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Había pasado una semana, todo transcurría igual. Jake iba a la universidad, cada tanto a trabajar y la situación con Ryan era la misma.

-Muy bien, ya terminó la hora. Pueden ir a almorzar. -Exclamó el profesor al final de la clase y todos salieron del aula.

Jake se aproximó a Félix quien ya lo esperaba en el asiento.

-Buen día Félix. -Dijo mientras se sentaba.

-Hola hermanito.

-¿Qué tal estás?

-Bien, bien. ¿Y vos?

-Igual... Ahora dime, en serio, ¿cómo estás? Ya sabes de lo que te hablo.

-Buf... No lo sé. Después de que cortamos no volvimos a hablar más. Me pone re mal boludo, pero qué se yo. Creo que igual es mejor así, me dolería mucho que hablemos como una amistad con todas las cosas lindas que nos decíamos antes. -Después de decir eso giró la cabeza y pudo ver a lo lejos a Emily. La quedó mirando un rato y pudo notar cómo intentaba coquetear con otro chico. -Mirá... Yo sufriendo como un estúpido y ella como si nada hubiese pasado.

-Bueno, ese es un claro ejemplo de cómo es. Sé que fue doloroso pero no te agobies amigo, no era la indicada.

-Lo sé... ¿y qué onda vos? Desde hace unos días que te noto algo decaído.

-Es por Ryan...Todavía no entiendo qué pasó.

-¿A qué te referís?

-Estábamos muy bien, nuestra relación progresaba cada vez más. Pero de un día para el otro ya no sé que le sucedió. Dejó de hablarme e ignoraba mis mensajes y llamadas. Intenté hablar con él en persona durante toda la semana pero trata de esquivarme siempre.

-Qué raro... Si querés cuando salga de casa lo agarramos y lo hacemos hablar.

Jake rió por el comentario.

-Dudo que podamos agarrarlo incluso juntos.

-Entonces... Mmm...

-No te preocupes, ya intentaré hablar nuevamente con él, algo habrá tenido que pasar.

-Sí, supongo. Cualquier cosa conta conmigo bro.

-Gracias amigo.

Después de un par de horas, Jake salió de la universidad y se dirigió al trabajo. Conversó un rato con John mientras se ocupaba del jardín y luego ingresó a la casa para regar y podar algunas plantas. Todo estaba muy silencioso, parecía no estar nadie más allí excepto los empleados. Hasta que, repentinamente, escuchó un leve llanto que provenía de la habitación del mayor. Fue extraño al principio, ya que creía que Ryan no estaba en casa, no lo había visto merodear en ningún momento. Avanzó unos pasos aproximándose a la puerta. Se detuvo frente a ésta, no sabía si entrar o no. Pero no se lo pensó mucho y abrió un poco, asomando la cabeza. Pudo observar al mayor sentado en el piso y con la espalda levemente apoyada sobre el costado de la cama.

-¿Ryan?... -Dijo desde la puerta. Luego entró y se agachó hasta estar a su altura. -¿Qué sucede?

No respondía, miraba el piso y algunas lágrimas seguían cayendo.

-¿Qué pasa, Ryan? Si quieres podemos hablar... -Exclamó con un tono dulce mientras lo tomó de la mejilla.

El pelinegro lo miró un momento a los ojos y posteriormente lo abrazó.

-Lo siento Jake, lo siento, lo siento. -Decía mientras lo abrazaba fuertemente y su llanto se volvía un poco más intenso. -Te amo mucho, no sabes cuánto me ha dolido todo esto... Lo lamento.

Gardenias de primavera (BL +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora