Gods And Monsters - Record of Ragnarok

Capítulo Seis

·ラグナロクの記録

-Gods and Monsters-

·神々と怪物

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El ambiente era pesado, creando un silencio ensordecedor que te volvía loca. Tus ojos de (C/O) recorrieron los patrones familiares del papel tapiz que adornaba cuidadosamente las paredes.

Los tacones de tus botas resonaban suavemente contra el piso de mármol pulido, mientras el sonido se repetía en un eco, resonando ampliamente a lo largo del pasillo.

Continuó caminando sin rumbo por el largo corredor sin un destino específico en mente. Tus labios se cerraron, formando una fina línea, mientras fruncías el ceño con frustración.

Estabas teniendo problemas para conjurar ciertos hechizos a voluntad. Y Brunhilde te estaba molestando por eso. Un pequeño gemido inconsciente escapó de entre tus labios, sintiendo estos ligeramente resecos.

Constantemente los eventos de hoy y eso solo hizo que tu estado de ánimo fuera aún más amargo. Tus dientes arrancando suavemente la piel de tu labio inferior.

La capa larga y oscura azotaba vigorosamente detrás de ti mientras acelerabas el paso. Tus ojos se sintieron pesados mientras aguantabas un bostezo. No habías logrado dormir en días, mientras el sentimiento de frustración te carcomía.

Tenías que seguir avanzando en tus estudios. El Ragnarok se acercaba más rápido de lo que esperabas, lo que solo provocaba que tu estrés aumentara.

Varias voces agudas interrumpieron tu tren de pensamientos mientras te escondías rápidamente detrás de una esquina para que no te vieran.

Te asomaste desde detrás de la esquina para ver varias ninfas riéndose, charlando entre sí animadamente con un ligero rubor adornando sus rostros. Su cabello brillante y suave adornado con muchas flores y accesorios que se balanceaba de un lado a otro con cada paso que daban.

'Envidio su cabello...' Pensaste mientras las ninfas se alejaban de tu vista. Una vez que el lugar estaba completamente despejada, te deslizaste y saliste de detrás de la esquina.

El silencio una vez más te saludó ya que lo único que podías hacer era suspirar. Sentiste que la soledad se aferraba a ti mientras mirabas el suelo de mármol.

Desde que te habían sacado de tu hogar, de Odette; No podías evitar sentir que esa carga no deseada pesaba bastante sobre tus hombros.

Tus ojos permanecieron fijos en el suelo mientras continuabas avanzando por el corredor interminable. Deteniéndote abruptamente en seco mientras apretabas los dientes, llevando tus manos a tu campo de visión, mirándolas con ira.

—¿Por qué no puedes simplemente funcionar?— gritaste, escuchando la frustración en tu voz exhausta. Llevando las manos hacia atrás a sus costados mientras permanecías inmóvil en su lugar.

—¿Estás bien?— una voz familiar habló, haciendo que miraras hacia arriba. Brunhilde se puso a un par de pasos frente a ti, sus ojos verdes te miraban fijamente.

No respondiste y solo rozaste el hombro de Brunhilde. No tenías ganas de hablar con ella, te sentías frustrada con ella. Quiero decir, ella esperaba mucho de ti, y había veces que te convencía para que hicieras algo.

Brunhilde se giró, permaneciendo detrás de ti, observando de cerca tus movimientos constantemente.

—¿No vas a decir nada?— preguntó Brunhilde mientras chasqueaba la lengua—. Eso es de muy mala educación, ¿sabes?