Capítulo 4

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La gente salta moviendo su cabello al compás de la canción, el sudor ya se hizo presente y las notas de la guitarra resuenan por todo el estadio de Barcelona. Cameron, Ron, Daniel y James dan todo de sí para el público, sus fans. Si estos conciertos no eran fascinantes, eran fenomenales. James se puso una máscara antes de salir a actuar y ahora, mueve sus caderas sensualmente, su guitarra roja le acompaña haciendo un excelente solo de guitarra, las fanáticas se vuelven locas ante los movimientos de James, desde sus caderas hasta sus expresiones faciales.

-Y al pensar
que me esperarás
húmeda en el mar
no puedes ser mi cárcel
amarme y torturarme
dejarme sin aire y matarme.

No puedes olvidarme
gemir y acostarte
mientras muero lentamente.

James sigue cantando parte de la letra, la gente salta e incluso, hay parejas de novios besándose, disfrutando de la velada y un buen concierto. James ni siquiera mira a esas parejas, trata de sacarlas de su campo de visión. Las manos de James son inquietas y se mueven avidamente sobre el mástil de la guitarra, creando una melodía sensual y hermosa. La canción que tocan en estos momentos es un poco vieja, por lo que lleva ese erótico rock que se caracteriza a la banda. James mira todo el lugar, hay muchos fans, tanto mujeres como hombres, a lo lejos, más allá de este gentío y las murallas del estadio, se puede ver un hermoso sol que cae sobre edificios. La vista es maravillosa, la naturaleza juega perfectamente con los colores.

Mientras James dan un espectacular concierto, Chelsy sale de casa lista para visitar a su amante y dejar a Bella sola en sus cosas, siempre es así, ambas se dan su espacio y no se meten en lo que no deben, el mayor apoyo se lo dan cuando una está borracha y tiene que ayudarla. Bella se adentra a la ducha, lava su cabello y se embarra de jabón. Al salir, envuelve su cuerpo en una bata de satén y decide arreglarse el cabello, lo seca completamente para luego, hacerse unos lindos y muy bien definidas ondas que rozan su cintura, los colochos se le ven hermosos. Bella se embarra las piernas con crema y el cuello con perfume. La puerta suena y detiene sus actividades por abrir la puerta.

-Hey, Christopher. - Saluda Bella al ver al chico.- ¿Qué haces aquí?

Bella se hace a un lado, dándole paso para que Christopher entre. Christopher es uno de los hombres más hermosos que pueden haber, según los criterios de la mayoría de mujeres que lo han visto. Ojos azules cristalinos, cabello negro, piel blanca y unos labios seductores. Pero, hay algo en él... que le recuerda a James... tatuajes.

-Quería verte, es sólo eso.- Sonríe.- Pero si estás ocupada, me iré.

-Nah, no hacía nada.- Bella se desploma en el sofá, Christopher le sigue.

Poco a poco, Christopher empieza a rozar su mano en el muslo desnudo de Bella, y cómo amantes que son, se dejan llevar. Bella sin previo aviso, le toma las manos y las sujeta fuerte, se sube al regazo del hombre y empieza a besarle. Bella ni siquiera cierra sus ojos... una hermosa danza continúa, largos gemidos y juegos de lengua, Bella se frota en la pequeña erección del hombre, haciendo que ya no sea una pequeña erección, seguido le besa el cuello, suaves y húmedos, baja por la clavícula y sube, para besarle los labios con una desesperación inigualable y una firmeza exagerada. Christopher trata de soltar sus manos, ya que la necesidad de tocarla se hace presente, pero Bella no deja; está se levanta de repente y le mira sensualmente, sus ojos emanan fuego, deseo y necesidad; Bella desliza la bata de satén y está cae, deslumbrando a Christopher con su maravilloso cuerpo. Bella se voltea y empieza a caminar, moviendo sus caderas, sube los escalones de su casa y llega al segundo piso, donde hay una habitación sola y muy bien equipada. Christopher, sin perder más tiempo, la sigue; al llegar a la habitación, Bella toma a Christopher de la camisa y la hace puño, acercándose a él y pasando su lengua sobre los labios del hombre, tentándole. Bella lanza a Christopher a la cama y se voltea, busca en un cajón una corbata para luego, taparle los ojos a Christopher.

-Con que quieres jugar, ¿He? - La voz de Christopher, por la excitación, se ha vuelto ronca.

Bella ni siquiera responde la pregunta y le muerde el labio; lentamente empieza a desvestir a Christopher, le quita toda la ropa y queda desnudo. Bella admira unos cuántos tatuajes que posee el hombre. Ella extraña a alguien que tiene el cuerpo lleno de tinta.

-Mantendrás tus manos quietas, mi pequeño Chris, porque si me tocas, el juego termina. Yo te diré cuándo hacerlo.

Christopher solo asiente. Bella gatea en la cama y empieza a besarle el cuello, luego baja al pecho, pasa su lengua sobre los abdominales del tipo, luego, juguetea con los vellos que se encuentran debajo del ombligo, cuando de pronto, Christopher siente un pequeño beso casto en la punta de su miembro, involuntariamente un gemido se le escapa. Bella se introduce el miembro del chico a la boca y le hace un oral. Christopher gime como loco y grita el nombre de la chica, le ruega y le implora con gemidos, Christopher explota llegando al éxtasis.

-Joder...- Dice Christopher entre jadeos.

Bella sube directamente a sus labios, se sienta sobre el regazo y Christopher siente claramente la vagina de la chica contra su piel. Christopher eleva sus manos para posarlas en el perfecto culo de la chica, pero Bella lo nota y habla.

-No, no, no. Sí me tocas, te vas de mi casa en pelotas.

Ante la advertencia, Christopher gruñe y aleja sus manos. Bella sonríe con satisfacción, mientras mete su mano por entre sus cuerpos y eleva sus caderas, toma el miembro del chico y se hace leves caricias en su intimidad. Christopher gime y sin poder evitarlo, Bella también.

-Oh, Dios, qué... tortura... te quiero follándome...- susurra Christopher.

-Puedes tocarme, cariño.- Susurra.

Como la mejor de las órdenes, Chris se quita la corbata y la lanza, Bella yace abajo y Chris la toca como la diosa que es. Las manos del tipo masajean los pechos de Bella mientras la besa, para después acariciar su vientre y luego, su intimidad. Bella gime al sentir los dedos largos y curiosos, le acaricia los pliegues y luego, tocar ese hermoso botón, ese punto débil, lo masajea y los gemidos de Bella flotan en el aire, luego, Chris le introduce un dedo, haciendo que la chica se arquea. Y Bella, a base de puras y lentas caricias llega al éxtasis.

-¡Santa mierda!

Y sin darle permiso ni tiempo para respirar, Christopher se coloca entre las piernas de la chica y entra en ella bruscamente, robándole a Bella un grito de dolor y placer, ambos se mueven juntos y danzan, sus cuerpos al chocar crean un exquisito sonido. Lástima que esto es solo sexo y no hacer el amor. Bella cierra sus ojos y cómo siempre, lo ve a él, a un James sudoroso sobre ella y por primera vez, no abre los ojos y desea que sea él de verdad, se siente bien con James arriba de ella, aunque sea pura imaginación.

-James, amor, así... Oh, joder... James... - Bella gime.

Para Christopher es normal, en la cama suele llamarse James o al menos, eso es lo que Bella siempre dice aunque no se dé cuenta. Y fuera de la cama, es simplemente Christopher y ni siquiera le llama si no es para coger.

Whisky & RonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora