Petit Muse

Cap. 3: Competencia y risas.

— Acaso... ¿Nadie se anima a competir contra una mujer y su novio?— Se burló el hombre con micrófono, moviendo su cabeza para buscar a alguien que se viera lo suficientemente estúpido como para participar de su juego. —¡Tú! —Señaló al pelirrojo y todos voltearon a verlo.

—¿Yo? Ni en pedo— Negó con la cabeza repetidas veces, claramente ya con síntomas de estar algo ebrio.

—¿Qué tenemos aquí, señores? Una gallina.

—¡Gallina!¡Gallina!— Comenzaron a gritar al unísono las personas. Lo cual a Chuuya le pareció irónico, porque hace unos momentos todos se estaban haciendo los tontos y escondiéndose del ridículo con el micrófono.

Una vena saltó en su frente. Él era orgulloso, demasiado.

—¡Galli- — Tachihara fue interrumpido.

— ¡Bien! Voy a subir.

  Chuuya caminó con clara irritación hasta el escenario. Todos aplaudieron mientras él se posicionaba cerca del presentador.

— ¡Los tres valientes! — Exclamó. —¿Quién será el ganador de esta noche? Hagan sus apuestas.

  La chica de pelo corto se posicionó en medio de Chuuya y el loco de la ruta.

Chuuya en el extremo derecho trataba de mantener la compostura.

—¡Comiencen!

No bastó más para que los tres comenzaran a verter  bebidas a riendas sueltas en profundos vasos ubicados frente a cada uno.

—¡Está potente esto, señoras y señores!— Vitoreaba el animador. — La mujer se está tomando una mezcla de jugo de naranja, vodka, vino blanco, agua, whisky y... ¡Oh por dios, escupió en ella!¡Se va a tragar su propia saliva!

—Qué asco... — Chuuya hizo una mueca, que al poco rato desapareció por el incómodo ardor en su estómago. Él había mezclado todo lo que encontraba en la mesa, no sabía exactamente qué eran esas bebidas, y capaz, si la saliva de esa mujer se encontraba en una botella lo hubiera vertido igual, ni siquiera podía leer ya.

Observó a su alrededor y entre el público estaba Tachihara animándolo, por lo que volteó para que no lo viera en aquel patético estado. Su vista se posó por el loco de la ruta, quién bebía todo desde las botellas, ya no mezclaba nada en los vasos.

—¡Tramposo!— Gritó señalando al chico, y rápidamente comenzó a destapar las botellas para tomarlas ya desde ahí.

Cinco botellas enteras después, sus rodillas tocaron el suelo, derrotado.

—Mi... estómago...

—¡Tenemos un ganador, señoras y señores!— Levantó el brazo derecho de la mujer, quien aún parecía con energía para seguir bebiendo.

—¡Sii! ¡En tu cara Dazai hijo de puta! — Gritó, yendo a empujar al chico que estaba vomitando al costado del escenario.

—Se puede saber,¿por qué odia tanto a este hombre? ¿Acaso le puso los cuernos?— Preguntó el animador, colocando el micrófono cerca de los labios de la chica.

— Él no es nada mío, pero hizo algo peor que ponerme los cuernos... —Sus manos sujetaron su cabeza inclinada, como señal de que diría la peor desgracia de todas— ¡Dijo que mis diseños eran una basura y me centrara solo en hacer rebotar las tetas en pasarela! —Lo recordó con odio, apretando sus puños.

— ¿Perdón? — Preguntó claramente confundido, igual que el público espectador.

—Ah, soy modelo. Me llamo Akiko Yosano y el idiota desgraciado de allá es Dazai— Señaló al chico, que parecía estar entrando en un grave coma etílico. — Es diseñador de modas, o al menos aspira a serlo. Somos compañeros en la carrera.

—Qué interesante. —Asintió sorprendido el hombre— ¡Tenemos a una hermosa modelo con nosotros esta noche!

Todo el público comenzó a aplaudir, algunos gritaban piropos al aire. Yosano sonrió con confianza y fue a pararse al costado del escenario, cerca de Chuuya, para retirar su premio.

—¿Y usted joven? — Preguntó de la nada el animador, sorprendiendo al pelirrojo que estaba intentando levantarse sin golpear más su estómago— Tus contrincantes dijeron a qué se dedican, el público quiere saber a qué te dedicas tú.

Observó a su alrededor, todos parecían interesados realmente. Chuuya iba a hablar, hasta que el hombre Interrumpió.

—Mejor aún... ¡Un nuevo juego! Quien adivine a qué se dedica este joven se llevará consigo...— Volvieron a escucharse redobles— ¡Seiscientos yenes!

Los premios eran una basura, pero las personas entre el público comenzaron a gritar de la nada profesiones, en esa noche Chuuya se dio cuenta que tenía cara de profesor, veterinario, entrenador personal y camarero.

"Mi hermana estaría orgullosa de escuchar eso" Pensó, haciendo que se escapara una risa.

—No soy nada de lo que ustedes dicen al azar. Todos perdieron.

Las personas guardaron silencio y el hombre le entregó el micrófono a Chuuya para que se presentara.

—Mi nombre es Nakahara Chuuya y vine aquí para ser modelo. — Confesó confiado.

El lugar se quedó en un silencio sepulcral durante aproximadamente diez segundos, que el pelirrojo interpretó como largos minutos. Luego el lugar estalló en risas.

—¡¿Qué es lo gracioso?!— Preguntó con indignación.

—Lo siento niño, pero— El animador intentaba parar de reír para formular mejor sus palabras— ¿Tú?¿modelo?

La sangre del pelirrojo hervía, y las lágrimas amenazaban con salir. Tachihara notó aquello, y fue corriendo hacia el escenario para intentar sacar a Chuuya de ahí. Pero al llegar e intentar tomarle del brazo, este lo empujó y volvió a hablar.

— ¡Pues vamos a ver si se siguen riendo cuando esté desfilando en los fashion weeks del mundo entero! — Amenazó—¡Van a acordarse de mi nombre por siempre!

Las risas seguían, y parecían más fuertes cada vez que el chico hablaba.

—Chuuya... mejor vámonos ya. — Lo abrazó, ayudándolo a bajar de las escaleras, pues todavía no podía moverse del todo bien por culpa del alcohol en su cuerpo.

Cuando las risas cesaron y los juegos acabaron, la banda volvió a subir, y la noche continuó normal para los presentes.

—Dazai,¿Estás mejor?— Preguntó la pelicorto sentada en cuclillas frente al baño de varones.

No recibió respuesta.

Dentro de aquel baño se encontraba el chico castaño recostado por la pared, mirando un punto fijo del techo y fumando.

—Esa rabia en sus ojos... — Inspiró el cigarrillo y exhaló— Nakahara Chuuya.