Habían pasado algunos días. Jake seguía trabajando, como de costumbre. Últimamente estaba más contento, ya que le estuvieron pagando bastante bien y podía ayudar en casa como tenía pensado, además de ahorrar un poco para él mismo. Pero, el mayor motivo de sus sonrisas, se debían a Ryan. Desde ese día, siempre lo saludaba e incluso mantenían charlas. Lo único raro que notó es que solo ocurría cuando no estaban los padres, es decir, la mayoría de veces. De lo contrario, se comportaba más serio y firme. Pensó que era por la crianza que le habían dado, recordando lo que John le había contado.
Jake se encontraba regando unos lindos tulipanes en el balcón de la oficina del señor Evans. Estaba solo pero tranquilo, era casi mediodía y acababa de ver llegar a Ryan, pasando por el jardín. Se lo veía con ropa deportiva. Tenía un short bastante cómodo y una musculosa pegada al cuerpo. Mientras iba camino a la puerta de la casa, miraba para todos lados disimuladamente, aunque Jake lo notó. Hasta que da una ojeada a aquel balcón, observándolo y alzando la mano para saludarlo. Él le correspondió el saludo junto a una sonrisa.
Habían pasado unos dos minutos y Jake escucha a alguien acercarse, aunque no le dio importancia.
-Ey buen día Jake! -Dijo apareciendo en la puerta del balcón.
Él volteó a verlo. Antes de decir algo no pudo evitar observarlo. Podía notar fácilmente que había vuelto del gimnasio y todavía estaba algo transpirado y agotado. El hecho de solo verlo así lo había calentado ligeramente.
-Buen día Ryan, qué bueno verlo por acá.
-No hace falta que me hables formalmente Jake, la relación laboral es con mis padres... nosotros podemos hablar como amigos, ¿no?
Realmente le hablaba así por los nervios que le producía. Se sentía débil ante él y no creía verse capaz de hablarle con más confianza.
-E-Es verdad... Bueno, ¿cómo te encuentras? Fuiste a entrenar por lo visto, ¿no?
-Así es. Ahora mismo necesito una ducha pero no encuentro las toallas. Y tampoco veo por ningún lado a John, ¿sabes en donde podría estar?
-Mmm, la última vez lo vi entrando a la biblioteca, no sé si se encontrará aún allí.
-Probablemente sí, hay veces que en sus descansos lo encuentro leyendo muy concentrado. En algunas ocasiones lo asusto y me habla en mil idiomas a la vez.
Ambos rieron. Mientras tanto, inesperadamente el padre de Ryan había llegado a la casa. Entrando notó ver como su hijo charlaba muy simpáticamente con el jardinero en su balcón. Su cara cambió rotundamente y se adentró a la casa a paso rápido.
-Moriría por ver eso, incluso puedo imaginarme su expresión. -Dijo mientras reía levemente.
-Algún día te llevaré a darle un susto juntos, si es que no me mata antes.
Juntos rieron nuevamente. Jake se sentía muy feliz de poder charlar e incluso reír con él.
-Oye, por cierto, quería preguntarte algo...
-Sí, dime.
-El próximo sábad... -Sus palabras fueron interrumpidas por el señor Evans, el cual abrió de golpe la puerta de la oficina, para caminar directamente hacia el balcón.
-¿Hijo? ¿Qué haces aquí? -Le dijo con el ceño levemente fruncido, pero sin elevar tanto la voz.
Ryan miró fijo a su padre. Su sonrisa se había apagado y estaba completamente serio.
-Nada, padre. Necesitaba unas toallas y no encontraba, solo vine a preguntar. Eso es todo.
-Ven aquí un segundo.
Ryan entró a la habitación mientras cerraba la puerta que daba al balcón.
-¿Qué crees que haces? ¿De qué tanto hablabas con ese?
Por otra parte, Jake había quedado completamente quieto. Claramente no podía escapar y alejarse de esa situación, estaba en el balcón y su única salida era la sala donde se encontraban ellos.
A pesar de haber cerrado la puerta, el padre había comenzado a hablar más fuerte, lo cual hizo que Jake siga escuchando la conversación.
-Solo le consulté algo, nada más.
-Yo mismo te vi riendo con él. Nosotros no te educamos así. Ya sabes cómo son las cosas, él es un simple empleado, y si necesitas algo, solo se lo exiges. ¿Ok?. No te rebajes a su nivel, él no es nadie al lado tuyo.
-Disculpas, papá. No volverá a pasar. -Ryan, sin ganas de discutir, dio media vuelta y se fue de la sala.
El padre quedó solo en la habitación y se sentó en su cómoda silla de escritorio. Pegó un largo suspiro, fumó un cigarro y se retiró. Para ese entonces, Jake seguía en el mismo lugar. Esas palabras que había escuchado le hizo odiar a ese tipo. Aun así, se sintió una mierda y solo quería irse de allí.
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Gardenias de primavera (BL +18)
RomanceJake, un joven universitario en busca de trabajo para ayudar en casa, ¿a quién conocerá en su nuevo empleo que le hará descubrir realmente su orientación sexual? • Contenido BL • Escenas +18 • Escaso lenguaje ofensivo