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Luego de unos días, ya tenían todo preparado. Papeles firmados, día establecido para mudarse, todo. Solo faltaba esperar. Claramente sus familias y amigos ya estaban enterados, menos alguien: el señor Evans. El padre fue el único que no sabía nada al respecto y Ryan tampoco se lo pensaba decir hasta el mismo día de irse.

Ambos prepararon maletas y cajas para la mudanza. Jake estaba contento preparando todo junto a su madre, quien lo ayudaba a guardar qué llevar y qué no, dándole incluso algunas cosas de más que le servirán para cocinar o limpiar el departamento. Ryan, por su parte, hacía lo mismo pero solo. Tratando de no hacer mucho ruido para no generar alboroto.

Hablaron por teléfono, Jake le comentó que en un rato comenzaría a llevar sus cosas con ayuda de su madre y que luego lo ayudaría a él. Y así fue, pasaron las horas y el menor ya había llevado todo, solo faltaba que lo haga el mayor.

Salió de su habitación y buscó a John. Una vez lo vio, se acercó a él.

-Hola John, ¿podrías ayudarme a llevar las cosas al auto?

-Claro que sí, Ryan... ¿Ya se irá?

-Así es, hoy es el día... Te echaré de menos, siempre fuiste como un padre para mí. -Se aproximó y le dio un abrazo.

-Buena suerte, les deseo completa felicidad a ambos.

-Muchas gracias, John... Y gracias por siempre aconsejarme y escucharme.

John le respondió con una sonrisa.

Caminaron en busca de las cosas y las comenzaron a llevar al coche. Hasta que, en un momento, Ryan se cruza a su padre, quien lo ve llevando dos maletas.

-¿Hijo? ¿Qué haces con eso?

-Las llevo al auto.

-¿Qué quieres decir? ¿Para qué?

Ryan apoyó las cosas en el suelo y lo miró.

-Me mudaré, papá.

-¿Mudarte? Deja de decir tonterías, llevá eso a tu cuarto devuelta.

-No, ya pagamos para este mes y todo está preparado, hoy me voy.

-¿Pagamos? ¿Encima te piensas ir con alguien?

-Sí, con Jake. Ya lo conoces muy bien, ¿no es así? Hoy nos mudamos juntos.

-¿QUÉ TIENES EN LA CABEZA? ¿ERES ESTÚPIDO? ¡TÚ NO TE IRÁS CON ESE IMBÉCIL!

-Lo siento, pero ya lo decidí. Mi novio me espera.

Terminó de decir eso y el padre no dudó en darle una buena cachetada, pero fue detenido por la señorita Rose, quien lo tomó del brazo.

-No te atrevas a golpear a mi hijo.

-¡CÁLLATE MUJER! -Dijo mientras hizo un movimiento brusco con el brazo para que lo suelte. -¡Este idiota se merece unos buenos golpes! ¡SE PIENSA QUE SE IRÁ ASÍ COMO SI NADA CON ESE MARICÓN!

-Él se irá. Y aun así no puedes hacer nada, ya es un adulto y hará lo que quiere.

-¡CLARO QUE PUEDO DETENERLO! ¡ES MI HIJO Y NO DEJARÉ QUE ARRUINE SU VIDA CON UN PUTO Y POBRE DE MIERDA! ¡PODRÍAS HABER SIDO FELIZ CON ESA CHICA, TENDRÍAS UNA MUJER Y DINERO! ¡ESTÚPIDO!

-¿Listo? ¿Ya terminaste de gritar? Lo siento, pero ya es hora de irme, se me hace tarde. Y si tanto te preocupa tu hijo, déjame en paz, porque me iré para ser feliz, ¿de acuerdo? Si quieres más dinero ve y júntalo tú mismo. Y sí, tu hijo es gay y eso te cabrea, ¿no es así? Lamento decirte que estoy sumamente enamorado y me hace muy feliz. -Luego se acercó a su madre y la abrazó. -Adiós mamá, te extrañaré mucho. Puedes visitarnos cuando quieras.

Gardenias de primavera (BL +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora