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Salieron de la feria y ya era hora de que cada uno regrese a su casa.

-Ya es muy tarde, nosotros espararemos el autobús, ustedes vayan yendo.

-No te preocupes Félix, los puedo llevar en el coche, me queda de camino.

-No quiero molest...

-Ven, insisto.

-Está bien... Gracias.

Todos subieron al auto igual que anteriormente. Ryan llevó primero a Félix, ya que su casa estaba más cerca. Allí se bajó junto a su novia, quien se quedó a dormir con él. Luego solo faltaba llevar a Jake, era un viaje un poco más largo. Al principio fueron charlando, después simplemente reinaba la música en el coche.

-Era por aquí, ¿no?... Ya llegamos Jake... ¿Jake? -Ryan giró la cabeza y lo vió dormido.

Terminó de estacionar el vehículo frente a la casa y volvió a mirarlo, se veía tan lindo incluso así.

-Oye Jake, ya estamos aquí, en tu casa. -Le dijo mientras movía muy levemente su brazo para despertarlo.

-¿Eh?, oh, si si. -Dijo murmurando con los ojos entreabiertos, bajando del coche.

El mayor también se bajó. Se acercó a él y lo tomó de la mano, acompañándolo hasta la puerta. Todavía seguía medio dormido.

-Bueno... Creo que ya debo irme. Hoy fue un gran día. -Dijo Ryan mientras lo veía colocando la llave para abrir la puerta.

El menor lo ignoró completamente.

-Emm, adió..

-Ven.

-¿Eh?

-Ven conmigo.

-¿De qué hablas?

-Ven, entra. -Dijo y lo tomó del antebrazo, haciéndolo entrar a la casa junto a él.

-Creo que debes irte a dormir, estás cansado. -Dijo en voz baja, ya era tarde y no quería hacer tanto ruido.

Mientras seguían caminando pasaron por el comedor, donde se podía percibir una nota con letra bastante notoria sobre la mesa.

-Oye, te dejaron algo escrito. -Dijo el mayor, quién había visto el papel. -"Salgo con las chicas al bingo, vuelvo mañana hijo". Supongo que es de tu madre, ¿no?

-...¿Quieres dormir conmigo?

Ryan se ruborizó levemente, le había sorprendido ese comentario repentino.

-...Ya es tarde para que te vayas a casa solo. Puedes quedarte a dormir aquí.

El mayor se quedó callado. No supo qué responder pero tampoco se negó, solo se dejó llevar. Finalmente entraron a su habitación. Jake se sacó la camisa y la dejó sobre la silla, se frotó los ojos y respiró profundo. Luego se dio la vuelta y observó a Ryan.

-¿EH? ¿QUÉ HACES AQUÍ?

-¿Cómo que qué hago? ¡Tú me invitaste! Bueno... ¡Me trajiste!

Jake tragó saliva... ¿En serio había hecho eso? ¿Realmente lo trajo hasta su habitación o era solo una fantasía más?

-Yo no hice eso.

-¿Ah, no?

-No.

-Está bien. Entonces... Me tendré que ir. -Ahora que sabía que volvió a sus cabales, regresó a ser el juguetón de siempre.

-No no... Digo, ya estás aquí, sería una lástima que te vayas. -Estaba muy nervioso pero no quería echarlo, claro que quería que se quedase con él.

-¿Eso crees? Está bien, me quedaré. Pero... ¿dónde dormiré?

-Bueno... Te dejaré la cama y yo iré al sillón.

-Oh... -Dijo con un falso tono desilusionado. -Creí que dormiríamos juntos... Bueno, al menos eso habías dicho antes.

-Yo no dije eso. -Intentaba demostrar tranquilidad pese a que su corazón comenzó a latir un poco más fuerte.

-Recuerdo haberte escuchado decirlo hace unos minutos, tal vez no te acuerdes porque seguías algo dormido... Creo que tu inconsciente me lo propuso. -Dijo mientras se aproximaba lentamente a él. -Dime... ¿tú querías eso? -Se acercó acorralándolo contra el escritorio.

-¿Por qué no lo averiguas? -Al percatarse de su tono seductor no se quiso quedar atrás y le siguió el juego.

-¿Me dejas averiguarlo? -Preguntó en voz baja con una atractiva sonrisa.

-Inténtalo. -Respondió con el mismo tono y la misma provocación, aumentando la tensión.

No faltó nada más para que Ryan se lance sobre sus labios en un beso apasionado. Jake alzó sus manos para tomarlo por la nuca, intensificando aún más. El mayor lo sostenía de la cintura, haciendo que se pegue todavía más al escritorio y termine sentándose allí. No se tardó en aprovechar ese entonces para agarrar su remera desde abajo para ir subiéndola hasta sacársela, revoleándola a algún rincón de la habitación. El menor lo dejó actuar como si nada, respondiendo de igual forma. Tomó su remera ajustada y la levantó hasta quitársela. Ambos comenzaron a aumentar los toqueteos. Ryan pasaba sus grandes manos por la cintura y espalda del pelimarrón. Jake manoseaba su pecho y daba pequeños pellizcos por sus pezones, hasta que bajó a lamer uno de ellos junto a leves succiones. Esto estimuló al pelinegro, quien dejó caer su cabeza hacia atrás, respirando un tanto agitado. Mientras tanto, se quitó rápidamente su cinturón. Luego regresó las manos a su cintura, para ir bajando poco a poco hasta agarrar el borde de su pantalón.

-¿Estás seguro de esto, Jake?

-Nunca estuve más seguro.

Ambos sonrieron provocativamente. Desde hace mucho tiempo llevaban deseando este momento y por fin estaba sucediendo.

Ryan comenzó a bajar el pantalón del menor hasta sacarlo. Luego lo tomó de los muslos y lo llevó hasta la cama, donde cayó boca arriba. No se tardó ni dos segundos en sacarle el bóxer, liberando aquella gran erección. Ryan subió a besar aquellos carnosos labios, donde sus lenguas se encontraban. No podía esperar, aquella polla chocando con él lo estaba calentando aún más. Dejó de besarlo y le acercó un dedo a Jake, quién lo lamió sensualmente. Luego bajó esa mano para juguetear por la zona del menor, mientras retomaba aquellos apasionados besos. Jake pasaba sus manos por aquella gran espalda, dando cada tanto leves rasguños. El mayor comenzó poco a poco a introducir aquel dedo, haciendo que el menor gima sobre sus propios labios. Ya no aguantaba la presión del pantalón sobre su erección, así que lo bajó hasta liberarla. Con una mano agarró ambas pollas y comenzó a masturbarlas, mientras con la otra seguía preparando la zona, sumando ahora otro dedo.

-Maldita sea Ryan, ya hazlo. -Dijo con la voz agitada y entrecortada.

-No te quejes luego eh.

Arrimó el miembro a su entrada, introduciéndolo poco a poco. Esto sacó un par de quejidos a Jake. El pelinegro lo tomó de la cadera y comenzó a dar estocadas. Lentamente iba aumentando su nivel. Y ahora que llevaba el ritmo, con una mano comenzó a masturbarlo. Jake moría del placer, al igual que Ryan al verlo disfrutar de esa forma. No se tardaron mucho más, que la excitación los superó y se corrieron. Jake pudo sentir aquel líquido desplazarse dentro suyo. Ambos terminaron agotados, el mayor se acostó a su lado y extendió su brazo, haciendo que Jake pudiera recostar su cabeza sobre él. Se quedaron juntos acostados, recomponiéndose, calmando aquella respiración agitada.

-Estoy muy feliz, Ryan.

-¿Ah, si? ¿Puedo saber por qué? -Dijo mientras acariciaba dulcemente su pelo.

-Tú me haces feliz, me encanta estar contigo.

El pelinegro sonrió, él también siente lo mismo desde hace mucho tiempo.

-Conocerte fue algo increíble Jake, no hay nada que me alegre más que simplemente verte y estar contigo. -Dijo y se miraron, dándose un pequeño y tierno beso.

Posteriormente Jake volvió a acomodar su cabeza sobre el brazo del mayor y a abrazar su abdomen. Permanecieron así, juntos, hasta que les ganó el sueño y finalmente durmieron.

Gardenias de primavera (BL +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora