Capítulo 15

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James recibía a sus amigos en el aeropuerto con una sonrisa. Esos idiotas lo acompañaban en todas sus pendejadas. Ya que los periódicos habían alertado a todas las fans de que James Miller estaba en el país, no dejaban de perseguirle, pero eso no fue motivo para contratar seguridad.  A lo lejos James divisó a sus amigos que venían con todas sus maletas. Los chicos se acercaron a James y le brindaron un abrazo.

-¡Hombre! ¿Cómo estás? 

Daniel habló primero. Habían medios de comunicación rondando el lugar y no pudieron evitar tomar una fotografía. Todos se saludaron.

-Estoy bien. ¿Cómo estuvo el vuelo, chicos? - les pregunta James.

Todos empiezan a hablar mientras avanzan al estacionamiento y se suben a la camioneta de James.

-Estuvo largo. ¡Pero las aeromosas estaban hermosas! - dice Roy.

-Sí, bueno, ¿Dónde estás viviendo, James? - Está vez habla Cameron.

-¡Ah, sí! Compré una residencia y ya me instalé allá. Por suerte la encontré amueblada y los muebles son de calidad y bonitos.- Habla James mientras conduce.- Seis habitaciones, seis baños con jacuzzi, sala de estar, comedor, cocina, biblioteca, sala de juegos, sótano, garaje para cuatro autos y un gran y extenso jardín. 

De hecho, James había comprado una de las mejores residencias del lugar. Era una hermosa mansión de color blanca con muebles negros y decoraciones en gris y azul marino. Era una mansión hermosa. Los chicos dejaron de hablar y se concentraron en las calles de Inglaterra. James también fijó su mirada a las personas que veía, ¿Y sí ella andaba por ahí? Podría encontrarla en cualquier lugar.

-¿Qué dijo el Gordo? - Pregunta James. Y cuando decía Gordo se refería al manager. 

-Uhhhh. Hoy sí que se enojó. - Dice Daniel.

-Sí, dijo que éramos los hijos de puta que más le producían dinero, que era un dolor de culo ser nuestro manager y que estaría aquí dentro de... - Roy mira su reloj - exactamente, siete horas con cuarenta y cinco minutos. 

Todos se ríen. Y saben que es verdad, todos juntos y sus tonteras son un enorme dolor de culo. Pobre del Gordo, gracias a la banda viaja a cada país y no tiene familia, pues su trabajo no le permite. Tuvo un par de relaciones, pero ni una funcionó. 

-¿Se quedará con nosotros? - Pregunta Cameron.

-Por mí está bien - dice James -, pero nunca quiere quedarse con nosotros. 

-Bueno, él piensa que hacemos una mega fiesta cada tres días.

-¿Y no es así? - Pregunta James.

-No, es cada cuatro días. - Dice Roy. Todos se ríen.  

Dejan de reírse y siguen con el transcurso del camino, hasta después llegar a la gran casa. Los chicos se instalan y eligen sus habitaciones. Todo está bien y los chicos ya viven en Inglaterra. ¿Qué más puede pedir James? Claro, encontrar a su chica.

El sexo había sido bueno pero no fascinante. Alucinante pero no tanto como para volverse una adicción y volver a hacerlo con Christopher. No lo haría. Él era guapo y un buen hombre, pero no era para tanto. Bella había vuelto a la rutina: del trabajo a casa de lunes a viernes. Pero sábado y domingo era de fiesta. Y esa rutina nadie la cambiaba. Lastimosamente, no era sábado ni domingo. Era miércoles y tenía que trasladar notas de los alumnos al cuadro para ver si habían pasado o no la materia. Chelsy había dejado el periódico sobre la mesa pero Bella nunca veía el periódico, así qué pasó por delante de éste con su laptop en manos. Se sentó en su escritorio y decidió sacar los trabajos, pero Christopher se sentó frente a ella.

Whisky & RonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora