Ya era mediodía y Jake salió de la universidad. Se dirigió directamente al trabajo. No le había dado tiempo de cambiarse, así que llevaba su uniforme en la mochila. Llegó, tocó la puerta y John lo recibió.
-Buen día John, ¿cómo te encuentras?
-Bienvenido joven Jake. Muy bien, gracias por preguntar. ¿Y usted? Se ve animado.
Por fin volvería a ver a Ryan y no podía ocultar su entusiasmo.
-Muy bien también. Es un bonito día... Bueno, voy a cambiarme y luego regreso, que hoy no me dio tiempo a prepararme.
Caminó a paso rápido a una de las habitación halladas casi al final de la casa. Era un baño pequeño, especialmente para empleados. Aun así, era muy lujoso y elegante. Se sacó la ropa y se colocó el uniforme. Se miró al espejo y acomodó su cabello con sus manos. Luego salió y, mientras caminaba por el pasillo yendo al patio, sintió la voz de Ryan decir su nombre. Se detuvo un segundo. Escuchaba un murmullo proveniente de una habitación. La puerta estaba cerrada y claramente no iba a entrar porque sí. Escuchaba las voces acercarse, así que siguió su camino. No dio muchos pasos que oyó la puerta abrirse. Giró levemente la cabeza y vió a Ryan y John salir de allí. Ahora sí, nuevamente a paso rápido, fue hasta el jardín.
Se puso a limpiar unas estatuas mientras se preguntaba qué le habrá dicho Ryan a John sobre él. Al rato, se dio cuenta que no se había puesto los guantes y se encaminó a la casa para buscarlos en su mochila. Al abrir la puerta, se cruzó con Ryan. De un segundo para el otro se puso nervioso. Después del beso de ayer, no habían vuelto a verse hasta ahora.
-Hola! Em, buen día Ryan.
-Hola Jake, qué bueno verte, ¿qué tal?
-Bien, bien. ¿Y tú?
-Bien también... ¿Qué haces?
-Trabajando, claro... Iba justo a buscar mis guantes.
-¿Puedo acompañarte?
-Sí, supongo.
Caminaron juntos. Jake no entendía realmente por qué lo acompañaba, pero tampoco le iba a negar hacerlo. Fueron todo el camino en silencio y se notaba la tensión en el ambiente. Llegaron a la habitación donde anteriormente había estado cambiándose. Ambos entraron. Primero Jake y luego Ryan, quien cerró la puerta. El pelimarrón se acercaba a su mochila, pero se detuvo al ser interrumpido.
-Oye, quería disculparme... Ya sabes, por lo de anoche. Creo que no estuvo bien lo que hice, no te pregunté y...
-No te disculpes. Quiero decir, no me molestó...
-Yo... Creo que actué sin pensar.
-Yo también quería.
Ambos se miraron fijo un momento. Ryan no sabía qué decir. Jake quedó perplejo con lo que él mismo acababa de decir.
-Tú... ¿Realmente querías besarme?
-Sí, quería hacerlo... -Su corazón comenzó a palpitar más fuerte. Ni él mismo sabía cómo, pero ya se lo estaba confesando. -Tú me gustas, Ryan... Pero...
-¿Te gusto?... Jake, desde hace bastante tiempo que me llamas la atención y... me encantas. -Decía esas palabras a la vez que se acercaba más a él.
-¿De... verdad?
Ryan se acercaba todavía más. Ambos seguían observándose fijamente, deseándose con la mirada. Sus rostros estaban realmente muy cerca.
-Sí Jake, me enloqueces. -Le dijo en voz baja, casi susurrándole al oído.
El menor se había excitado pero estremecido a la vez. Había deseado mil cosas en ese momento, pero todo le parecía una fantasía que queda en su imaginación.
Ryan fue el primero en abalanzarse. Le robó un beso, fue algo lento y sensual. Jake se relajó un poco más y comenzó a disfrutar de sus dulces labios. Gradualmente comenzó a ser más intenso. Ryan apoyó sus manos sobre su cintura y Jake sobre sus mejillas, para luego ir hacia su nuca. El mayor dio unos pasos hacia adelante, haciendo que el pelimarrón camine para atrás y termine apoyado sobre el lujoso lavabo de mármol. Donde luego Ryan lo tomó ligeramente de los muslos y lo subió. Posteriormente se quitó el saco, tirándolo en algún lugar del suelo. Sus bocas eran exploradas por el otro tanto como ahora lo deseaban con sus cuerpos. No tardaron en aparecer los toqueteos. Jake pasó sus manos por su cuello hasta llegar a su clavícula, donde empezó a desprender algunos botones de su camisa blanca. Ryan se calentó y llevó una mano a sus muslos, acercándola de a poco a su entrepierna. Eso le generó a Jake un cosquilleo en su zona baja, seguido con una erección.
-¿Ryan?... ¿Joven Ryan?
Se escuchó a lo lejos una voz que lo llamaba. Pero no le dieron importancia y continuaron en lo suyo.
-¿Joven Ryan? El señor Evans y una señorita vinieron a verlo, lo esperan en la sala.
Se escuchó esta vez más cerca, notaron que era John. Los pasos se aproximaban cada vez más.
Ryan se hizo para atrás, deteniendo la situación.
-Maldita sea. -Dijo mientras recogía el saco del suelo. Luego se retiró de la habitación.
Mientras iba camino a la sala, se puso la prenda y relajó su respiración. Cuando llegó, observó a una chica y a su padre sentados en uno de los sillones.
-Hola hijo, ¿cómo te encuentras? Te estábamos esperando. -Dijo mientras se levantaba.
-Hola padre, muy bien. ¿Qué ocurre?
El padre gira la cabeza mirando a la joven.
-Espérenos un segundo, jovencita, ya regresamos.
La chica asintió.
-Ven hijo, acompáñame.
Lo llevó hasta su oficina.
-Hijo, ella es Isab... ¿Qué te pasó? Arréglate bien esa camisa y peinate un poco. -Le dijo observando cómo se veía.
-No fue nada, continúa. -Dijo mientras se abrochaba los botones.
-Bueno, como decía, ella es Isabel. La hija de los Fontana. Ya los conoces, empezamos a hacer negocios desde hace un tiempo con ellos.
-¿Y qué sucede?
-Manejan demasiado dinero, mucho más del que nosotros tenemos. Y tienen a Isabel, como la habrás visto, es una joven bella, más o menos como de tu edad. ¿Qué te parece?
Ryan lo miró serio. Ya se podía imaginar lo que le iba a forzar a hacer.
-¿Qué quieres decir con eso?
-Es una gran oportunidad, ¿no te das cuenta, hijo? Cuando comiences a estar con esa chica, seremos más ricos todavía. La traje para que se vayan conociendo.
-Yo no quiero estar con esa chica. Ni si quiera la conozco padre.
-No te preocupes, ella es guapa y tú también. Ya verás que con el tiempo terminarán enamorándose. Ven, vamos con ella. -Le dijo dando un paso en dirección a la puerta para retirarse, pero se detuvo al oírlo.
-Ese no es el punto papá... Solo te interesa el dinero, ya tienes mucho, ¿para qué quieres más? No sé quién es ni cómo es ella, no me interesa y no voy a conocerla solo para tu gusto.
El señor Evans lo miró fijo y su rostro se volvió completamente serio.
-No me vuelvas a hablar así. Estoy garantizando el bien para nuestra familia. Ahora ve y habla con esa chica. -Caminó firme hasta la puerta y se detuvo en ella. -Y si quieres que siga pagando tu dispendiosa universidad para tu estúpida carrera, mejor no pienses desobedecer. -Abrió la puerta y se fue.
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Gardenias de primavera (BL +18)
RomanceJake, un joven universitario en busca de trabajo para ayudar en casa, ¿a quién conocerá en su nuevo empleo que le hará descubrir realmente su orientación sexual? • Contenido BL • Escenas +18 • Escaso lenguaje ofensivo