de la pizza y me envió una vegetal para mi cumpleaños para demostrar que yo estaba equivocado. No lo consiguió. Sigo pensando que con carne está mucho más rica.

El chico que pilla todas mis referencias cinematográficas, sabe cuándo algo va mal, me dice todo lo que necesito escuchar y evita que la vida me sobrepase.

Felix. El chico hermoso y perfecto, tan diferente a los demás. Me paso la mano por la frente y por el pelo, mi garganta se aprieta en un nudo y mis ojos arden.

𝙏𝙚𝙡𝙡 𝙈𝙚 𝙒𝙝𝙤 𝙔𝙤𝙪 𝘼𝙧𝙚 // 𝙏𝙈: 𝙒𝙔𝙍 - HYUNLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora