Gods And Monsters - Record of Ragnarok

Capítulo Catorce

·ラグナロクの記録

-Gods and Monsters-

·神々と怪物

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—El Ragnarok está por comenzar— anunció Brunhilde, con sus dos manos apoyadas sobre la mesa redonda—. Necesitamos subir de nivel y entrenar mucho más duro que antes, o nosotros...— la copa entre sus manos estalló, observando como se desmoronaba rápidamente—. Seremos eliminados y la humanidad dejará de existir.

Un silencio sosegado fue la única respuesta. Muchos pares de ojos ardientes estaban fijos en la seria valquiria, cuyos ojos verde esmeralda brillaban llamativamente con determinación.

—Es por eso que la humanidad cuenta con todos ustedes para salvarlo, después de todo, todos vosotros habéis sido conocidos como los más fuertes de la humanidad— Brunhilde hizo una pausa—. Tenemos una persona... la que será nuestra carta de triunfo. Ella participará para conseguir nuestra victoria.

Las sonrisas satisfechas se dibujaron en los rostros de algunos de los concursantes, mientras que los otros mantenían su audacia oculta de las miradas del resto.

Brunhilde sonrió, sus largas pestañas cubriendo sus ojos cuando cerró los ojos. Colocando una de sus manos enguantadas bajo su barbilla, mientras su sonrisa se iba haciendo cada vez más amplia. 

—La humanidad no solo cuenta con todos ustedes, yo también. Y no dejaré que la humanidad deje de existir, lo prometo— se escucharon varios murmullos bajos por toda la habitación.

La valquiria permaneció en completo silencio, esperando alguna respuesta de parte de los representantes de la humanidad. Hasta que una pequeña risa calmada rompe el silencio proveniente de un hombre con cabello dorado y ojos azules calmados.

—Bien dicho Brunhilde— habló el hombre, haciendo una pausa para darle un mordisco a una manzana roja, antes de escupirla a un lado—. Obtendremos la victoria tal y como dices, es lo que estamos destinados a hacer— arrojó la fruta al suelo, observando como se alejaba rodando.

—Ahora Adán, ahora— una voz un tanto seductora interrumpe al hombre tranquilo—. ¿No es demasiado pronto para decir que vamos a ganar? Después de todo, nos enfrentamos a los dioses— los ojos de todos se clavaban en el hombre del sombre, el cual proyecta una gran sombra sobre su rostro, ocultando su mueca de diversión.

—No tienes derecho a hablar, solo eres un repugnante asesino— le responde una voz ronca. El hombre miró hacia arriba, con sus ojos de niño brillando mientras ríe.

—Vaya, no es muy amable de tu parte decirlo así— la sonrisa del hombre solo se hace más amplia—. Además, tu tampoco puedes hablar. No actúes como si fueras inocente, porque no lo eres Lü Bü.

—¡Eres un idiota!— Lü Bü gruñó, levantándose abruptamente de su asiento y la ira asentándose en él. El otro hombre permaneció sentado, imperturbable ante el estallido del guerrero.

Brunhilde se aclaró la garganta en voz alta, la molestia visible en su habitual rostro sereno. El silencio reinando una vez más en la habitación en cuando Lü Bü se dejó caer en su asiento, haciendo pucheros como un niño.

—Ahora bien...— Brunhilde suspiró—. Si queremos ganar, todos tenemos que llevarnos bien— sus ojos esmeralda se posaron en el hombre del sombrero—. Jack el Destripador, deber tener cuidado con lo que dices. Lü Bü...— la valquiria dirigió la mirada hacia el guerrero que hacía pucheros—. No deberías recurrir inmediatamente a la violencia.