Gardenias de primavera (BL +18)

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Jake giró rápidamente la cabeza y observó a la mujer que se encontraba en la puerta llamándolo. Ya nadie más aparte de él se encontraba en la sala de espera.

Se levantó y siguió a la mujer. Entraron a una habitación pequeña pero confortable. Se sentaron enfrentados y llevaron a cabo la entrevista. No se demoraron mucho, fue algo rápido.

-Bien, eso fue todo. En las próximas 48 horas posiblemente lo estaremos comunicando.

-Está bien, muchas gracias. -Se levantaron al mismo tiempo y se extendieron las manos. -Hasta luego.

Se retiró del cuarto y, mientras caminaba por el pasillo para acercarse a la puerta principal, respiró profundo. Los nervios ya habían descendido. Ahora solo quedaba esperar a que le comunicaran si había quedado o no.

Mientras viajaba a su casa iba algo decaído, ya que creía que no le fue muy bien. Pensó en eso durante un rato pero luego lo invadió el recuerdo de ese joven. Era la primera vez que se sentía atraído de tal manera por un chico. Se preguntaba si vivía allí.

...

Al día siguiente, Jake y Félix volvieron a encontrarse en el recreo.

-¿Qué onda Jake? ¿Todo bien?

-Se, bien... ¿y vos? -Contestó con un tono desanimado.

-Si, yo estoy joya. Aunque te noto algo bajón. ¿Te pasa algo?

-Na... nomás no estoy muy de buen humor.

-Mmm bueno... yy, ¿pudiste ir a la entrevista?

-Sí.

-¿Y? ¿Qué pasó?

-Nada... fue algo muy rápido, no creo que me tomen. -No sentía muchas ganas de hablar, pero sino le hubiese explicado mejor cómo fue todo.

-No me digas que estás así por eso. Tranqui amigo, las entrevistas son así. Además, deben estar muy ocupados. No te desanimes rey, ya te van a llamar.

-Gracias amigo. -Le dijo mientras le daba un cálido abrazo.

Jake no es muy demostrativo con las palabras, pero sí expresa lo que siente con sus actos. Aprecia bastante a Félix, lo quiere mucho y sabe que es un gran amigo, siempre lo apoya y aconseja.

...

Eran aproximadamente las 19:20 pm. Ya habían pasado dos días. Él se sentía medio desilusionado, ya no tenía esperanza.

Se encontraba en su habitación, realizando apuntes para la uni. Tenía muchas cosas para hacer. Le gusta su carrera de médico veterinario pero estaba agotado. Hace varias horas estaba ahí sentado, con una de sus piernas flexionada sobre la silla y su cabeza reposando en la rodilla.

De repente pega un pequeño salto y corre a buscar su celular. Estaba sonando y atendió rápidamente la llamada. La cara de emoción comenzó a brotar cuando le comunicaron que mañana podía empezar con el trabajo.